LA LUCHA POR EL ALMA DE LOS ESTADOS UNIDOS
SENALES POSITIVAS EN LOS ESTADOS UNIDOS, 2025
Dos señales positivas en la nación deben considerarse
importantes: una es el crecimiento del PIB, el Producto Interno Bruto, lo cual contrasta
con el sentimiento pesimista del país sobre la economía. La otra es la significativa
reducción del crimen, ver diagrama.
Estas son señales cuyo mérito debe reconocerse al
gobierno, así como se le achacan los fracasos. ¿Cuál es la razón de estos
avances? ¿Serán permanentes? Veremos. Mientras
tanto, hay que verlos como señal de progreso.
Está en marcha una batalla entre civilización y barbarie, entre la ignorancia codiciosa y el sentido común
La llegada de Trump a la presidencia de los Estados
Unidos ha marcado un dramático viraje en la política de los Estados Unidos
sobre globalización, es decir, sobre el papel que las naciones individuales
juegan en el contexto de un planeta sujeto a peligros y problemas que cada nación
por separado no puede resolver. Trump está imponiendo una política que marcha
en la dirección opuesta a la tendencia globalizadora que ha prevalecido durante
varias décadas.
Hemos caminado con fuerza hacia la globalización en base
al convencimiento de que ello es esencial para la sobrevivencia de la vida
civilizada en el planeta. Hay que cuidar al planeta y debemos ver esta
necesidad como de rango superior al rango del interés nacional o regional. Es
decir, lo que es bueno para el planeta es bueno para las naciones individuales,
pero no todo lo que es bueno para una nación en particular es bueno para el
planeta. Por ejemplo, la deforestación de la Amazonia puede favorecer a Brasil como
nación, al aumentar su área de producción agrícola, pero lesiona gravemente el
ambiente del planeta. No puede pretender Brasil hacer con la Amazonia lo que le
dé la gana, aunque así lo pretendía Bolsonaro. De igual manera, la solución de
problemas globales requiere políticas de convivencia entre naciones. No puede
pretender Estados Unidos apropiarse de Groenlandia o de Canadá porque “lo
necesita”. Solo a los locos se les ocurriría favorecer ambiciones parroquiales
a expensas de la seguridad y bienestar de todos.
Pero esto es lo que hace Trump, para quien la globalización
es un fraude. Dice: ‘Rechazamos la idea del globalismo y nos aferramos a la
doctrina del patriotismo”. Y agrega: “El futuro no pertenece a los
globalizadores sino a los patriotas”.
En su ignorancia Trump opone el concepto de patriotismo
al de globalización, afirmando que quien propone la integración internacional
no es patriota, es decir, no ama a su país. En otras palabras, dice que hay que
amar al país por sobre el paneta, como si todos nosotros no viviéramos en el
planeta y como si todos nosotros no fuéramos, en un sentido supremo, ciudadanos
del mundo. Trump nos está diciendo que hay que lo importante es la tribu: la
tribu estadounidense, la tribu francesa, la tribu brasileña, etc. y afirma que
el objetivo de los Estados Unidos es hacerse más grande, es decir, crecer a
expensas de, y en competencia con otros países, otras “tribus”. Es una filosofía
desintegradora, absurda, producto de la más estúpida ignorancia.
Y Trump no se detiene allí, solamente en introducir el
concepto de nación como más importante que el del planeta Tierra, sino que
dentro del concepto de nación extiende su filosofía excluyente y habla de hacer
otra nación. Nos dice que existe en los Estados Unidos mucha gente indeseable,
de color, venida de países de mierda, quienes han llegado a matar a los
patriotas y a comerse los gatos y los perros. Agrega que existe en el país
mucha gente que adora a dioses que no son los nuestros. Dice que hay gente
inferior que está tratando de remplazar a la población blanca.
Es decir, no se para en la simple idea de la nación sino
que desea desmenuzarla y convertirla en una tribu blanca, cristiana, poderosa,
temida y de destino imperial. Y para ello es necesario cambiar las leyes y
reglamentos y costumbres que sea necesario cambiar y expulsar del país a
quienes no se alinean con los requisitos de la nación que el líder ha
visualizado desde las páginas de Truth Social.
Este camino que ha iniciado Trump – de no ser rechazada -
nos llevará a la desintegración cultural
progresiva de los Estados Unidos y a su conversión en una isla que pretende ser
autosuficiente y que ve a sus vecinos con una mezcla de desconfianza y codicia
expansionista.
Por eso es necesario combatir estas absurdas pretensiones
desintegradoras y sacar a este desequilibrado del poder mediante el voto, aunque
esta es una vía que Trump ha tratado de desprestigiar, porque la reconoce como
su principal enemigo.
ESTE PRIMER AÑO
TRUMP GOBERNÓ POR DECRETO
FRECUENTEMENTE ILEGALES,
INCLUYENDO DECRETOS DE PERDON A CRIMINALES Y NARCOTRAFICANTES QUE VOTARON POR
EL O LE DIERON DINERO ELECTORAL
ARRECIA LA BATALLA CONTRA LA AGRESION
TRUMPISTA A LA DEMOCRACIA ESTADOUNIDENSE
Como puede verse
arriba Donald Trump emitió 225 decretos ejecutivos durante el año. Mas del
triple de cualquier otro presidente anterior durante todos sus periodos y
aparentemente más que la suma de todos los presidentes desde Reagan. Mientras
tanto, el congreso solamente pasó 60 leyes menores, un numero mucho menor a las
aprobadas anualmente durante los últimos 50 años.
Lo que esto
significa es que Trump ha violado la separación de poderes que es la base
fundamental de la democracia estadounidense. Se ha apropiado de las
atribuciones del Congreso. A ello se agrega la melosidad de la Corte Suprema
que aprueba todo lo que Trump le pide, al estar integrada por una mayoría que
vota por afiliación ideológica, en detrimento de la integridad de la justicia.
De nada ha valido que muchos de los decretos y decisiones de Trump hayan sido
bloqueados en los tribunales inferiores quienes si están dando una batalla por
la justicia. Las decisiones a este nivel son ignoradas por Trump impunemente,
con la ayuda de la politizada Corte Suprema.
No exageramos al
decir que las acciones de Trump, desde su intento de cambiar los resultados de
la elección que perdió con Biden, hasta estas decisiones basadas en decretos
ejecutivos o UKASES, representan un verdadero golpe de estado contra la
democracia estadounidense. Nunca se había visto en el país una manera tan
antidemocrática de gobernar. Ni siquiera en tiempos de guerra, cuando se podría
alegar que el ejecutivo debe tomar decisiones instantáneas. Trump ha impuesto
tarifas que han generado rechazo y resentimiento contra los Estados Unidos en
todo el mundo, usurpando la autoridad del congreso. Ha bombardeado países, ha
ordenado la ejecución de gente sin fórmula de juicio frente a las costas de
Venezuela, persigue a los inmigrantes, aun quienes tienen su situación en
regla, amenaza, extorsiona y soborna de manera abierta, recibe regalos ilegales
y comprometedores de países que negocian con él. En fin, es un tiranuelo que
está sembrando el odio y creando enemigos entre los países que han sido hasta
hoy los mejores aliados de los Estados Unidos.
Allá quienes lo
sigan apoyando, porque se hacen cómplices de una agresión interna contra la
democracia estadounidense de una virulencia como no se había visto nunca.
Es
particularmente triste constatar que en los Estados Unidos también ha imperado
la cobardía ciudadana, como sucedió en Venezuela cuando Chávez comenzó a actuar
como dictador. El espectáculo en el congreso ha sido vergonzoso. Los
congresistas se han limitado a cuidar sus posiciones, guardar silencio frente a
los abusos y votar en línea con los deseos del tiranuelo. Es un congreso
bananero.
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EL FUNCIONARIO DEL GOBIERNO MAS CONFIABLE ES A QUIEN TRUMP
TIENE MESES TRATANDO DE BOTAR Encuesta de
Gallup |
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El funcionario más confiable del
gobierno de Trump es Jerome Powell, el jefe de la Reserva Federal, a quien
Trump tiene meses tratando de botar porque no hace lo que él quiere que
haga. Solamente uno de los miembros
del gabinete obtuvo más del 40% de aceptación: Marco Rubio, con 41%. Ningún
miembro del gabinete llega a ser aceptado por la mitad del país. Apenas un 36% aprueba la gestión de Trump y
todos los loquitos tipo Kennedy Jr., Bondi, y el secretario de defensa, Pete
Hegseth, reciben el mismo bajo 36% de aceptación. El jefe del congreso Mike
Johnson tiene un vergonzoso 35% de aceptación y hasta eso es generoso. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=RK-80lvyk70 y https://www.motherjones.com/politics/2025/12/trump-spent-christmas-posting-over-a-hundred-times-on-truth-social/
La mayoría de estas entregas
son insultantes para sus adversarios, llenas de odio y resentimiento. Debemos
preguntarnos cuando y como gobierna este personaje. Enviar 100 o más mensajes
por internet en un día solo puede hacerlo un vago, alguien que no tenga nada
que hacer. Pero este personaje es el presidente de los Estados Unidos. ¿Qué
diablos hace metido todo el día en su pasquín de internet insultando a todo
el mundo y alimentando teorías conspirativas?
¿Es que Trump no tiene a nadie cerca que tenga el coraje de decirle
que está desequilibrado? Esta situación explica la
incoherencia que muestran los actos del gobierno, ya que cada secretario está
tomando sus decisiones, a veces sin que Trump se entere. Así lo dice el mismo
Trump, cuando le preguntan sobre algunas de esas decisiones: “Yo de eso no sé
nada”, responde. Este señor pretende meterse en
los asuntos del mundo entero, mete su nariz en Honduras, en Brasil, en
Argentina, en Israel, en India, en Ucrania, en Rusia, en Groenlandia, en
México, en Canadá, en Panamá, se nombra jefe del TRUMP – Kennedy Center; supervisa la
demolición de la Casa Blanca montado en el techo, etc. etc.
Un buen amigo quien es
seguidor de Trump me dice que yo estoy equivocado porque Trump no es quien
escribe todos esos mensajes. Según mi amigo, Trump tiene gente que lo hace y el
solo pone su firma. Eso, digo yo, seria todavía peor, que firme avalanchas de
mensajes que no ha escrito, algunos de los cuales establecen puntos de
política de los Estados Unidos. Esto sería un fraude descomunal, mucho peor
que el famoso asunto del “auto pen” de Joseph Biden que Trump menciona de
manera obsesiva. Lo trágico de Trump en la
presidencia tiene dos facetas igualmente importantes: una es el desprestigio, el colapso ético de
la figura de la presidencia, uno de los símbolos de la democracia
estadounidense que debería ser sagrado y esta hoy rodando en el pantano. La
otra es el impacto desastroso que sus acciones tienen sobre la vida en el
planeta, en lo ambiental, en lo político, en lo financiero, en lo humano. Como
líder de gran poder militar, financiero y político Trump esta jugando un
papel disgregador, destructor, creador de resentimientos y de divisiones
profundas entre razas, religiones y filosofías políticas. |
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