Walter y Gwendolyn Myers fueron espías de Cuba por casi 30 años. El trabajaba en el gobierno de los Estados Unidos y cobró sueldos por $1.200.000 durante el período, además de ahorrar otros $180.000 en su pensión de retiro. Viajaron a Cuba en, al menos, tres ocasiones y cenaron en 1995 con Fidel Castro, un sueño largamente anhelado. Casi todos los años se iban a México, Ecuador o Jamaica, donse se entrevistaban con los agentes de inteligencia cubanos que los controlaban. No se sabe aún cuanto les cobraban a los cubanos, a menos que fuera "por amor".
La FBI sabía de ellos hace algun tiempo pero les estaban dando cuerda. Ahora probablemente pasarán su retiro en la cárcel, hasta que las muerte los separe. Ellos dirán que nadie les podrá ya quitar lo bailao. Como recompensa, serán posiblemente incorporados al Panteón de los Héroes de la Revolución Castrista.
1 comentario:
Coronel no califiques a otros por tu propia moral o pensamientos.....te delatas
NO VOLVERAN PITIYANQUITOS
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