miércoles, 2 de septiembre de 2020

PRAGMATISMO Y NEGOCIACIÓN: LOS ESCALONES QUE LLEVAN A LA ENTREGA

 


Ha surgido en Venezuela una epidemia de negociadores y negociados entre miembros de la oposición y el criminal e ilegítimo régimen de Nicolás Maduro: Henrique Capriles negocia, Stalin González negocia, Claudio Fermín negocia. Los encuestadores Luis Vicente León y Jesús Seguías demandan insistentemente una negociación, Carlos Raúl Hernández pide con vehemencia una negociación.

Desde el exterior el canciller español Borrell, el Papa, el funcionario de Trump, Abrams, los intelectuales Smilde y Lowenthal del Wilson Center en Washington  recomiendan una negociación.

 Se habla con creciente frecuencia de “pasar la página”, de “borrón y cuenta nueva”. Rechazamos la venganza, dicen los guerrilleros de ayer, quienes se rebelaron fusil en mano contra la democracia paro ahora se inclinan por el diálogo con los tiranos. “Acérquese a los chavistas arrepentidos”, le recomienda  Ricardo Combellas a Juan Guaidó, que ellos también son compatriotas.  Henri Falcón aboga por una coexistencia pacífica con perseverancia digna de mejor causa.  Zapatero, Mujica, Ochoa Antich se retratan con Maduro y con los hermanos Rodríguez, los símbolos de la corrupción  e ineptitud del régimen.

Es paradójico que en el momento en el cual el régimen de Maduro está más débil que nunca, gracias a la presión externa sobre los criminales, exista un grupo creciente de venezolanos que piden negociar con el régimen y ofrecerle concesiones para que permitan una transición pacífica hacia la democracia.  Negociar con los criminales puede dar algunos logros a corto plazo y una ilusión de victoria a lo que sería, realmente, una entrega. Algunos, a fin de darle a sus argumentos un manto de respetabilidad, hablan de la negociación de USA con Vietnam en París como ejemplo de que una negociación entre enemigos no es reprochable, como si aquello hubiese sido una verdadera negociación y no  una rendición de USA.

Los abanderados de la conciliación ofrecen ejemplos de otros países donde las negociaciones han barrido la basura debajo de la alfombra, arreglos disfrazados de soluciones. En el lenguaje de estos negociadores abundan términos como la paz, la hermandad y la reconciliación pero se olvidan de otros tan importantes como la  ética, la moral,  los principios, los valores y el respeto por quienes se sacrificaron en aras de esos principios.

Algunas negociaciones han llevado a los negociadores Capriles y Stalin González, hasta Turquía, país donde impera una dictadura que es socia de Maduro en lo relacionado con la extracción y venta ilegal de oro venezolano y que, al mismo tiempo, es aliada del gobierno de Donald Trump, quien  - a su vez – es enemigo de Maduro. Esta es una mezcolanza de intereses encontrados y de carencia de escrúpulos que no promete nada bueno para los negociadores, quienes no nos han dicho que han tenido que ofrecerle a Maduro para obtener la libertad de los rehenes venezolanos que estaban presos sin juicio o sin razón. No olvidemos que Maduro libera a unos y, simplemente, aprisiona a otros, porque sus acciones son totalmente arbitrarias. Al liberar a los rehenes Maduro no está haciendo concesión alguna que no pueda revertir mañana de un zarpazo.  

Quienes promueven la coexistencia pacífica y la generosidad en el tratamiento a Maduro dicen que la liberación de numerosos rehenes del régimen, lo que ellos llaman de manera servil un indulto, demuestra la “buena fe” del dictador, lo cual justifica, por lo tanto, que se ofrezcan concesiones al régimen. Así lo dice textualmente el encuestador Jesús Seguías, sin pensar que tales concesiones a un régimen criminal colocan a quienes las proponen en la categoría de colaboracionistas. Para Seguías, el gesto de Maduro impone un “dando y dando”, un quid pro quo.  

Quienes claman por la negociación con Maduro promueven la concurrencia de los venezolanos a la farsa electoral que Maduro propone para Diciembre de este año. Hablan del   “positivo gesto de Maduro” como indicativo de un proceso de rectificación cuando – en realidad – no es más que parte de una vulgar transacción que llevaría a la conformación de un híbrido legislativo chavista/madurista/oposición que mantendrá al dictador en control y a Venezuela en el peor de los atrasos. Es cierto que se han liberado personas inocentes pero no sabemos que se le ha ofrecido a Maduro a cambio. Quienes celebran este acto de  “democratización” no  saben o no dicen cuál es el precio que se ha tenido que pagar.  

Ir a votar en la farsa de Maduro equivaldrá a aceptar una nueva asamblea nacional donde Maduro tenga mayoría y donde habrá algunos asientos para los entreguistas. Para todo efecto práctico se trataría del fin del gobierno  de la oposición, y el inicio de un gobierno de Maduro, esta vez mezclado con un grupo de oposición a la Vichy, títeres llevados a la entrega por el afán de notoriedad y la ilusión de poder.  

Es necesario mantener el verdadero gobierno de oposición y una manera de hacerlo es negarse a validar la farsa electoral de diciembre y llamar a una consulta popular independiente, con la ayuda internacional, como la que proponen algunos grupos de venezolanos de oposición. Esta consulta popular daría a la oposición el piso político para mantener su gobierno intacto, frente a las pretensiones de la usurpación.

Creo que María Corina Machado debería apoyar la consulta. Estoy de acuerdo con la mayoría de sus planteamientos a Juan Guaidó pero no con su rechazo a la consulta, la cual podría tener un poderoso impacto político y estimular la participación popular contra el régimen de Maduro.      


4 comentarios:

Anónimo dijo...

No le quito una coma a lo que dices, Gustavo. Creo que Ma. Corina es la que está más clara de todos, cuando puedas échale una mirada a esta entrevista:

https://www.youtube.com/watch?v=uYwiTa6O6g4

Humberto Acosta.

Shaban dijo...

Ah man, i wish google translate did a better job here :<

https://aab-edu.net/

Anónimo dijo...

Venezuela no va a salir del pantano chavista si siguen habiendo miembros de la oposicón que buscan su beneficio personal y llegan a tratos con el régimen.
Aparte de María Corina y algunos pocos, hay mucho vivo haciéndose pasar por líder de la oposición y tienen objetivos muy similares a los del régimen: recibir dinero y mudarse a otro país!
Venezuela necesita gente seria y no hay muchos en el ámbito político.

Gustavo Coronel dijo...

Sorry Shaban. What would you like to know?