domingo, 10 de diciembre de 2017

Un saludo para Leopoldo López y nuestros amigos presos de conciencia


Es paradójico que tanto el Fiscal que urdió la trama en contra de Leopoldo López, por órdenes de Hugo Chávez y la jueza que lo llevó a prisión, se encuentren hoy con sus familiares en Norte América, uno en USA y la otra en Canadá, viviendo en libertad y disfrutando de una vida civilizada. Ello representa una inversión perversa de la justicia. Leopoldo López continúa preso y, como ha dicho su esposa, su hogar ha sido convertido en una prisión, en la cual toda la familia está presa por orden de el cruel analfabeta que manda en Venezuela.
 No nos podemos imaginar en su real magnitud lo terrible que ha debido ser para Leopoldo y sus amigos presos esta vida en reclusión. Leopoldo ha sido objeto no solamente de privación de su libertad sino de torturas físicas y psicológicas. La situación de los presos políticos del chavismo es horrorosa, solo verdaderamente conocida por las víctimas directas de la tragedia. Les son dados alimentos contaminados, les aplican toda clase de torturas en las cuales los cubanos castristas son expertos, a fin de mantenerlos en permanente estado de angustia. Se trata de quebrarlos espiritualmente, el peor crimen que puede cometerse contra un ser humano.  
Quienes estamos en libertad y, además, lejos del país, nos olvidamos con frecuencia de las terribles privaciones que sufren nuestros compatriotas en las prisiones del narco-régimen. En ocasiones hemos rechazado iniciativas que los podrían haber beneficiado, en base a consideraciones que pueden ser válidas para nosotros pero no para ellos, dadas las diferentes circunstancias en las cuales se desarrollan nuestras vidas. En cierta forma todos somos prisioneros de lo que Abraham Manslow definió como la Jerarquía de Necesidades. Según Manslow el ser humano se enfrenta a una pirámide de necesidades y la satisfacción de cada nivel de esas necesidades básicas nos abre de inmediato expectativas de lograr la siguiente. En la base está la satisfacción de las necesidades fisiológicas más esenciales, luego viene la expectativa de la seguridad personal y de la libertad. Una vez logradas esas expectativas se abren las demás, la necesidad de vivir en una sociedad democrática, la expectativa de auto-realización, todo lo que es más y más ideal en el ser humano. Desde USA, en mi disfrute de una vida normal, tranquila, logradas mis necesidades básicas de alimentos y libertad, siento la compulsión de ayudar a que todos mis compatriotas puedan tener lo que yo tengo. En Venezuela ello pasa por la salida acelerada y el enjuiciamiento criminal del narco-régimen que se ha instaurado en mi país. Esos son los mismos deseos por los cuales nuestros amigos presos han luchado, excepto que – ahora -  en sus circunstancias, deben coexistir con deseos básicos de libertad personal y de seguridad para él y su familia, todo lo cual yo ya doy por sentado. Por ello, mis perspectivas pueden en ocasiones colidir con mis amigos, quienes están en circunstancias muy diferentes.
Por ello, no solo envío a mis compatriotas privados de libertad un estrecho abrazo de solidaridad y mis deseos más fervientes de que pronto puedan disfrutar de la ansiada libertad y de la vida civilizada a la cual tienen derecho, sino que les envío mis excusas si en alguna ocasión he sido demasiado severo y radical en mi enjuiciamiento de la situación política venezolana, en lo que a ellos se refiere. Aunque mis deseos y los deseos de ellos son idénticos en su esencia, podrán diferir en una u otra ocasión en los caminos a seguir para llegar al mismo destino. Ello no quiere decir que las diferencias en perspectivas y estrategias deban significar abandono de principios.
A fin de minimizar estas diferencias solo podemos llamar, en nuestro auxilio, las enseñanzas de nuestros padres, de nuestros maestros y de la historia, como han actuado otros seres humanos, desde Tomás Moro a Juana de Arco, desde Pierre Laval a Neville Chamberlain. Como actuar frente a la dictadura venezolana, creo, es más fácil que enjuiciar la actuación de otros en este sentido, ya que exige la aplicación de una mezcla de principios y de compasión cuyo balance es elusivo. Solo puedo prometer tratar de acercarme en lo posible a la mezcla ideal.

Quizás pensar en que pudiera ser mi hijo quien está preso me ayude en estos esfuerzos. Pero ni de eso estoy seguro, creo que es preciso estar enfrentado directamente con la experiencia para saber cómo actuaríamos. Quiera Dios que, si llegara ese momento, sepamos estar a la altura de nuestras convicciones. 

2 comentarios:

Ubaldo dijo...

Venezuela toda, completa, es una prisión. Ya no basta salir de una cárcel, o de una casa por cárcel, ahora hay que salir de Venezuela para estar libre. Caso Ledezma. Sólo en paises gobernados por mafias que dicen ser comunistas, como Cuba y Venezuela de los Narco-Castro-Chavistas-Maduristas existen presos de conciencia. Leopoldo López es todo un caso de conciencia. El concientemente se entregó a sus carceleros, nunca trató de huir. Ni siquiera echó una carrerita. Dió un discurso compartiendo tribuna con la estatua de José Martí. Se envolvío con la bandera de Venezuela, y púas....se lo llevaron. Según tengo entendido, desde el gran escape de Ledezma, ahora lo controlan más. En otrás palabras, Ledezma fue astuto y aprovechó el tiempo. Concientemente hizo lo que es deber de todo prisionero: ESCAPAR.

Anónimo dijo...

lo inmoral es darle albergue a quienes lo acusaron y a la cuerda de chavistas que han decidido irse a la civiliacion. A esos que se vienen para aca a disfrutar de la libertad que le negaron a otros, se les deberia negar el acceso.
Si se vienen a vivir para aca, deberia ser bajo ciertas condiciones que no les haga la estadia en USA o Canada facil.
Mientras tanto, mientras el juez de inmigracion o el sistema decide, deberian ser enviados a vivir, en una aldea canadiense o norteamericana que este en el circulo polar Artico y no en la placentera Florida o cualquier otro estado de la Union o Provincia Canadiense.Adicionalmente, sus bienes deberian ser confiscados y guardados en una cuenta para futuro uso de un regimen Venezolano legitimo y realmente democratico.
Por otra parte, si la "valiosa" informacion que dicen traer, no sirve o no se va a utilizar, para que admitirlos?
Que se vayan para Cuba o para Nicaragua o Bolivia, ahi si los van a admitir y a chantajear para darles proteccion......pero no se les debe admitir en un pais civilizado. La crueldad no debe ser premiada con impunidad.