S. Donziger, cerebro legal de la parte demandante. El juicio se le ha enredado.
*** Chevron-Texaco pone al experto Cabrera contra las cuerdas.
Los asesores legales de Chevron-Texaco en el juicio que se lleva a cabo contra esta empresa en Lago Agrio, Ecuador, el cual he comentado en varias oportunidades en mi blog http://www.lasarmasdecoronel.blogspot.com/ y en http://www.petroleumworld.com/ , así como en varios periódicos de América Latina, acaban de producir un nuevo alegato en contra del experto nombrado por la corte, Richard Stalin Cabrera Vega. En este alegato, presentado por el abogado Adolfo Callejas Ribadeneira, se avanzan argumentos de extraordinaria gravedad. De ser ciertos, y ello no es de dudar, dado el grado de detalle que presenta la parte demandada, el experto Cabrera Vega habría cometido perjurio, fraude, plagio y conspiración con la parte demandante. Obviamente, ello hace su informe inválido. Mucho del contenido del informe de Cabrera, dice Chevron-Texaco, es derivado de información suministrada a Cabrera por los demandantes o gente asociada a ellos o pagada por ellos. Para la parte demandada Cabrera no es el verdadero autor del informe, ya que este representa lo que pudiese llamarse una ensalada de informaciones dadas a Cabrera por terceros bajo el control de, o en asociación con, los demandantes. Dado que Cabrera fue instruído para elaborar su infome de manera imparcial y objetiva y que él ha atestiguado repetidamente que ha sido “objetivo e imparcial” la evidencia presentada por la parte demandada indica que Cabrera cometió perjurio y ha sido un portavoz de los demandantes.
Al mismo tiempo que Cabrera fue nombrado experto en este caso había servido como testigo pagado por la parte demandante de otro juicio, Arias-vs-DynCorp, llevado por el asesor legal original de los demandantes pero no lo informó así a la corte, lo cual muestra un conflicto de interés. Curiosamente en ese juicio Cabrera achacó al uso de herbicidas los mismos problemas que le achaca al petróleo en el juicio contra Chevron-Texaco.
El trabajo de Cabrera, dice Chevon-Texaco, fue el producto de una “colaboración secreta” entre Cabrera y los consultores, abogados y promotores de la parte demandante. Individuos y organizaciones como Carlos Beristain, Adolfo Maldonado, el Frente de Defensa Amazónica, Carolina Valladares y la empresa Stratus basada en Denver, Colorado (la cual admitió la relación). Estos individuos y empresas están conectados con los demandantes y suministraron importantes porciones de la información que el experto Cabrera incluye en su documento. Existen videos y experticias linguísticas que apoyan este alegato. Hay pasajes del informe de Cabrera que contienen información derivada de la empresa Stratus que solo pudo haber llegado a Cabrera a través de los demandantes. Esto es violatorio de las instrucciones expresas de la corte para Cabrera, quien solo debía usar sus propias investigaciones.
Un experto de los demandantes, Charles Clambacher, ahora dice bajo juramento que sus hallazgos fueron alterados para ser presentados en la corte, lo cual es gravísimo.
Los demandados también mencionan que Cabrera recbió pagos de la parte demandante y que Cabrera pretendió ocultar este hecho.
Basicamente los demandados afirman que Cabrera: (1), no condujo una investigación independiente y objetiva; (2), fue apenas un portavoz de los demandantes; (3), no llevó a cabo las instrucciones de la corte; (4), no reveló las fuentes de sus aseveraciones a los demandados, a fin que ellos pudieran establecer la veracidad de tales afirmaciones, y (5), es incapaz de defender sus conclusiones.
La parte demandada afirma que quien escribió el informe de Cabrera tuvo acceso a la base de datos de la parte demandante, una evidente indicación de fraude/colusión.
Esta representación de Chevron-Texaco es un golpe durísimo contra los demandantes y contra el experto de la corte Richard Stalin Cabrera Vega. Mucha de esta nueva evidencia confirma mis peores sospechas sobre la imparcialidad y honestidad del experto Cabrera. Francamente pienso que Cabrera no es de fiar y que, de ser cierto lo alegado por Chevron-Texaco, sería apenas un malhechor común.
Lo que es inexplicable es como una persona de esta dudosa calidad técnica y moral pueda ser nombrado experto en un juicio donde se ventilan 27 mil millones de dólares.
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Los asesores legales de Chevron-Texaco en el juicio que se lleva a cabo contra esta empresa en Lago Agrio, Ecuador, el cual he comentado en varias oportunidades en mi blog http://www.lasarmasdecoronel.blogspot.com/ y en http://www.petroleumworld.com/ , así como en varios periódicos de América Latina, acaban de producir un nuevo alegato en contra del experto nombrado por la corte, Richard Stalin Cabrera Vega. En este alegato, presentado por el abogado Adolfo Callejas Ribadeneira, se avanzan argumentos de extraordinaria gravedad. De ser ciertos, y ello no es de dudar, dado el grado de detalle que presenta la parte demandada, el experto Cabrera Vega habría cometido perjurio, fraude, plagio y conspiración con la parte demandante. Obviamente, ello hace su informe inválido. Mucho del contenido del informe de Cabrera, dice Chevron-Texaco, es derivado de información suministrada a Cabrera por los demandantes o gente asociada a ellos o pagada por ellos. Para la parte demandada Cabrera no es el verdadero autor del informe, ya que este representa lo que pudiese llamarse una ensalada de informaciones dadas a Cabrera por terceros bajo el control de, o en asociación con, los demandantes. Dado que Cabrera fue instruído para elaborar su infome de manera imparcial y objetiva y que él ha atestiguado repetidamente que ha sido “objetivo e imparcial” la evidencia presentada por la parte demandada indica que Cabrera cometió perjurio y ha sido un portavoz de los demandantes.
Al mismo tiempo que Cabrera fue nombrado experto en este caso había servido como testigo pagado por la parte demandante de otro juicio, Arias-vs-DynCorp, llevado por el asesor legal original de los demandantes pero no lo informó así a la corte, lo cual muestra un conflicto de interés. Curiosamente en ese juicio Cabrera achacó al uso de herbicidas los mismos problemas que le achaca al petróleo en el juicio contra Chevron-Texaco.
El trabajo de Cabrera, dice Chevon-Texaco, fue el producto de una “colaboración secreta” entre Cabrera y los consultores, abogados y promotores de la parte demandante. Individuos y organizaciones como Carlos Beristain, Adolfo Maldonado, el Frente de Defensa Amazónica, Carolina Valladares y la empresa Stratus basada en Denver, Colorado (la cual admitió la relación). Estos individuos y empresas están conectados con los demandantes y suministraron importantes porciones de la información que el experto Cabrera incluye en su documento. Existen videos y experticias linguísticas que apoyan este alegato. Hay pasajes del informe de Cabrera que contienen información derivada de la empresa Stratus que solo pudo haber llegado a Cabrera a través de los demandantes. Esto es violatorio de las instrucciones expresas de la corte para Cabrera, quien solo debía usar sus propias investigaciones.
Un experto de los demandantes, Charles Clambacher, ahora dice bajo juramento que sus hallazgos fueron alterados para ser presentados en la corte, lo cual es gravísimo.
Los demandados también mencionan que Cabrera recbió pagos de la parte demandante y que Cabrera pretendió ocultar este hecho.
Basicamente los demandados afirman que Cabrera: (1), no condujo una investigación independiente y objetiva; (2), fue apenas un portavoz de los demandantes; (3), no llevó a cabo las instrucciones de la corte; (4), no reveló las fuentes de sus aseveraciones a los demandados, a fin que ellos pudieran establecer la veracidad de tales afirmaciones, y (5), es incapaz de defender sus conclusiones.
La parte demandada afirma que quien escribió el informe de Cabrera tuvo acceso a la base de datos de la parte demandante, una evidente indicación de fraude/colusión.
Esta representación de Chevron-Texaco es un golpe durísimo contra los demandantes y contra el experto de la corte Richard Stalin Cabrera Vega. Mucha de esta nueva evidencia confirma mis peores sospechas sobre la imparcialidad y honestidad del experto Cabrera. Francamente pienso que Cabrera no es de fiar y que, de ser cierto lo alegado por Chevron-Texaco, sería apenas un malhechor común.
Lo que es inexplicable es como una persona de esta dudosa calidad técnica y moral pueda ser nombrado experto en un juicio donde se ventilan 27 mil millones de dólares.
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1 comentario:
Que le consulten al comandante para que los instruya como gano un pleito contra otra poderosa empresa petrolera en Venezuela,
JG
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