EL
GOBIERNO LEGÍTIMO DE GUAIDÓ Y LAS POSIBLES CONVERSACIONES ENTRE LA OPOSICIÓN Y EL CHAVISMO/MADURISMO
En la actualidad diferentes medios de comunicación reportan unas conversaciones entre el régimen de
Nicolás Maduro y un sector de la oposición, aparentemente dirigidas a promover
unas elecciones que permita una transición política libre del régimen de Maduro.
Los miembros del régimen que llevan a cabo estas conversaciones incluyen a Jorge Rodríguez, uno de los principales
responsables de la catástrofe venezolana y Héctor Rodríguez. Por la oposición
se mencionan los nombres de Stalin González, Gerardo Blyde y Fernando Martínez Mótola.
En paralelo con esta noticia, el Procurador General interino designado por
el Presidente Guaidó, José Ignacio Hernández, ha publicado un artículo en el New
York Times, ver: https://www.nytimes.com/es/2019/05/15/venezuela-elecciones-maduro/,
cuyo contenido parece estar orientado a advertir que las conversaciones arriba
mencionadas se separan de la vía acordada para salir de Maduro, vía aprobada
por la Asamblea Nacional en febrero de este año, en documento firmado, entre
otros, por Stalin González, uno de los miembros del grupo de oposición que se
menciona como manteniendo las citadas conversaciones.
En su artículo el Procurador Hernández sostiene que lo decretado por la
Asamblea Naci0nal en Febrero pasado establece la estrategia correcta para salir
de Maduro. Dice Hernández:
“La solución que aporta el estatuto de la AN es pragmática: el cese de la usurpación debe suceder antes que las elecciones. Una vez que salga del poder Maduro, se debe conformar un gobierno de unidad y asegurar así comicios presidenciales libres y justos. Esto supone reconocer la legitimidad de un cambio político no electoral que permita atender de manera inmediata y efectiva la emergencia humanitaria que vive el país y recuperar la institucionalidad y la autonomía de los distintos órganos gubernamentales, incluido el Consejo Nacional Electoral”. Y añade:
“La solución que aporta el estatuto de la AN es pragmática: el cese de la usurpación debe suceder antes que las elecciones. Una vez que salga del poder Maduro, se debe conformar un gobierno de unidad y asegurar así comicios presidenciales libres y justos. Esto supone reconocer la legitimidad de un cambio político no electoral que permita atender de manera inmediata y efectiva la emergencia humanitaria que vive el país y recuperar la institucionalidad y la autonomía de los distintos órganos gubernamentales, incluido el Consejo Nacional Electoral”. Y añade:
“Este
razonamiento es acertado porque con Maduro en el poder no será posible
garantizar elecciones libres en Venezuela si antes no se rescatan las
condiciones mínimas de integridad electoral que fueron destruidas luego de la
creación de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017. Este es un dilema que
debemos recordar: las elecciones solo pueden producir un cambio político si se
garantizan las condiciones para celebrarlas”.
En efecto, el documento aprobado y decretado por la
Asamblea Nacional en febrero 2019, titulado: ESTATUTO
QUE RIGE LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA PARA RESTABLECER LA VIGENCIA DE LA
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA establece los pasos para lograr la transición
política deseada. En su artículo 7 establece: “Para el cumplimiento progresivo
de los objetivos establecidos en el artículo anterior se tomarán en cuenta las
tres etapas de la transición democrática consagradas en el artículo 2 del
presente Estatuto: 1. La liberación del régimen dictatorial, que ocurrirá con
el cese de los poderes de facto que ejerce Nicolás Maduro Moros. 2. La
conformación de un Gobierno provisional de unidad nacional que asegure
restablecer el sistema democrático y convocar elecciones libres. 3. El
restablecimiento del Estado democrático con la celebración de elecciones
libres, transparentes y competitivas en el menor tiempo posible.
En este documento, además, se establece, en el artículo
5: “Los valores superiores que rigen el presente Estatuto son la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social, la supremacía constitucional y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética
y el pluralismo político”. A fin de garantizar el cumplimiento de la Justicia,
añade el decreto, el artículo 18.2 establece: “Desarrollar el sistema de
justicia transicional, orientado a rescatar la dignidad humana, la justicia, la
protección y reparación integral de las víctimas de violaciones de derechos
humanos, incluyendo las medidas para establecer la verdad y promover la
reconciliación nacional, de acuerdo con lo dispuesto en los tratados vigentes
de derechos humanos y en el artículo 30 de la Constitución . Una vez cesada la
usurpación la Asamblea Nacional creará mediante ley una Comisión de la Verdad
independiente, encargada de investigar las violaciones a los derechos humanos,
proponer los lineamientos políticos y legislativos para la reparación de las
víctimas y promover la educación democrática, la cultura de la paz y la
reconciliación nacional”.
Lo que el Procurador Hernández nos sugiere en su escrito para el NYT es que lo que se
estaría tratando de conversar entre el régimen y un sector de la oposición
no es lo que la Asamblea Nacional aprobó. Más aún, parecería incoherente que uno
de los firmantes de ese decreto sea uno de quienes conversan.
Parecería evidente que unas conversaciones con el régimen - de ser cierta la noticia - solo pueden
llegar a dos conclusiones: una, que no haya resultados y que, por medio de
estas conversaciones – como ha ocurrido anteriormente – el régimen reciba
oxígeno político, o, dos, que se logre la salida de Maduro, para lo cual la oposición
que conversa tendría que hacer concesiones al régimen que ha destruido al país,
concesiones que probablemente serán rechazadas a posteriori por una población
indignada. Sabemos que entre la oposición, por buenas, malas o hasta perversas razones
hay quienes están dispuestos a hacer toda clase de concesiones a la pandilla
Chavista/madurista: garantías para que participen en el nuevo gobierno de transición,
garantías para que conserven una cuota de poder, garantías de que no serán molestados,
garantías de amnistías para quienes han robado al fisco nacional y quienes han prostituido
la vida y el alma de la Nación. Las concesi0nes indebidas serían más fáciles de
hacer por el secretismo con el cual se han iniciado las conversaciones. Algunos
destacados politólogos, como Michael Penfold, han llegado a afirmar que el
secreto es indispensable para lograr el “éxito” de las
conversaciones/negociaciones.
Esta es una situación que, de cristalizar, tendería a debilitar a la
oposición. Creemos que la ruta trazada por la Asamblea Nacional es la correcta,
que primero deben salir Maduro y su pandilla, a fin de que pueda establecerse
un gobierno de transicion, de unidad nacional, el cual – en mi criterio – no debería
incluir a los criminales del chavismo/madurismo. Para ello es necesario
mantener las sanciones, la presión internacional y – como apunta Hernández –
lograr el quiebre de la Fuerza Armada, la cual da señales evidentes de graves
disensiones internas. Las conversaciones negarían esta estrategia y parecerían esencialmente
animadas por miedo al cuero de una bestia agonizante.
3 comentarios:
La verdad, no les importa el país. Se defecan en la gente.
El mismo disco rayado. Se cansa uno, decía Lares. Más bien, se obstina uno. Pagaron los bonos PDVSA! Muchachones, aprovechen que hay rial pa' repartí!
El pais...que país dirán estos granujas pseudo-opositores. Con este van ya...cuántos es que son ? Como siete "diálogos". Nos ven cara de poceta.
Fue Roosevelt quien creó en 1933 los "100 días", inspirado en los famosos 100 días dw Napoleón.
En otro dudoso récord, el ing. Guaidó ha botado en sus 100 días de una, para mí, dudosa presidencia interina, el más formidable capital político, un país rendido a sus pies, de que ha gozado un político venezolano en los últimos 50 años, con la sola excepción del diabólico Chávez, y tal vez ni siquiera este, votado por más de 3 millones 600 mil irresponsables, solo el 33% del REP
Dos cosas más:
1. A ningún político, a diferencia de Chávez a quien se le permitió y hasta se le aplaudió todo, se le permite ahora la inconsecuencia, la irresolución y la conducta errática.
2. Como lo sostuvimos desde el principio, Guaidó tenía que demostrar que era un líder. Viene fracasando ruidosa y ruinosamente. Y el país deslizándose por la pendiente que conduce a la consolidación de la tiranía o la anarquía y la disolución.
Lean el trabajo de Orlando Avendaño en es.panampost.com "el dinero sucio que amenaza a medios e impulsa 'opositores' en Venezuela"
Da mucho asco todo
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