Respetado Creador:
Deseo
hacerle notar, respetuosamente, lo que considero un error de diseño en su
creación del Homo sapiens.
Se
trata de lo siguiente. En el momento en
el cual terminan los días que usted nos
ha concedido, ese día el individuo en cuestión pierde la conciencia de su yo, incluyendo
lo que él o ella podían ver como “su
derecho a ver el final de la película”.
Ello
es así porque su disco duro desaparece totalmente. La memoria es borrada y con
ella toda una bella historia humana, única e irrepetible. Desaparecen sus
visiones de dulces atardeceres, sus deleites al oír el trinar de los pájaros, el
recuerdo de maestros, padres, amigos y de las mujeres amadas. Dejan de existir las aleaciones únicas e intransferibles
que existen entre cada conciencia y la música que escuchan, desde Bach hasta Poulenc y desde Lauro hasta
Aldemaro Romero ya que la música provoca emociones diversas a cada quien. ¡Que
tesoros se pierden!
Cesará
para ellos y para siempre la facultad de ejercer la compasión, no podrán navegar más en los dos grandes ríos
de la conciencia que los llevan al llanto y a la risa.
En mi
caso particular ya no veré más Malbecs ni Beaujolais noveaus, ni Corton Charlegmanes
(en realidad, este es ya incomprable), ni más Balvenies o Chivas Regal, ni más tequeñitos
o empanadas de carne molida.
Debo
confesarle que me resulta doloroso aceptar que ya no podré ver al hombre viajar
a las estrellas, ni sabré jamás si se impondrá la sensatez para salvar al planeta
azul del cambio climático que hemos generado en esta nueva edad geológica
del antropoceno.
Protesto
por este despojo, especialmente en el nombre de quienes han debido estar
presentes para saberlo, aquellos grandes intuitivos como Albert Einstein, Stephen Hawkins, Jack
Vance, Arthur Clarke y Jorge Luis Borges, cuyos discos duros se reducen hoy a
las arenas que van al mar.
En lo
egoísta, el componente frívolo de mi curiosidad se quedará para siempre
insatisfecho. ¿Regresará Trump a la
presidencia de los Estados Unidos? ¿Por
cuantos años será rey Carlos III? ¿Se
casará Kim Kardashian con Johnny Depp? ¿Se quitará algún día el turbante Piedad
Córdoba y – por favor - que tendrá ella, allí debajo?
Nada
me consolará de no estar en Cooperstown el día que Miguel Cabrera entre al Hall
de la Fama.
En el
plano más serio, nunca sabré si Venezuela será algún día una nación con una
mayoría de ciudadanos, en lugar de un gentío resignado a aceptar humillaciones
de un régimen analfabeta. ¿Emergerán en
la sociedad venezolana suficientes buenos ciudadanos activos y nuevos líderes
quienes remplacen el brutal y cursi enanismo que se ha enraizado en el poder?
Respetado
Creador: usted nos dio la facultad de recordar el pasado u hacer del recuerdo
el gran padre de la nostalgia, así como nos ha dado la imaginación, esa gran
madre de la esperanza. Sin embargo, creo que hubiera sido más justo que, así
como podemos conocer el pasado, pudiéramos poseer la facultad de ver al futuro
alinearse con nuestros sueños.
Sé
que muchos seres humanos creen en la existencia de una vida más allá de esta
vida, en la cual podamos estar de nuevo con nuestros seres queridos, aquellos
quienes les dieron sentido a nuestras vidas. La inmensidad del Cosmos, como lo
revela hoy el telescopio Webb, me hace escéptico sobre nuestra naturaleza
especial, sobre nuestra pretensión de haber sido creados a la imagen y
semejanza del Creador. Quisiera estar equivocado.
Preservar
la conciencia, los discos duros que eran irrepetibles como los cristales de
nieve, ya es demasiado tarde para Mozart
y Bach, para Shakespeare, Cervantes, Leonardo y Sócrates. Pero no es demasiado tarde para quienes aún están por
nacer.
¿Será posible corregir
este error de diseño, respetado Creador?
Es también tarde para mí pues, desde la proa del barco de
Ulises, ya puedo divisar las costas de Ítaca entre la bruma. Pero hay tiempo
para los millones de discos duros aún por nacer y que atesorarán maravillas.
Salvados de su conversión en polvo, harán del universo
algo mucho más bello y amable,
Un buen saludo,
Homo sapiens
número 145x1048
1 comentario:
Las generaciones que vienen tendrán mucho trabajo tratando de enderezar este mundo loco.
Pero sí, dónde quiera que se inscriba la creencia, espero que los no nacidos tengan mejor
destino que el de la generación que nos estamos despidiendo.
Abrazos de feliz año,
Acosta.
Buenos Aires,
Argentina (humedad).
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