No es una versión 100% literal pero contiene esencialmente todo lo que dije en la versión original en inglés...
WILSON CENTER SOBRE VENEZUELA: RESPETADOS
POLITOLOGOS PREFIEREN EL PRAGMATISMO A LOS PRINCIPIOS.
El reciente informe sobre Venezuela del
Wilson Center: “Venezuela in 2023 and
Beyond: Charting a New Course” representa el esfuerzo colectivo de un equipo
formidable de politólogos venezolanos y estadounidenses, quienes tienen todo mi
respeto y con quienes estoy en vigoroso desacuerdo.
Se puede leer aquí:
El informe está escrito por Abraham Lowenthal
y endorsado por Cynthia Arnson Wilson Center, Paul Joseph Angelo, PhD, Javier Corrales Amherst College, Larry
Diamond Stanford University, Laura
Gamboa University of Utah, Benjamin Gedan Wilson Center, Sergio Jaramillo European Institute of
Peace. Maryhen Jimenez Oxford University
and Wilson Center, Miriam Kornblith
National Endowment for Democracy, Jennifer McCoy Georgia State University,
Keith Mines United States Institute of Peace, Francisco Monaldi Rice
University, Michael Penfold Instituto de
Estudios Superiores de Administración,
John Polga-Hecimovich U.S Naval Academy,
Christopher Sabatini Chatham House, David Smilde Tulane University and
Harold Trinkunas Stanford University.
Con una o dos excepciones este es un equipo
de ensueño en materia politológica, todos quienes poseen peso específico que
los hace inmunes al síndrome de la manada pero, quienes, muy atareados cada
quien en su área, pueden tener una predisposición al compromiso sobre el texto.
Los autores expresan al inicio: “Todos reconocemos que las transiciones
negociadas no deben ser vindicativas sino conciliatorias. La única vía parta
salir del estancamiento es mediante convenios que respondan a los intereses del
gobierno y de la oposición….”. NOTA: No todo está traducido, ver el original
en inglés para la versión completa.
Este párrafo indica que la esencia del
informe tiene que ver más con ver hacia adelante que hacia atrás, enfatizando
el perdón más que el castigo, favoreciendo soluciones pragmáticas más que
principistas. Los autores piensan que el régimen de Maduro tiene la intención
de establecer objetivos compartidos con la Venezuela democrática y también
creen que las negociaciones pueden satisfacer los intereses de ambos bandos.
Francamente, encuentro estas premisas muy
cuestionables, como elaboradas en un laboratorio, más que en base a la
observación de la realidad venezolana. Los autores parecen pensar que las dos
partes tienen diferencias de opinión pero comparten un deseo común de resolver
la tragedia venezolana. Por ello piensan que las dos partes pueden acordar el cómo,
ya que parecen estar de acuerdo en el qué. Opino que eso es ser exageradamente crédulo.
Sin
embargo, esta postura es coherente con sus trabajos anteriores. Lowenthal escribió,
junto con Sergio Bittar, un libro sobre: “Transiciones Democráticas,
Conversaciones con Líderes Mundiales”, en el cual describen un grupo de "transiciones
exitosas”, basadas en la estrategia paciente, la receta que le recomiendan a
los venezolanos. Estas estrategias pueden
haber sido exitosas en algunos países pero no trabajan en todos. Bastantes de
esos casos que Lowenthal y Bittar han definido como “exitosos” no han resistido
el paso del tiempo. En
África del Sur, Chile, España, la solución ha probado ser, realmente, lo que
Naím y Piñango llamaron en la Venezuela del siglo XX, una ilusión de
armonía. En esos países se barrió la
basura debajo de la alfombra, lo cual fue una solución temporal e inefectiva.
La única manera de limpiar efectivamente es echar la basura en el vertedero y
pegarle candela, pero eso no es lo que este informe está recomendando.
Dicen los autores: “las negociaciones no eliminarán rápidamente los resentimientos… no
producirán gobernanza.. ni siquiera sabemos si Maduro admitirá la posibilidad
de ceder su poder y aceptar elecciones libres.
Pero esta es la única vía que tenemos…”.
Los autores piensan que la negociación es la única
alternativa. No estoy seguro que ella sea la única vía abierta a los
venezolanos. Esa es la vía de la rendición, la de sentarse con sus opresores,
ser humillados y castrados en su dignidad, solo esperando que Maduro se digne a
ceder poder político y consienta ser juzgado por sus crímenes. Esto es irreal.
Ninguna sociedad ha obtenido su libertad mediante la súplica. La libertad se
gana, no se mendiga. Una vía válida es de la rebelión cívica y ella requerirá
un liderazgo a lo Churchill y a lo De Gaulle, no a lo Chamberlain o a lo Pétain.
El informe continúa (traducción parcial): “Dependerá de los venezolanos de diferentes
ideologías comenzar a coexistir democráticamente y resolver problemas de forma
pragmática. Ambos lados deben proponer maneras cooperativas de enfrentar los
problemas…”. .
Aquí los autores piden a los venezolanos
llevar a cabo una coexistencia democrática y una solución pragmática de problemas.
Rechazo esa propuesta. Los pasados 20 años de historia venezolana han sido de
horror, de muerte, hambre, represión, robo, lavado de dinero y narcotráfico.
Miles de Venezolanos han muerto de manera violenta, centenares han sido torturados,
millones han tomado el camino del exilio con lo que llevaban puesto. Este
horror no puede borrase a favor de una “coexistencia democrática o de una
actitud pragmática”. Ello sería, de nuevo, barrer la basura debajo de la alfombra. Lo que los autores llaman
Paciencia Estratégica sería equivalente a consolidar el statu quo.
El informe saluda como paso importante el
convenio entre Maduro y la Plataforma Unitaria para crear un Fondo Social manejado
por las Naciones Unidas, de tres mil millones de dólares a ser obtenidos de los
fondos de Venezuela en el exterior, para ser utilizados para responder a la crisis
humanitaria venezolana.
Dos problemas: uno, buena parte del dinero a ser utilizado
está atado a diversas demandas legales, por lo cual no es fácilmente accesible. Segundo,
la idea de cómo utilizar este dinero es muy diferente entre Maduro y el resto de los venezolanos. Podremos esperar algo bueno de las Naciones Unidas a cargo de la administración de ese dinero?
Los autores dicen: Las sanciones no son
justificables y solo servirían para endurecer las controversias”. Esto es
música para los oídos del régimen.
El informe dice (versión parcial): “Los funcionarios de Maduro desean
garantías de no ser perseguido. Esto no será fácil pero otras transiciones han desarrollado
soluciones que combinan los principios con el pragmatismo”.
Combinar principios con pragmatismos no es bueno
y sugiere una dilución en la aplicación de justicia. Ello es lo que ha causado tanta insatisfacción y conflicto en países que solo aplicaron una tímida
versión de la justicia. Al hablar de esta manera los autores le envían un
mensaje tranquilizante a Maduro y su pandilla.
Peor aún. El informe dice: “Coexistencia Democrática: Será importante…
que la plataforma Unitaria, Maduro y otros componente de la sociedad practiquen
la coexistencia democrática".
Perdón. La coexistencia democrática con el
régimen de Maduro es un NONO moral, el cual le enviaría un horrible mensaje a
la población venezolana: EL CRIMEN PAGA. Estaríamos
comprando un alivio momentáneo de nuestras aflicciones al precio de nuestra dignidad
y decencia como nación, un componente espiritual sin el cual no hay sociedad
que pueda vivir en paz consigo misma o producir ciudadanos dignos.
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