EL INFORME SOBRE LA FAJA DEL ORINOCO, MÉXICO 1967
A la memoria del geólogo
venezolano Pablo Stredel
En el séptimo congreso mundial de petróleo celebrado en Ciudad de México en
1967 el Ministerio de Minas e Hidrocarburos de Venezuela y la Corporación
Venezolana del Petróleo se combinaron para presentar un informe sobre la Faja
del Orinoco, el cual sirvió por muchos años como el documento oficial sobre
esta extensa acumulación de petróleo pesado, extra pesado y bitumen que ha
tenido una compleja historia de adelantos durante la etapa pre-Chávez y de retrocesos
debido a la corrupción e ignorancia de la PDVSA chavista.
El informe fue presentado en México por los geólogos José Antonio Galavís
representante del ministerio arriba citado y Hugo Velarde, representante de la
CVP, profesionales quienes supervisaron y coordinaron los trabajos de elaboración.
En mi calidad de Sub-Gerente de Exploración de la CVP en aquel momento, debí darle
mi visto bueno.
Aunque se conoce como el informe de Galavís y Velarde, lo cual se explica
por razones de su jerarquía en las organizaciones que representaban, mucho del
trabajo propiamente dicho fue elaborado por un grupo de geólogos jóvenes en el ministerio
y en la CVP, cuyos nombres han sido esencialmente olvidados de manera un tanto injusta,
aunque se puedan encontrar algunas discretas referencias sobre ellos.
Hace poco tuve un intercambio de recuerdos con la geóloga venezolana Edith
Pérez, a quien conozco desde niña, como habitantes que fuimos del mágico pueblo de Los Teques. Hablando sobre el
informe arriba mencionado, Daisy, como la llamo desde aquellos años de su
niñez, me dice:
“Aunque el informe sobre la Faja del Orinoco se comenzó en la CVP, ello fue
producto de una idea del geólogo José Antonio Galavís del ministerio. Yo fui
seleccionada para llevar a cabo su ejecución ya que me encontraba en el
ministerio trabajando bajo la dirección del geólogo Galavís y tenía libre
acceso a la información existente sobre la Faja, sin tener que pasar por los trámites
burocráticos que la CVP hubiera tenido que llevar a cabo para obtener la información.
Por ello el geólogo Georgias Garriga me llamaba “La Mata Hari de la CVP”, infiltrada
en el ministerio”.
Daisy prosigue diciendo: “Dividimos el trabajo entre el ministerio en
Caracas y la CVP en Maracaibo. Yo estaba en Caracas y los geólogos Pablo
Stredel y Hugo Sorondo en la CVP, en Maracaibo. Nuestro equipo fue generando
los trabajos de correlación geológica en base a los escasos pozos perforados,
así como los estudios estratigráficos de las arenas de la formación Oficina.
Hugo Sorondo y Pablo Stredel en Maracaibo elaboraron los mapas isópacos y estructurales
y – añade Daisy – se atrevieron a hacer un cálculo de petróleo originalmente en
sitio (POES), una cifra – agrego yo - que
ha sido generalmente aceptada a través de los años.
En este punto de sus recuerdos Daisy me hizo pensar de nuevo en algo muy importante,
lo cual realmente ha estado siempre en un rincón de mi mente: el estimado de petróleo originalmente en
sitio en la Faja que se ha perpetuado por décadas estuvo basado en un escaso número
de pozos perforados y en el rudimentario conocimiento que teníamos en aquel momento
sobre la naturaleza de las arenas productoras, sobre su incierta continuidad en
el subsuelo y sobre lo que se conocía sobre el comportamiento de los
yacimientos bajo producción, los cuales
tenían y– realmente –siguen teniendo una historia corta, dada la lentitud de su
desarrollo. El estimado de entonces fue razonable y los cambios que ha experimentado
la cifra se basan casi exclusivamente en estimaciones diferentes del
coeficiente de recobro de ese petróleo en sitio. Durante la etapa chavista ese coeficiente
fue doblado por decreto, de manera bastante arbitraria, sin que existiesen significativos
nuevos puntos de control o nuevas indicaciones sobre el comportamiento de los yacimientos,
por razones de conveniencia geopolítica. Con su maniobra Chávez deseaba darle a
Venezuela más peso en el seno de la OPEP pero lo que logró fue la burla de los conocedores
de la industria petrolera, aunque sí logró que la prensa no especializada diseminara
ampliamente sus nuevas cifras de reservas “probadas”.
El trabajo que fue a México estuvo basado enteramente en los trabajos de
Edith Pérez, Pablo Stredel y Hugo Sorondo pero el reconocimiento a su autoría nunca les fue justamente otorgado. Dice Daisy
que en las láminas presentadas aparecían sus nombres, pero en letras muy
pequeñas, por ser reducción de originales.
Me dice Daisy que ya casi todos los protagonistas de esta historia han
fallecido: Pablo Stredel murió muy joven y José Antonio Galavis y Hugo Velarde
también fallecieron. Está con nosotros Daisy, por supuesto, está Hugo Sorondo,
a quien le hemos perdido la pista y está Enrique Vásquez, otro joven y
brillante geólogo de aquella CVP, quien me dice: “Lo que dice Daisy es
enteramente cierto. Hugo Velarde así lo corroboró en un libro publicado sobre
la Faja”.
Este reciente diálogo nos da nuevas luces sobre quienes contribuyeron
efectivamente a ese conocimiento. Aún
hoy en día tanto el conocimiento del comportamiento de los yacimientos en producción
como la cantidad de pozos o puntos de
control y lo que sabemos sobre la
geometría de las arenas productoras de la Faja del Orinoco es insuficiente para
tener una precisa idea de las reservas probadas de esa extensa área, muchos de cuyos
recursos corren el riesgo de quedarse para siempre en el subsuelo debido a la
parálisis total que experimentó su desarrollo durante los funestos 20 años de
chavismo y a las nuevas tendencias del sector energético mundial.
Con esta nota deseo reconocer a los geólogos Edith Pérez, Pablo Stredel y
Hugo Sorondo su valiosa y poco reconocida
contribución al conocimiento de la faja del Orinoco, el gigante petrolero tan abusado políticamente
por la barbarie chavista.
3 comentarios:
Chávez pateó la Faja Petrolífera del Orinoco. Así, literalmente la pateó. Y en perspectiva, el evento hoy se antoja premonitorio. Por la destrucción de PDVSA. Por el colapso de la Venezuela petrolera.
Baldo Sansó es hermano de Beatrice Sansó. Es la esposa de Rafael Ramírez, el exZar de Petróleos de Venezuela (PDVSA) ahora reclamado en extradición por Venezuela como criminal. Vive exageradamente bien en Italia.
Sansó es abogado igual que su hermana y su madre, una cumanesa llamada Hildelgard Rondón de Sansó, exmagistrada de la Corte Suprema de Justicia. Tuvo mucho que ver en el enlodamiento que enjuició al presidente Carlos Andrés Pérez junto a Gonzalo Rodríguez Corro.
Apunta Héctor Alonso López en su libro "El rostro humano de la política" que cuando aún
faltaban seis meses para concluir el mandato de CAP, en marzo de 1993, el fiscal
general de la República, Ramón Escovar Salom, introdujo una solicitud de antejuicio de
mérito en su contra por el delito de peculado doloso y malversación de 250 millones de
bolívares de la partida secreta.
Poco antes de ese nombramiento, en un desayuno sabatino en La Casona, el único amigo de CAP, David Morales le hizo una advertencia:
- "Carlos Andrés, no nombres a esa serpiente, tiene pendiente una factura contigo y te la va a cobrar, anótalo".
Nunca le pudieron demostrar delito alguno. Sobre eso se puede aún hablar con el único que defendió a CAP, el Dr. Alberto Arteaga Sánchez, quien recientemente recibió el premio Eméritus de la UCV.
Baldo era el apagafuegos para los casos neurálgicos y decisivos en la PDVSA de Rafael Ramírez. En Caracas se la pasaba en una vespita, y todavía en 2010 podía almorzar en el modesto restaurant Da Guido, de la Avenida Solano, sin llamar la atención.
“Pocos conocían su aspecto”, apunta el periodista Rory Carrol en el libro "Comandante, La Venezuela de Hugo Chávez".
“Sansó no dejaba que apareciera su fotografía en los periódicos”. Aún así, “su nombre circulaba en voz baja por salas de juntas y ministerios. Era miembro destacado de PDVSA, asociado con grandes emisiones de bonos, permuta de divisas y otros aspectos de las altas finanzas… La oposición lo incluía en la lista de los ‘diez más corruptos’”.
Estuvo al frente de las negociaciones del proyecto gasífero Rafael Urdaneta en el Golfo de Venezuela. Intervino en última instancia en la definición de los términos de la emisión de bonos de La Electricidad de Caracas. Participó en la compra de activos cuando a PDVSA le ordenaron que se metiera en la industria de alimentos.
En los primeros meses de 2010 estuvo coordinando la licitación del Bloque Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco, llevando la relación directa con Chevron Texaco y Alí Moshiri, su presidente para América Latina.
A Rory Carrol, Baldo le dijo: “Todo el mundo piensa que soy un ladrón. Un tipo corrupto… Pero yo no necesito robar. Antes de venir aquí ganaba miles de Euros. Vivo muy bien; por eso no soy un corrupto”.
Pero el periodista Carrol apuntó:
“Sansó había estado implicado en el escándalo de la mayor empresa de corretaje del país: Econoinvest”... Y lo que son las cosas, dá la casualidad que la primera gran emisión de deuda de PDVSA, en parte respaldada por la locura aquella "Magna Reserva" que "certificaba" una cifra desproporcionada de POES en la Faja Petrolífera del Orinoco, se tramitó a través de Econoinvest.
Después esa Casa de Bolsa fue intervenida, en la arremetida de Hugo Chávez y especialmente del exministro Jorge Giordani, el mismo que dijo que la revolución necesitaba crear la mayor cantidad de pobres posibles para mantenerse indefinidamente en el Poder.
Carolina Rodríguez Pons cuenta todo aquel desastre aquí:
https://armando.info/la-mala-hora-de-los-corredores-de-bolsa/
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