viernes, 10 de marzo de 2017

UN RECUERDO PARA BERNARDO DIAZ, GRAN CABALLERO DEL PETRÓLEO


En 1981 fui designado por Petróleos de Venezuela, vicepresidente de la empresa Meneven, con la finalidad de apoyar a la empresa en sus tareas de integración con el resto de las empresas filiales. La idea era que, en esta etapa de la nacionalización, cada empresa fuese lo más integrada posible y, en ese momento, Meneven era una excelente, gran empresa de producción y de refinación pero con menos experiencia en comercialización y en planificación financiera y de recursos humanos, actividades que se habían hecho antes de la nacionalización esencialmente desde la sede de Gulf, en USA. En mi ida a Meneven me acompañaron Gustavo Inciarte, brillante gerente e ingeniero petrolero y José Mavarez, un experimentado hombre de finanzas, ambos lamentablemente fallecidos.
Debido a este movimiento a Meneven tuve la oportunidad de conocer y trabajar con su presidente Bernardo Díaz. Lo recuerdo como un gran caballero, un hombre de modales impecables, un excelente gerente formado por Mene Grande. Para él no fue fácil recibir dos directores y un vicepresidente llegados de otras filiales de PDVSA pero su actitud conmigo y con mis compañeros viajeros fue muy correcta, de total apoyo, mezclado con una cierta inquietud. Recuerdo que la primera vez que conversamos me dijo: “Gustavo, lo único que te pido es que no vengan a “Maravenizar” a “Meneven”.  Nuestra empresa tiene su cultura organizacional propia y no sería deseable llegar cambiándola. Somos una empresa fuerte en producción y tenemos nuestra manera de hacer las cosas”.
Así lo acepté y, hasta que Bernardo debió ausentarse de la presidencia de la empresa por enfermedad, tuvimos una relación armoniosa y mutuamente respetuosa, no sin algunos desencuentros basados en nuestras visiones de la empresa. Cuando Bernardo se ausentó de la industria petrolera lo perdí de vista totalmente y siempre me pregunté dónde estaría y qué sería de él y de su esposa Blanca, una gran dama. Ahora me llega la noticia de su fallecimiento, a la edad de 95 años, después de una larga y digna vida.
Durante mi breve estadía en Meneven conocí a muchos empleados de gran valor para la empresa y para el país: Nelson Olmedillo, Antonieta Mendoza de López, Francisco Pradas y muchos otros quienes llevaban a cabo una excelente labor, con quienes aún mantengo excelentes relaciones.
Bernardo era nacido en Carúpano, en Diciembre de 1922. Como yo, fue alumno de bachillerato en el Liceo “San José” de Los Teques, un semillero de buenos ciudadanos. Recibió su grado de Ingeniero de petróleos en la Universidad de Oklahoma, becado por la Mene Grande Oil Company, donde había comenzado a trabajar como oficinista. Regresó graduado a Venezuela en 1948 y fue enviado a San Tomé, donde se casó con Blanca, con quien tuvo cinco hijos.  Bernardo fue enviado por Gulf a otros países, entre ellos España, Filipinas y Ecuador, consolidando su experiencia gerencial y fue designado por la empresa para presidir a la empresa Mene Grande antes de la nacionalización. Bernardo se convirtió en el presidente de Meneven en 1976. Se retiró de la industria petrolera venezolana en 1983 o 1984. Desde ese momento se dedicó a actividades particulares.

De Bernardo solo tengo agradables recuerdos por su actitud impecable de gerente y buen ciudadano. Le hago llegar mis palabras de condolencia a su esposa Blanca y a sus cinco hijos.  

4 comentarios:

Richard Aymard dijo...

Felicitaciones, como siempre Gustavo Coronel recordando a tanta gente valiosa de la que ya casi nadie se acuerda y que hicieron mucho por la Industria y por el país....

Unknown dijo...

Estimado Sr. Coronel.
Gracias por esta publicación en su blog. Soy Cesar Diaz, uno de los 5 hijos de mi padre Bernardo.... lo estoy compartiendo con el resto de mis hermanos; Bernardo, Nancy, Zoraida y Maria Antonieta.

No cabe duda que mi papa fue un gran ciudadano, persona integral, profesional y lo más importante para todos nosotros; un gran padre y ejemplo de ser humano.

Yo por mi parte mantengo muchos recuerdos de la época de Mene Grande, Meneven y las oportunidades de haber conocido a grandes ejecutivos de una época tan importante para nuestro país. Se que no se debe acordar pero tambien tuve la oportunidad de conocerlo personalmente durante esos periodos.

Quedo muy agradecido por el crédito y el reconocimiento a mi padre.

Muy atentamente,.... Cesar Diaz.....

Unknown dijo...

Gustavo y demás compañeros petroleros. Agradezco profundamente en nombre de toda nuestra familia los masajes de condolencia por el fallecimiento de mi padre. Fué un padre ejemplar que nos inculcó valores y respeto al prójimo y diferentes culturas a las que nos vimos expuesto en su trayectoria internacional con la Gulf Oil. Sin embargo, nuestra casa siempre fue Mene Grande y Meneven de la cual todos guardamos muy gratos recuerdos de todos los campos donde tuvimos la dicha de vivir, pero muy especialmente San Tomé donde nacimos tres de los cinco hermanos. Personalmente fue mi ídolo y guía aspirando siempre ser como él. Me gradué del mismo liceo y de la misma universidad y llevo con orgullo su nombre al igual que uno de mis hijos y mi nieto. Por fin descansó y se fue como él quiso... en su cama, en su casa . Lo voy a extrañar muchísimo.

Unknown dijo...

Gustavo y demás compañeros petroleros. Agradezco profundamente en nombre de toda nuestra familia los masajes de condolencia por el fallecimiento de mi padre. Fué un padre ejemplar que nos inculcó valores y respeto al prójimo y diferentes culturas a las que nos vimos expuesto en su trayectoria internacional con la Gulf Oil. Sin embargo, nuestra casa siempre fue Mene Grande y Meneven de la cual todos guardamos muy gratos recuerdos de todos los campos donde tuvimos la dicha de vivir, pero muy especialmente San Tomé donde nacimos tres de los cinco hermanos. Personalmente fue mi ídolo y guía aspirando siempre ser como él. Me gradué del mismo liceo y de la misma universidad y llevo con orgullo su nombre al igual que uno de mis hijos y mi nieto. Por fin descansó y se fue como él quiso... en su cama, en su casa . Lo voy a extrañar muchísimo.