miércoles, 26 de mayo de 2010

De la que me salvé !

Por diez años tuve mi residencia en Sabana del Medio, Municipio Libertador, del estado Carabobo. A pesar de la dureza del clima y de los frecuentes apagones mi esposa y yo fuímos felices por algun tiempo, hasta 2000. En esa época comenzaron las invasiones a terrenos adyacentes, las raterías, las vacas comiéndose nuestras cayenas. Luego vinieron los asaltos a los vecinos y hasta uno que otro asesinato en la comunidad. A nosotros nunca nos asaltaron, quizás porque mi apellido Coronel infundía respeto a los malhechores. Pero nunca tuve un arma conmigo.
En 2003 no aguanté más la inseguridad, la suciedad de Tocuyito, los apagones, los cobros casi confiscatorios de Eleoccidente, la escasez de alimentos y el clima general de deterioro y abandoné mi casa, mi libros, mis árboles frutales y mis amigos del lugar.
Uuuf… de la que me salvé, pienso hoy, al ver el informe desde Tocuyito. Dice así:
La queja de los directivos de la Cámara de Comercio del municipio Libertador en Valencia, a la cual ningún organismo, incluyendo la alcaldía, quiere recibir para escuchar sus denuncias señalando al municipio como "caótico". Dicen que la mayoría de los terrenos productivos han sido invadidos en los últimos diez años, y que la delincuencia se ha hecho insoportable -van 43 comerciantes asesinados en los últimos tres años- y dicen que después de las 6 de la tarde se vive "en estado de sitio".
Si me hubiera quedado allá probablemente ya me hubieran asesinado para robarme las gallinas, la misma policía chavista, ya que esta es una dictadura roba gallinas. Sin embargo, echo de menos mis libros, mis frutales y mis amigos de Sabana del Medio: Jesús Pulido, la maravillosa familia Cariello y tantos otros. Hubiera querido permanecer allá, pero no aguanté el contraste entre lo que habia logrado de la puerta de mi casa para adentro y lo que veía de las puertas de mi casa para afuera, la miseria de Tocuyito y su prisión maldita, la suciedad profunda de la carretera, los vegetales melancólicos, las colas inmensas y, sobretodo, la sensación creciente de inseguridad.

2 comentarios:

Kepler dijo...

Gustavo, eso no es nada.

El vertedero de basura Guásima es un desastre ecológico de proporciones mayores.
Eso afecta a mucha más gente de la que muchos creen. El agua que toman todos desde El Pao hasta Naguanagua, pasando por Libertador y hasta las ciudades de Aragua viene de Cachinche-Pao. Yo escribí algo sobre eso en mi bitácora castellana (desarrollo sostenible para Venezuela).
La gente está bebiendo veneno, literamente.
Respecto a la criminalidad: quizás has visto las estadísticas que mantengo. El municipio Libertador tiene LA tasa más alta de asesinatos en Carabobo y con ello una de las más altas de América Latina.
Solo el municipio Valencia tiene más asesinatos en Carabobo, pero Valencia es mucho más grande.
De modo que: olvídate de esa zona por mucho tiempo.
Es una lástima, pero así es Chavezlandia y la cosa no cambiará rápido una vez que Hugo se haya ido.

Gustavo Coronel dijo...

hola!
gracias por tu información, Kepler. Yo no regreso ya a Sabana del Medio. Me tendrán que servir mis recuerdos. Allí sembré 600 árbole frutales de las más variadas clases. Construí una piscina y a medianoche estaba flotando en ella, bajo la luna, con un vodka tonic en la mano, al lado de un inmenso curarí (tabebuia sp,.) Tenía una antena y veía hasta las teleovelas de hong Kong. Todo eso en una zona rural, a 20 kilómetros de Valencia. Era un country gentleman. esa vaina se vino abajo cuando llegó estaban al poder y comenzó el despelote de invasiones y crímenes. Dejé atrás mi blblioteca de 2000 volúmenes porque ahora no me caben sino 100 volúmenes en mi apartamento aquí. Pero quí hay algo que me compensa: libertad y orden cívico, limpieza y tranquilidad. Hay Nación, democracia y vida n contraposición a Patia, socialismo o muerte.
La tragedia de esa zona es lamentable porque teía grandes atractivos. A las cinco de la tarde pasaban doscientas cotúas por mi casa camino al árbol donde dormían. No a las cinco y cinco ni a cinco para las cinco.