*** TRES ASESINATOS Y DOS EJEMPLOS DE CORRUPCIÓN
Durante sus diez años de régimen autocrático Hugo Chávez ha cometido algunos asesinatos que dejarán una honda herida en el alma venezolana. Han sido asesinatos de algunas características espirituales y morales fundamentales de nuestra sociedad.
La majestad presidencial.
Una de las primeras víctimas de Hugo Chávez fue la majestad presidencial, esa aureola de respeto y de dignidad que debe siempre acompañar al presidente democrático. Si la majestad presidencial desaparece se deteriora todo el sistema institucional del país, se debilita la relación entre la sociedad y el presidente electo. Cuando esto ocurre, el presidente ya no puede representar dignamente a su país en el exterior y comienza a ser visto con desdén por aquella porción de la población poseedora de cultura cívica. Recordemos a Abdala Bucaram, el payaso Ecuatoriano que llegó a la presidencia y fue expulsado, después de haber dado espectáculos bochornosos. Otros ejemplos incluyen a Evo Morales, repartiendo cheques de dinero venezolano a sus seguidores y bajándose de un avión por una escalera de pintor, Cristina Kirchner, desfigurada por el botox y apelando continuamente a su condición de mujer para tratar de ganar la discusión con el pueblo argentino y Daniél Ortega, violador de su hijastra y protector de terroristas.
Chávez asesinó la majestad presidencial el mismo día de su inauguración, en Enero 1999. En ese acto de su juramentación se refirió a la constitución que debía defender como “moribunda”. En ese mismo acto vejó al presidente saliente, quien no tuvo la entereza de abandonar el recinto en ese momento, lo cuál hubiera sido un gesto inolvidable, solo comparable al “por qué no te callas?”. Durante todos estos años, Chávez ha seguido pisoteando la majestad presidencial casi a diario, bajo la mirada pasiva y complaciente de las fuerzas armadas, de sus seguidores y de una buena parte del país que no aprueba pero tampoco protesta indignada.
La cordialidad democrática.
Otra víctima de Chávez ha sido la cordialidad democrática, una característica que permitía a adversarios políticos co-existir civilizadamente. Medina Angarita, Leoni, Caldera , Barrios, Blanco, Pérez Díaz, Villaba y muchos otros líderes venezolanos del siglo XX mantuvieron esta tradición de respeto y cordialidad hacia el adversario. Chávez mató eso. Ahora solo existen enemigos, a ser despreciados y ridiculizados. Ello ha creado un clima donde la agresividad ha reemplazado las buenas maneras y ha contagiado a todos los sectores de la vida venezolana. Chávez no ha tenido, en diez años, el menor gesto de reconocimiento hacia los venezolano quienes lo adversan. El es un matón de barrio y, lamentablemente, quien a hierro mata, a hierro muere.
La conducta cívica.
Aunque los venezolanos aún no habíamos logrado estructurar una sociedad de ciudadanos, el ingrediente indispensable del progreso, algunos avances importantes se habían hecho antes de la llegada de Chávez. Las ONG’s de naturaleza comunitaria, cultural y deportiva habían proliferado. Un club de los Buenos Días que fundé en Caracas a finales de la década de 1980 llegó a tener varios miles de miembros, cuyo solo deber era dar los buenos días a todos quienes encontraran en su camino. Hoy en día Chávez y su agresividad han asesinado esta conducta en millones de venezolanos, han promovido una sociedad signada por la desconfianza y el temor, donde los buenos días han dado paso a la mirada hostil, una sociedad donde más de cien mil personas han muerto asesinadas en los últimos diez años.
Durante sus diez años de régimen autocrático Hugo Chávez ha cometido algunos asesinatos que dejarán una honda herida en el alma venezolana. Han sido asesinatos de algunas características espirituales y morales fundamentales de nuestra sociedad.
La majestad presidencial.
Una de las primeras víctimas de Hugo Chávez fue la majestad presidencial, esa aureola de respeto y de dignidad que debe siempre acompañar al presidente democrático. Si la majestad presidencial desaparece se deteriora todo el sistema institucional del país, se debilita la relación entre la sociedad y el presidente electo. Cuando esto ocurre, el presidente ya no puede representar dignamente a su país en el exterior y comienza a ser visto con desdén por aquella porción de la población poseedora de cultura cívica. Recordemos a Abdala Bucaram, el payaso Ecuatoriano que llegó a la presidencia y fue expulsado, después de haber dado espectáculos bochornosos. Otros ejemplos incluyen a Evo Morales, repartiendo cheques de dinero venezolano a sus seguidores y bajándose de un avión por una escalera de pintor, Cristina Kirchner, desfigurada por el botox y apelando continuamente a su condición de mujer para tratar de ganar la discusión con el pueblo argentino y Daniél Ortega, violador de su hijastra y protector de terroristas.
Chávez asesinó la majestad presidencial el mismo día de su inauguración, en Enero 1999. En ese acto de su juramentación se refirió a la constitución que debía defender como “moribunda”. En ese mismo acto vejó al presidente saliente, quien no tuvo la entereza de abandonar el recinto en ese momento, lo cuál hubiera sido un gesto inolvidable, solo comparable al “por qué no te callas?”. Durante todos estos años, Chávez ha seguido pisoteando la majestad presidencial casi a diario, bajo la mirada pasiva y complaciente de las fuerzas armadas, de sus seguidores y de una buena parte del país que no aprueba pero tampoco protesta indignada.
La cordialidad democrática.
Otra víctima de Chávez ha sido la cordialidad democrática, una característica que permitía a adversarios políticos co-existir civilizadamente. Medina Angarita, Leoni, Caldera , Barrios, Blanco, Pérez Díaz, Villaba y muchos otros líderes venezolanos del siglo XX mantuvieron esta tradición de respeto y cordialidad hacia el adversario. Chávez mató eso. Ahora solo existen enemigos, a ser despreciados y ridiculizados. Ello ha creado un clima donde la agresividad ha reemplazado las buenas maneras y ha contagiado a todos los sectores de la vida venezolana. Chávez no ha tenido, en diez años, el menor gesto de reconocimiento hacia los venezolano quienes lo adversan. El es un matón de barrio y, lamentablemente, quien a hierro mata, a hierro muere.
La conducta cívica.
Aunque los venezolanos aún no habíamos logrado estructurar una sociedad de ciudadanos, el ingrediente indispensable del progreso, algunos avances importantes se habían hecho antes de la llegada de Chávez. Las ONG’s de naturaleza comunitaria, cultural y deportiva habían proliferado. Un club de los Buenos Días que fundé en Caracas a finales de la década de 1980 llegó a tener varios miles de miembros, cuyo solo deber era dar los buenos días a todos quienes encontraran en su camino. Hoy en día Chávez y su agresividad han asesinado esta conducta en millones de venezolanos, han promovido una sociedad signada por la desconfianza y el temor, donde los buenos días han dado paso a la mirada hostil, una sociedad donde más de cien mil personas han muerto asesinadas en los últimos diez años.
Chávez, el corruptor.
Hugo Chávez no solo es un asesino sino un corruptor. Con su indudable habilidad para hablarle a las masas ha exhibido un estilo inmoral de gobernar y ha dado muestras de una gran deshonestidad. Un ejemplo muy reciente lo constituye uno de sus actos en Maracay, donde, frente a una sala llena de cadetes militares, comienza a preguntar quienes carecen de una computadora. Los pobres diablos corean “yooooo, yooooo”. Entonces les dice: “Quisieran tener una? Los que quieran tener una que levanten la mano!”. Y los pobres diablos alzan la mano con entusiasmo. Luego les dice: “Quisieran tener un carro?… Quienes desean tener un carro, sin inicial, con cómodas cuotas? (si no las pagan no importa, sugieren sus pícaros ojillos)”. Y todos los pobres diablos chillan entusiasmados: “Yooooo, yooooo”. Entonces dice Chávez a sus amanuenses: “ Tomen nota de esto, hagan la lista”, mostrándose pródigo con bienes nacionales que él está obligado a manejar con prudencia y no para satisfacer su megalomanía.
Hugo Chávez no solo es un asesino sino un corruptor. Con su indudable habilidad para hablarle a las masas ha exhibido un estilo inmoral de gobernar y ha dado muestras de una gran deshonestidad. Un ejemplo muy reciente lo constituye uno de sus actos en Maracay, donde, frente a una sala llena de cadetes militares, comienza a preguntar quienes carecen de una computadora. Los pobres diablos corean “yooooo, yooooo”. Entonces les dice: “Quisieran tener una? Los que quieran tener una que levanten la mano!”. Y los pobres diablos alzan la mano con entusiasmo. Luego les dice: “Quisieran tener un carro?… Quienes desean tener un carro, sin inicial, con cómodas cuotas? (si no las pagan no importa, sugieren sus pícaros ojillos)”. Y todos los pobres diablos chillan entusiasmados: “Yooooo, yooooo”. Entonces dice Chávez a sus amanuenses: “ Tomen nota de esto, hagan la lista”, mostrándose pródigo con bienes nacionales que él está obligado a manejar con prudencia y no para satisfacer su megalomanía.
La cultura de la limosna impuesta por Chávez nos está prostituyendo como sociedad, más de lo que ya estábamos debido a las muchas décadas de renta petrolera. Chávez nos ha convertido en una sociedad de limosneros. Los comentarios de lectores a la nota sobre el espectáculo arriba mencionado son tragicamente reveladores: “”Y por que a mi también no me regalan una? “dice un comentarista. “Este hombre es un show”, dice otro, admirado. Pero no parecen darse cuenta de que este hombre es un corruptor de sociedades. Otro ejemplo es el proporcionado por Evo Morales, quien admite campechano que recibe dinero directamente de Hugo Chávez (“Es muy dificil sacar la plata del gobierno porque hay controles y burocracia”, alega este pulpero disfrazado de presidente)”. Esta es una admisión impúdica por parte de quien ya ha perdido todo sentido del decoro. Morales está comprado por Chávez y no debería ser presidente de un país alguien comprado por el mandatario de otro país.
La tragedia venezolana va más allá de los inmensos recursos despilfarrados y robados. Los resultados de la década venezolana bajo Hugo Chávez van más allá de la criminalidad galopante, de la basura acumulada en las calles, de la industria petrolera prostituída, de la indignidad de las fuerzas armadas, de la gente que muere de mengua en los hospitales, de los escolares adoctrinados por la ignorancia socialista, de nuestra afiliación como país a las fuerzas del bandidaje internacional. Van directo a la destrucción del alma venezolana, por vía de una inyección de odio y de mediocridad que amenaza con convertirnos, a corto plazo, en uno de los pueblos más atrasados del planeta.
Los compatriotas quienes aún no han perdido la voluntad de resistir no deben tolerar más esta situación, so pena de convertirse en cómplices.
Frente al canto de las sirenas de la corrupción chavista Venezuela necesita un nuevo Orfeo.
La tragedia venezolana va más allá de los inmensos recursos despilfarrados y robados. Los resultados de la década venezolana bajo Hugo Chávez van más allá de la criminalidad galopante, de la basura acumulada en las calles, de la industria petrolera prostituída, de la indignidad de las fuerzas armadas, de la gente que muere de mengua en los hospitales, de los escolares adoctrinados por la ignorancia socialista, de nuestra afiliación como país a las fuerzas del bandidaje internacional. Van directo a la destrucción del alma venezolana, por vía de una inyección de odio y de mediocridad que amenaza con convertirnos, a corto plazo, en uno de los pueblos más atrasados del planeta.
Los compatriotas quienes aún no han perdido la voluntad de resistir no deben tolerar más esta situación, so pena de convertirse en cómplices.
Frente al canto de las sirenas de la corrupción chavista Venezuela necesita un nuevo Orfeo.
2 comentarios:
No tengo que correr para el arca de Noe, por lo menos he encontrado alguien ( ya son varios { el escrito de Rafael Alfonzo}) que ademas de tener educacion y principios dice las cosas como son.
Excelente, gracias a dios queda gente objetiva en este pais.
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