Esta entrevista hecha a por
José Pulido a Rodolfo Izaguirre me ha parecido tan hermosa que he deseado
reproducirla en mi blog para la lectura de quienes lo conocen y no lo conocen.
Yo aún no lo conozco y dada
la situación que impera en el mundo con el Coronavirus y la situación particular
de Venezuela, donde él vive, a lo cual hay que añadirle que él tiene 90 años y
yo 87, es probable que nunca tengamos oportunidad de darnos un abrazo fraterno.
Sin embargo, siento que lo conozco y debe ser por la manera como escribe, de cómo
ha transcurrido su vida, cuáles son sus principios y valores,. Todo ello me
hace sentir siento que al leer sobre él me parece estar viendo en el espejo una
imagen mejorada de mí mismo, de mis valores y anhelos y de mi manera de ver la vida.
Hasta su vida personal, sus tres hijos, la muerte de su esposa y como la
recuerda, me parecen reflejos de mi propia experiencia.
Izaguirre nos dice que
sobrevive porque “tiene helechos que cuidar”. Y aunque yo no tengo helechos que
cuidar si guardo con amor los trilobites y las oxytropidoceras que recogí en
mis años de geólogo y siento, como él, que soy uno con la naturaleza. Vivo,
como él, en una tranquila soledad dominada por la compasión hacia el agobiado mundo
que me rodea. No hablo (todavía) con Marianela, como él lo hace con su Belén,
pero si la siento siempre a mi lado,
cuando veo algo bello y la siento reír cada vez que he lavado la ropa y trato
de doblar las sábanas “King size”.
Como decía Auden en un poema escrito en 1939, en el umbral de la Segunda Guerra Mundial:
Defenseless under the night/ Our world in stupor lies/
Yet,
dotted everywhere, Ironic points of light/
Flash
out wherever the Just Exchange their messages/ May I……..
Show
an affirming flame.
Mi rudimentaria traducción:
Indefenso en la noche
Nuestro mundo muere en estupor
Sin embargo, existen por doquier
Irónicos puntos de luz
Que centellean cada vez que los justos
Intercambian mensajes
....... Ojalá yo pueda
Mostrar la positiva llama
Oct 2020
RODOLFO IZAGUIRRE: “SOBREVIVO PORQUE TENGO
HELECHOS QUÉ CUIDAR”. ENTREVISTA DE JOSÉ PULIDO
Por Crear en Salamanca 0 General, Literatura 2
“SOBREVIVO PORQUE TENGO
HELECHOS
QUÉ CUIDAR”.
Un día lejano, la gente
comenzó a leerlo bajo una fascinación, algo que funcionaba como un embrujo de
palabras. No les interesaba tanto la película que analizaba como la manera en
que lo hacía. Atrapaba esencias con gracia y precisión.
Desde ese principio, el
nombre de Rodolfo Izaguirre se encendió con un modo civilizado de iluminar.
Quienes han tenido el privilegio de conocerlo en persona, entendieron que el
molde se había roto después que hicieron a ese hombre erguido, elegante, sobrio,
ecuánime y justo. Su sensibilidad es como de ángel que solo aspira el cielo si
los demás lo alcanzan. Él es como la representación de una patria amorosa y
fugaz que alguna vez pasó y siguió de largo dejando esa muestra. En su juventud
vivió París como un romántico a quien le quitan París. Caracas habita dentro de
Rodolfo. Ningún poder podría sacar de raíz esa ciudad.
Rodolfo Izaguirre fue un
hijo criado por una madre sola, como muchos. Se enamoró de una mujer que era
puro amor y arte y creció con ella, como pocos. Tuvieron tres hijos talentosos
y pusieron todo el amor de la existencia en ellos. Su amada falleció y él la
sigue amando en el cuidado de los helechos, de las matas, de la casa. La enorme
soledad se encueva en el silencio y a veces sale para ver qué están haciendo
Belén y Rodolfo. Ajá: él la besa, habla con ella: siguen tan juntos que el
jardín la siente pasar.
Rodolfo Izaguirre es un
señor de las letras que ha entregado al país su espíritu de caballero. Sus
lectores, sus amigos, y sus paisanos saben perfectamente que así deberían
actuar los hombres, con esa decencia.
Ha vivido y ha escrito la
belleza. Y ha tratado de no perderla jamás. Ha vivido y escrito la verdad y ha
tratado de no perderla nunca.
¿Quién no quiere
abrazarlo? ¿Quién no quiere celebrarlo en sus noventa años de lucidez? Un día
lejano, de esos días que se están gestando en el futuro, la gente seguirá
leyéndolo.
UNA VEZ LE DIJE A BELÉN…
-¿Qué
es lo que más recuerdas de Belén?
-Son muchos los recuerdos
que me dejó. Elijo este: una vez le dije: Belén, llevamos juntos cincuenta años
de serena felicidad. ¿No es admirable? Me miró a los ojos, sonrió suavemente y
dijo: ¡Ha sido como un juego!
Pero dos días antes de
morir, devastada por el cáncer, me agarró la mano y dijo, mirándome nuevamente
con mirada que provenía desde el infortunio: ¡Hice de ti un águila y un trueno!
¡No permitas que esta gente bolivariana arruine tu vida!
Son más que recuerdos.
¡Son anhelos de vida!
-¿Qué
añoras?
-Añorar es como
deslizarnos en la nostalgia y la nostalgia es, a su vez, una trampa que nos
tiende el tiempo para atraparnos, para no dejar que avancemos y poder darnos
latigazos. Pero el pasado sigue estando allí y volvemos a él buscando una armonía
un respiro, algún aire fresco. Me basta con recordar la caída de la hoja al
desprenderse de la rama del árbol. Conocer una nueva ciudad, leer una buena
novela, dejarme llevar por el poema. Besar a mi mujer.
De estos pequeños deseos
está impregnada mi vida más secreta. En la otra, visible y estentórea,
aparecen la política, los destinos humanos, las peripecias del país, las
toxinas ideológicas que tratamos de combatir a manotazos.
-¿Cuál
fue la enseñanza principal que le dieron ustedes a sus hijos?
-Les enseñamos a cada
momento lo que habría de ser el más difícil de sus actos: ¡ser libres! Ser cada
uno su propio camino. Evitar la academia, el rigor de lo inamovible.
Cuestionar. No aceptar de entrada lo que se aprende sino después de verificar
que es cierto. Me tocó siendo niño darle la mano a un sátrapa paraguayo que
vino de visita en tiempos de Medina Angarita, mi presidente militar civilista.
Cuando supe que aquel Higinio Morinigo era un espantoso dictador, me convertí
en el alumno más rebelde que hayan conocido los anales educativos venezolanos.
Belén, en cambio, se negó siendo bailarina a darle la mano a Stroessner, otro
tirano del Paraguay. Quisimos advertir a nuestros hijos. Por eso les enseñamos
a ser libres.
UN DÍA ESCUCHÉ LA MÚSICA…
¿Qué
hecho o circunstancia te convirtieron en escritor?
-Durante un tiempo fui
crítico o comentarista de cine. Me preocupaba no poder transcribir en palabras
la belleza visual de las escenas cinematográficas. Batallar con dos lenguajes.
Dos códigos. Descubrí o se me reveló que tenía que aprender mi idioma, afinarlo,
tratarlo con más respeto y veneración, y un día escuché la música que se
esconde detrás o en el fondo de las palabras y ese día me convertí en escritor,
pero también en mejor crítico porque siendo escritor comprendía mejor el
lenguaje del cine.
-¿Qué
significó el cine en tu formación?
-Avivó mi imaginación,
mostró nuevos ángulos de percepción. Pero hubo algo que me estremeció y me
afirmó en la vida. Le ocurrió también a mi hijo Boris. Se trata de Lo
que el viento se llevó. El melodrama más perfecto del cine de todos los
tiempos. La heroína, Scarlet O´Hara, latifundista arruinada por la guerra,
arranca una raíz y dice: “!Juro que jamás volveré a pasar hambre!” Yo hice,
siendo niño ese mismo juramento. Es decir, me hice O´Hara. El cine se fusionó conmigo.
Desde niño ya estaba en mi propia formación humana.
-¿Cuál
es el recuerdo más alegre que tienes de tu madre y de tu padre?
-De mi padre pocos o
ninguno. Soy hijo de paternidad irresponsable. Por favor, ¡no me pidas
detalles! De mi madre, muchos no obstante recordarla tendida en una cama
clínica. Pero cuando más grande leía a Víctor Hugo, a Stendhal o a Hamlet,
sentía que sus historias me eran familiares y descubrí que ella, en lugar de
contarme historias de hadas, de Cenicientas y gigantes que viven en las
montañas, me contaba las historias de sus lecturas porque era una mujer bella,
rica, que recitaba sus oraciones en francés, pero desafortunadamente se topó
con un aventurero que la descuartizó, acabó con la fortuna familiar y le clavó
siete hijos. Soy el menor.
Esa fue la enseñanza
imborrable que me dieron. La cultura y la sensibilidad por el lado materno y la
irresponsabilidad por el otro.
NUNCA PENSÉ QUE ME IBA A
DOLER EL ALMA…
-Tu
escritura es el país y la gente del país ¿cómo vives y sientes el país en estos
tiempos?
-He llegado sin mayores
contratiempos a los noventa años. Cuando escalaba los diez y ocho veía el
futuro del país venezolano próspero y espléndido, en democracia, como un jardín
edénico. Pero llegué al futuro y lo que encuentro es desolación, ruina y despojos.
En el arco de mi propia vida he padecido tres dictaduras: la de Juan Vicente
Gómez no me tocó directamente porque apenas tenía cuatro años cuando murió en
Maracay. Pero la de Pérez Jiménez me agarró en plena juventud y la de
Chávez-Maduro en la senectud. Tres son demasiadas. Entre una y otra, espacios
ocupados por democracias imperfectas.
Por eso siempre he vivido
mal, porque casi siempre la cultura ha sido mal vista por los políticos en el
gobierno. Hoy, agobiado por el régimen militar, casi no vivo porque tampoco
vive el país envenenado por la toxina bolivariana.
-¿Qué
duele más hoy en día? ¿qué te conmueve más? ¿Ves algo apocalíptico o es solo
una cuestión de que el ser humano supere sus ignorancias?
-Nunca pensé que me iba a
doler el alma. Y es lo que más me conmueve Hay un país devorado por la
ignominia criminal del narcotráfico, las desconsideradas armas militares y la
aplastante mediocridad de sus mandatarios. Otro país permanece aventado por
todas partes víctima de una diáspora absurda. Y está el país en el que creo
vivir. Sobrevivo porque tengo helechos que cuidar; porque siempre hay
esperanzas y el sol muere cada tarde para renacer mañana.
Y repito acá lo que digo
donde quiera que me encuentre: “Cuando el país vuelva a ser y el horizonte
recupere esa línea imprecisa que confunde al cielo con el mar y creíamos
perdida nosotros, tú y yo, juntos, navegaremos hacia el sol”.
LA ÚLTIMA PALABRA LA
TIENEN LOS HELECHOS
Los helechos son
inmortales. Desde hace 350 millones de años están conectados al sol
convirtiendo sus rayos en vida. Su existencia es más antigua que la de los
seres humanos; estaban en el planeta mucho antes de que los dinosaurios
nacieran. Los helechos son muy interesantes y misteriosos, pero solo sería
permitido describirlos y narrarlos a través de una palabrería científica y
antigua que nadie podría comprender. Si en alguna parte figura la lengua de
Dios, es ahí donde pueden hallarla, en la intimidad de los helechos.
-Las esporas pueden dar
gametos masculinos y femeninos…
-¿De qué estás hablando?
-De esporófitos
isosporados…
-Está bien.
Los helechos se alimentan
con los rayos de la enorme estrella. No tienen semillas ni flores. Las enormes
minas de carbón que salvaron y martirizaron a Europa surgieron de los helechos
que murieron hace millones de años.
Gabriela Mistral escribió
un poema titulado Helechos. He aquí unos versos:
“Óiganlos dormir,
dormir/sin moverles un cabello/Ellos no viven ni mueren/ sólo escuchan el
silencio”.
Lope de Vega se inspiró:
“Caen de un monte a un valle, entre pizarras/guarnecidas de frágiles helechos/a
su margen carámbanos deshechos/que cercan olmos y silvestres parras”.
Vicente Gerbasi mencionó
varias veces los helechos en Mi padre el inmigrante:
“Hay un resplandor
cóncavo de helechos/una resonancia de insectos/una presencia cambiante del agua
en los rincones pétreos”.
Y don Julio Flórez,
cuando se volvió canción:
“Ellas son mis dolores,
capullos hechos/ los intensos dolores que en mis entrañas/sepultan sus raíces,
cual los helechos/ en las húmedas grietas de las montañas”.
Emily Dickinson adoraba
las flores, pero también dedicó amorosos cuidados poéticos a los helechos.
Dylan Thomas escribió un poema titulado La colina de los helechos,
en donde aparentemente no los menciona, pero quizá los sugiere: “y un juego
lleno de belleza y agua/y el fuego verde como pasto”. Pura especulación.
-Rodolfo Izaguirre ama
los helechos.
-Sí. Él entiende los
lenguajes sagrados de las matas.
-Muchísimas personas
amamos a Rodolfo… ¿Significa que también queremos a los helechos?
-Sí. Todo esto es un
cariño inmortal.
1 comentario:
Izaguirre es lo mejor que el siglo XX le dejó a Venezuela.
Reúne cultura, compasión y carisma en una única y maravillosa
persona.
https://www.youtube.com/watch?v=SL3LOYL-Zak
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