Edgar
Zambrano, recién liberado por el régimen
de Nicolás Maduro, después– según reportan sus familiares y amigos- de ser sometido
a torturas físicas y mentales, acaba de declarar que se reunirá “con su amigo
Timoteo”. Ver: http://www.noticierodigital.com/2019/09/edgar-zambrano-me-reunire-con-timoteo-a-ver-si-se-puede-restablecer-oslo/.
Y ¿quien
es su amigo Timoteo? Es el cómplice de quienes apresaron y torturaron a Edgar.
Timoteo es quizás el más desvergonzado de los miembros de la tribu de parásitos
que hoy se agrupan bajo la sombrilla protectora y oportunista del régimen más
cruel, inepto y corrupto que ha conocido Venezuela.
Leo
esto y todavía no logro comprenderlo. Porque, para mí, representa un acto de desmesurado masoquismo o
de total descaro, no se cual. No es posible que en Venezuela esta gente que se
autodefine como líderes políticos puedan
haber llegado a coexistir pacíficamente con quienes exhiben poca o ninguna
textura moral, a nadar en el mismo pantano, pretendiendo que defienden la
democracia, la honestidad, la libertad, el decoro. El liderazgo tiene como
misión principal mostrar el camino a sus seguidores. ¿Es este el camino que se
cree deseable para Venezuela? ¿Un camino de amancebamientos, de descomunal
pragmatismo, de gelatinosos principios, de indiferencia al ejemplo que el
verdadero liderazgo debería dar?
Que
los Zambrano actúen como actúan, creyendo que su ejemplo inspirará a los
venezolanos a ser mejores, a ser más íntegros, a ser más dignos, revela que
estos grupos que se llaman líderes han botado su brújula moral, si es que
alguna vez la tuvieron. Ello los incapacita para ser líderes.
Es
verdad que lo que digo en esta nota y en mi artículo anterior: “Están botando
el alma de Venezuela en la basura”, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/ es muy duro, muy ofensivo, quizás hasta impropio de una
persona que pretende ser civilizada y humanista. Así no debería hablarse de nadie. ¿No es
verdad? A lo mejor estoy loco y me he dejado llevar por la indignación. Si es
así, lo siento. Pero no estamos en academia ni en círculos de reposada
intelectualidad. Estamos frente a una tragedia indecente, la cual llama a
nuestros más primitivos instintos de sobrevivencia.
Las
cosas en Venezuela han llegado al extremo de que el no hablar con tanta crudeza
de lo que nos está sucediendo comienza a ser complicidad. El discurso etéreo e
impersonal destinado para ser leído entre líneas puede que no comprometa pero
tampoco funciona.
El silencio
ante nuestro desastre moral es lo más ofensivo, lo más impropio, lo más incivilizado
que pueda existir en la Venezuela de hoy.
1 comentario:
Son impudicos. Este Zambrano sale de la "cárcel" con tinte en el pelo, afeitado y estrenando candado a abrazarse con Timo. Dos clases de presos: los torturados o asesinados y estos que salen casi mejor que como entraron. Este...
Otra perla: Mujica, al no tener respuesta alos argumentos de Tovar, en entrevista de TV internacional, le grita cuatro veces "tu errs un homosexual!"
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