Décimo tercer viaje a Serendipia
Páginas de mi diario correspondientes a febrero 1974
A
las 9 a.m. del 13 de febrero de 1974, ver arriba la mención en mi diario de ese
año, bajé al cafetín de la empresa SHELL, en el edificio Mohedano, a tomar una
taza de café con mis compañeros de trabajo Marcos Marín Marcano y Odoardo León
Ponte. Durante esta breve reunión y la que sostuvimos tomándonos otro café a
las 9 a.m. del viernes siguiente, conversamos sobre la situación petrolera
nacional y sobre el curso que estaban tomando los acontecimientos relacionados
con la posible nacionalización petrolera. De particular interés para nosotros,
empleados petroleros a nivel gerencial medio, era ver como las discusiones públicas
sobre este tema estaban totalmente en manos del sector político, el cual no
mostraba una real comprensión de la complejidad del paso que se proyectaba dar.
La opinión preponderante en aquel momento en el país era: (a), que el petróleo
se vendía solo; (b) que la tecnología se podía comprar en el mercado abierto;
(c), que las empresas concesionarias
debían ser excluidas de papel alguno post-nacionalización y que no
debían ser objeto de indemnización porque habían arruinado el ambiente; (d), que
el control del petróleo requería su manejo directo; (e), que el estado debía
tener la propiedad total de la empresa o empresas petroleras (estatización vs
nacionalización).
El país estaba bajo un clima de fervor nacionalista,
estimulado por los sucesos ocurridos en el mundo árabe, donde Gadafi había
puesto a Occidental Petroleum de rodillas y el precio del petróleo había sido unilateralmente
incrementado por los gobiernos. El sector político venezolano estaba montado en
esa ola y parecía pensar que la nacionalización era asunto de emitir un decreto
ejecutivo y ya.
Nosotros
pensábamos que el país entero y, especialmente, el liderazgo político que
tendría en sus manos la decisión final, debían conocer mejor las complejidades
del proceso al cual se enfrentaría el país. En base a estas conversaciones
decidimos elaborar un documento inicial que analizara el problema en sus varias
facetas: los intereses de la nación; los intereses de los partidos políticos;
los intereses sindicales y de los empleados de la industria; los intereses de
las empresas concesionarias y los deseos
y temores del venezolano promedio. Una vez elaborado el documento lo
conversamos entre nosotros y decidimos convocar una reunión de empleados petroleros
para discutir el tema. Para ello, con el dinero de nuestros bolsillos alquilamos
un salón en el hotel TAMANACO, de unas 30 personas de capacidad y convocamos
una reunión para las 8 p.m. del día 27 de marzo.
A
las 7 p.m. de esa noche había unas 250 personas esperando el inicio de la
reunión. El dueño del hotel, Rafael Tudela, se dio cuenta de la situación y de
manera muy generosa nos abrió el Gran Salón, sin costo adicional alguno. Esa
noche nació la Agrupación de Orientación Petrolera, AGROPET, integrada por
gerentes y técnicos petroleros venezolanos, la cual inició una intensa
participación en el debate que duraría casi dos años, tanto en el seno del
tercer congreso petrolero celebrado ese año, como en las reuniones de los
colegios profesionales y en los debates y conferencias llevadas a cabo por la
sociedad civil venezolana.
El
momento cumbre de nuestra participación
fue la reunión a la cual fuimos invitados por el presidente Carlos Andrés
Pérez, en Miraflores en enero de 1975. A esa reunión acudimos unos 400
empleados petroleros y, en dos horas, le hicimos al presidente y su gabinete en
pleno nueve presentaciones sobre los aspectos financieros, estratégicos, organizacionales,
operacionales, comerciales y de recursos humanos relacionados con la
nacionalización en ciernes, presentaciones elaboradas en conjunto por nosotros
y ensayadas a conciencia por los charlistas, por lo cual duraron exactamente
las dos horas que anunciamos que durarían. Al final de estas presentaciones CAP dijo que
se había sentido impresionado de nuestra precisión y por oír de nosotros la
explicación de muchos aspectos del proceso que no conocía hasta ese momento. Rio
abiertamente cuando yo, abriendo el ciclo de presentaciones, dije que las
directivas de las empresas nacionalizadas no deberían incluir políticos de carrera.
El impacto de esta reunión sobre el curso de los acontecimientos fue dramático
y objeto de muchos ataques del mundo político.
Este
evento y los otros en los cuales nuestra opinión se hizo sentir, presentaciones en universidades,
organizaciones empresariales y profesionales, más mas las contribuciones
escritas en la prensa, particularmente en la revista RESUMEN, la cual se
convirtió en nuestro formidable aliado, representaron un insumo que fue
decisivo para moldear la fisonomía final del evento nacionalizador, el cual se
acercó mucho a lo que nosotros propusimos. El modelo operacional y gerencial no
fue el de la empresa única propuesto por el sector político, el cual había
fracasado en la mayoría de las empresas petroleras estatizadas del planeta,
sino la figura de una casa matriz coordinadora de empresas operadoras múltiples;
se suscribieron convenios de tecnología y comercialización que le garantizaron
a la nación estabilidad en sus ingresos
petroleros, se introdujo en la ley un artículo quinto que dejaba abierta la posibilidad
de convenios futuros de asociación con las empresas privadas (un proviso que la
misma izquierda que tanto lo combatió es la que más lo ha utilizado durante los
años del chavismo). Debido a la respetable personalidad del General Alfonzo
Ravard el sector político conservó un temor reverencial de la gerencia
profesional, el cual protegió a PDVSA de una inmediata politización. Esta
llegaría inevitablemente durante las décadas siguientes, cuando se le arrebató
a PDVSA su autosuficiencia financiera y sus directivos comenzaron a ser
seleccionados en base a afinidades político-partidistas. Sin embargo, antes de que
comenzara su declinación, PDVSA llegó a ser una empresa líder a nivel mundial y
se ganó el respeto del mundo de la energía.
Lo
que comenzó con una taza de café compartida por tres empleados de modesto nivel
medio en una de las empresas petroleras concesionarias, se convirtió – gracias
a la iniciativa de los gerentes y
técnicos petroleros - en un formidable
instrumento de opinión, hermoso ejemplo de democracia en acción.
Esta
fue una de las etapas más intensas de mi vida, un gran viaje a Serendipia.
5 comentarios:
Yo creo que Ustedes hicieron mucho por alertar lo que se venía, pero como siempre pasa, nadie quiso escuchar, o prefirió no hacerlo.
Antes de la nacionalización del petróleo, Venezuela alcanzó a producir más de 3,7 millones de barriles diarios.
Hoy se producen 700 mil barriles diarios. Hará falta inversiones por más de USD 60.000 MM anuales para volver a producir algo similar a 1.5/2 MMbD.
Desde la nacionalización del petróleo, Venezuela vivió una verdadera fantasía de riqueza gracias a:
1.- El endeudamiento sin precedentes,
2.- El descalabro económico por la burbuja de los precios internacionales del petróleo,
3.- Los irresponsables que como por 1981 empezaron a politizar un negocio que funcionaba y que nos llevaron a la hecatombe esta que se conoce como chavismo.
«Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo»
André Gide.
Acosta,
Madrid.
Muy interesante los relatos históricos. Sin embargo ahora lo que esta planteado es ver cómo salimos de este despeñadero en que ha metido a Venezuela el castrismo/chavismo/madurismo.
Que es lo que se debe hacer? Cual es la solución? Con esa experiencia y sabiduria en estos asuntos, que recomendaciones tienen para deshacernos de la plaga que le cayó al pais?
Ellos han dicho públicamente que nadie los va a sacar con votos, que ellos son los que tienen las armas (aparte del malandraje delincuente) y que del gobierno no los saca nadie ...
Los dos procesos son bastante diferentes. Lo que narro tuvo un resultado positivo porque en esa Venezuela existía una democracia y un cierto nivel de civilidad en el debate. Pudimos ofrecer recomendaciones basadas en nuestros conocimientos técnicos, las cuales fueron escuchadas en gran medida.
Esto de ahora es una tragedsia generada por un grupo de ignorantes bárbaros, apoyados por las armas de un ejército profundamente prostituido y por un segnmebnto de la población ansiosa de revancha contra la clase media "rica". No se resuelva con debate, porque el debate solo es posible entre gente civilizada, ni con diálogoi en el cual habría que entregar principios, es decir, bajar al nivel de los bárbaros. La única solución es la rebelión, la ind0surgencia de una pobl;avión que sdesee recuperar su dignidad.
Si no hay suficientes líderes de coraje y la disposición de luchar en todos los terrenos s Venezuela estará condenada a la mediocridad.
Lamento no poder ofrecer una receta menos traumática.
Gracias por su respuesta. Lamentablemente parece que es muy cierto lo que usted comenta, y hasta que no se elimine esa plaga del escenario no se podrá dialogar.
Si yo tuviera 50 años menos me iría a las montañas con quienes deseen acompañarme. Pisando los 90 ni siquiera puedo marchar una cuadra con un fusil al hombro. Creo que el ciclo que inició Gallegos con Reinaldo Solar se está cerrando. Para él la rebelión armada no era la solución, hoy día parece ser - al menos - el únco intento digno de solución.
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