lunes, 31 de diciembre de 2018

2019 encuentra a una nación profundamente degradada



Dentro de pocas horas terminará otro año trágico para la nación venezolana.  No es ya suficiente decir que el régimen está degradado, que el país está degradado, sino que la Nación ha bajado a límites que los venezolanos de bien jamás hubieran imaginado.
La protesta popular se ha reducido a los reclamos por un pernil de cochino, unos kilos de carne semi-podridos las más de las veces,  mendrugos que han llegado a representar los más acariciados anhelos de compatriotas indefensos y arrodillados. La preocupación máxima de millones de compatriotas  ya no es vivir bajo una dictadura de civiles y militares ignorantes y corruptos. No es ver a sus industrias en la ruina. No es asistir al espectáculo de millones de compatriotas huyendo del país. Tampoco la ocupación de nuestro territorio por bandidos y terroristas cubanos y de las FARC o el ELN.  Ni siquiera la baja calidad moral de los ladrones y asesinos que nos gobiernan.
Es un pedazo de carne.
Estamos en el foso más profundo de la miseria. ¿Podremos salir?
No será fácil.
El verdadero enemigo a vencer para la nación venezolana será la baja educación ciudadana de su pueblo, la carencia de liderazgos colectivos, la ausencia de un propósito de los venezolanos de dar aportes al bien común, la mala costumbre de una mayoría de nuestro pueblo de creer en populistas y encantadores de serpientes que ofrecen lo imposible de cumplir, el desdén por el trabajo perseverante y la adoración del atajo y de la lotería.
Lo que nos ha pasado es culpa de estas carencias. SI no hay un serio intento de modificar actitudes de manera radical, de educar a los millones de compatriotas que chapotean en el pantano de la ignorancia y de los mitos y leyendas del populismo, esta Nación permanecerá en el foso del más trágico atraso, donde ya la han colocado los bandidos de chavismo-madurismo, ese engendro que ha probado ser lo peor  de nuestro gentilicio.    

4 comentarios:

Maria Teresa van der Ree dijo...


Da mucha tristeza. Los demás paises progresando y el nuestro no ha hecho sino retroceder en todo sentido.

Veinte años no es nada... pero para nosotros ha sido peor que cien años de soledad...

Gustavo dijo...

Hemos perdido una, dos generaciones, María Teresa. No habrá recuperación nacional mientras no llevemos a cabo un gran programa de educación ciudadana, el cual convierta al venezolano de hoy en un ciudadano consciente de sus DEBERES, al igual que de sus derechos,
Gustavo

Unknown dijo...

"¿Qué habría pasado si durante una època de arrestos masivos, como poe ejemplo Leningrado, cuando metieron rn la cárcel a la cuarta par de la población, la gente no se hubiera quedado en su madriguera, paralizada de horror al oír un portazo en la calle o pasos en la escalera? ¿Y so hubiéramos comprendido que ya no había nada que perder? ¿Y si los hubiéramos recibido con una barricada en el vestíbulo, con varios armados de hachas, martillos, hurgones o lo que hubiese a mano?...por más que se empeñara Stalin se habría detenido la maldita máquina"
Alexander Soljenitsin
Archipiñelago Gulag
¿Por qué una población se deja vejar? ¿Por qué los judíos no resistieron con mayor fuerza a los nazis? Por el terror en esos casos, el pánico paralizante que se instala. El asesino Mao decía que no se podía teenr un arma apuntando a la nuca de de cada chino, pero si se podía imponer el terror, que implicaba que todos temían ser la pr´xima víctima.
En el caso venezolano hubo resistencia y revuelta de calle varias veces. En cada oportunidad, la oposición colaboracionista le sirvió a la tiranía cubana y a sus sigüises venezolanos para aplacar la protesta. Ahora, lamentablemente, se encuentra uno este espectáculo deplorable de una población adocenada y peleando por un pedazo de carne podrida. Y todavía los "influencers", los sinvergüenzas que escriben para el muderismo, dicen que quien critica esa protesta por un pernil desprecia a la gente y se olvida de los sans culottes y la Revolución Francesa. Lo que no dicen estos tarifados es que ellos precisamente han echado agua fría al fuego de la protesta y siempre han insistido en la "negociación".
Lo que en otras experiencias históricas se logró desde el prncipio con el terror, en Venezuela se instaló con el rol de una falsa oposición traidora. Ahora se ha ido instalado el terror y el lanzamiento de migajas a una población hambrienta y conformada al estado terrible de cosas.

Anónimo dijo...

A propósito, no deja de llamar la atención cómo los cómodos políticos, opinadores, consultores y "politólogos" de la falsa oposición, que siempre han insistido en la negociación y en la vía electoral como únicos caminos, con sus doctísimas actitudes, se han ido marchando del país y siguen, desde el exterior, criticando a quienes se oponen a su visión. Que un "radical", un "sectario" o un "supremacista" -que todos esos adjetivos usan- se haya ido es más explicable, porque incluso muchos lo han tenido que hacer por estar en real peligro. ¿Pero ellos? ¿Esos que dicen que hay que seguir votando y "defendiendo espacios"? ¿Por qué no se han quedado a sufrir la hiperinflación, la falta de medicinas y de atención hospitalaria, la inseguridad?
Me recuerda esta posición a la de quienes se ofendían si se hablaba mal del comunismo cubano pero nunca, ninguno, se fue a vivir a la isla burdel.
Es muy cómodo desde una posición holgada, logrando obtener un trabajo razonablemente remunerado o por vías non sanctas, que de todo hay (más de lo segundo que de lo primero, en algunos casos se sospecha que anbas cosas), seguir insistiendo en métodos no aplicables a un caso tan complicado como el venezolano.
Nunca criticaría a quien dejó el país por obstinación o por atisbar lo que se venía. Critico a quienes apoyan el muderismo pero se han marchado y siguen rasgándese las vestiduras frente al "radicalismo".