Bolivia es un país pequeño, de insuficiente grado de cohesión nacional, sin acceso al mar, con una muy modesta importancia geopolítica. Sin embargo a mi me resulta fascinante y sigo de cerca sus acontecimientos. Desde que lo visité por primera vez, en la década de 1980, me cautivó el imponente paisaje andino, la excelente dicción de la gente, bastante más precisa que el hablar atropellado de la gente del Caribe, la maravillosa luminosidad del cielo en La Paz y la similitud entre las pasiones regionales de Santa Cruz y las de Maracaibo en mi nativa Venezuela. En fin, lo que sucede en Bolivia no me es indiferente. Hoy el país se encuentra, una vez más, en una encrucijada. Se plantea de nuevo, con diferentes nombres y actores, la tradicional rivalidad entre la gente del altiplano y la gente de las llanuras. Esta vez, sin embargo, la cosa se complica por la presencia en la presidencia de un mestizo con demagógicas pretensiones de indio puro, Evo Morales, y por sus intentos de convertir a Bolivia en una sociedad indígena, con exclusión de la importante porción de bolivianos quienes no son indios pero forman parte fundamental de la sociedad y de la economía bolivianas. Estas pretensiones de Morales representan un atentado contra los deseos de la inmensa masa de ciudadanos bolivianos de pertenecer a una sociedad moderna, donde los clivajes de naturaleza étnica desaparezcan de una vez por todas, para dar paso a una ciudadanía integrada al propósito de progresar. Ayer, Martes 29 de Julio, tuve la oportunidad de asistir, en el Instituto Hudson de Washington DC, a una presentación sobre Bolivia hecha por el presidente de CAINCO (Cámara de Industriales, Industria y Comercio) de Santa Cruz, Eduardo Paz. Paz es un joven empresario, muy lúcido en su manera de expresión y claramente alineado con una visión moderna de lo que debe ser la sociedad boliviana. CAINCO es una institución que tiene más de noventa años funcionando y sus miembros representan un 35% del PIB boliviano. Santa Cruz, por su parte, es la ciudad más progresista y pujante de Bolivia. En 1985 tenía 50.000 habitantes y hoy, un poco más de 20 años después, un millón y medio de habitantes. Paz nos ofreció un resumen de la situación boliviana:
• Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con el 54% de los votos, debido al desgaste de la democracia tradicional boliviana, la cuál se había divorciado de las bases;
• Ganó una mayoría simple en la Asamblea Constituyente pero pretendió manejar las grandes decisiones nacionales con esa mayoría simple. La constitución, hecha por el partido de gobierno, el MAS, no representa la voluntad del pueblo. Fue impuesta por Morales, casi de manera clandestina, sin la presencia de la oposición. Entre otros aspectos, desconoce las aspiraciones de descentralización que inspira el movimiento autonomista de la media luna y le da a “sus” indígenas privilegios indebidos, con la exclusión de otros grupos sociales igualmente bolivianos,
• En Santa Cruz, Beni, Tarija, Cochabamb, Pando y en La Paz los prefectos estan opuestos al gobierno sectario de Morales. En Chuquisaca acaba de ganar una opositora a Morales, quien es quechua, lo cuál indica que Morales está perdiendo adeptos entre la gente que él llama suyas,
• El referendo que se plantea para el 10 de Agosto tiene reglas asimétricas, injustas. Por ejemplo, si Morales es revocado, tiene 180 días para permanecer en el gobierno y llamar a elecciones. Si un prefecto es revocado, debe salir de inmediato de su posición y su reemplazo ya no es elegido popularmente sino nombrado a dedo por Morales. Para Morales ser revocado se requiere una votación mayor del 50% pero para que un prefecto como el de Cochabamba sea revocado solo se requiere más del 40% o algo así,
• Morales será probablemente confirmado porque un revocatorio no es como una elección, en los ojos de la gente. Muchos votarán a favor, aunque se oponen a él, porque no desean ver salir a Morales antes de la culminación de su período normal de gobierno,
• La tragedia boliviana bajo Morales ha sido el sectarismo político que lo anima y la pérdida de oportunidades, el desperdicio de las coyunturas favorables que se le han presentado a Bolivia, tales como la condonación de su deuda y los altos precios de los hidrocarburos, de los alimentos y de los biocombustibles. Morales no ha sabido aprovechar estas coyunturas. La producción de gas está deprimida, no hay inversiones en el sector y, en general, nadie está invirtiendo en un país cuyo presidente castiga verbalmente al sector privado y los llama malhechores.
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A esto yo agregaría lo siguiente: Chávez tiene a Morales en su nómina de pago y lo ha convertido en una marioneta, tal como lo fue Walter Ulbricht en Alemania Oriental para los soviéticos. Chávez le entrega dinero de manera directa a Morales, quien lo usa sin cumplir con los procedimientos de contraloría de su país, los cuáles él llama “muy lentos”. Chávez da dinero a los militares y alcaldes bolivianos que apoyan a Morales. Chávez le ha regalado a Morales cuatro helicópteros que eran propiedad de los venezolanos, dos de los cuáles se han estrellado por falta de mantenimiento. Chávez ha conspirado con Morales para mantener a la oposición boliviana a raya. Ambos son cómplices del atentado reciente contra una estación televisora boliviana, llevado a cabo por un miembro de la guardia de Morales, quien acababa de regresar de Venezuela y andaba en un auto alquilado por la embajada de Venezuela en La Paz. La presencia de militares venezolanos en Bolivia representa una bofetada en contra de los ciudadanos de ese país. Chávez está ayudando al CNE, Consejo Nacional Electoral de Bolivia, a adoptar los mismos malos hábitos de la organización venezolana, los cuales le permiten a Chávez ganar elecciones amañadas. Por ejemplo, en Bolivia hay 327 testigos nombrados por el CNE que parecen pertenecer a la familia Mamani Mamani. Uno se pregunta si este es un apelido tan común en Bolivia o si el Sr. Mamani es o era un padrote insigne. Esto me recuerda a los 32.000 venezolanos mayores de cien años registrados por el CNE de Venezuela. La más reciente muestra de la desfachatez de Evo Morales ocurrió durante la visita de Tom Shannon, el alto funcionario del gobierno norteamericano. Morales le dijo que aceptaba la ayuda financiera de USA con condiciones (se permitió poner condiciones). Una de esa condiciones es que “ni un centavo de esa ayuda pueda llegar a manos de la oposición boliviana". Al decir esto Morales admite estar exluyendo del acceso al financimiento norteamericano a la mitad del país que no está de acuerdo con él. Yo espero que Shannon lo haya mandado a “lavarse ese paltó”, aunque lo dudo.
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En resumen: Bolivia tiene una industria de hidrocarburos ineficiente, donde no se estan haciendo las inveriones necesarias, no hay producción suuficiente de alimentos para la exportación, se demora la implantación de una política de producción de biocombustibles, se descuida el suministro de gas a Brasil y a la Argentina. Se desaprovecha la oportunidad de suplir gas a Chile. Se mantiene la pugna entre el régimen de Morales y la oposición. El referendo revocatorio no resolverá ningun problema y pudiera agudizar, aun más, el forcejeo político y social de fondo. Evo Morales camina hacia el pasado mientras los industriales y empresarios de de la media luna insisten en caminar hacia una Bolivia moderna, sin complejos, sin odios raciales y sin lucha de clases.
*********************Y la OEA? Tan ineficiente como siempre, ahora más que nunca, ya que su Secretario General Insulza está en campaña presidencial en Chile y requiere estar bien con todos los gobiernos, no con la gente de los países. De allí que su posición con respecto a la situación boliviana esté groseramente sesgada a favor de Morales.
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