Respetado Sr. Borrell:
No pongo en duda sus buenos propósitos sobre Venezuela.
Simplemente no creo que ellos apuntan en la dirección correcta. La crisis
venezolana tiene veinte años de duración y ha costado no menos de 300.000 vidas
de venezolanos de todas las edades y condición social, víctimas de un régimen
autoritario, progresivamente transformado en asesino, represivo y cruel, En
2020 Venezuela tiene el índice de desarrollo humano más bajo de la región latinoamericana
después de Guyana. En 1980 el país ocupaba la posición mundial 44, en 1995 la 66, en 2004 la 74, en 2018 la
96 y hoy la 113.
Esta tragedia se ha desarrollado frente a los ojos del
mundo y ha sido documentada por todos los organismos internacionales. Venezuela
es como una mujer abusada y golpeada en una calle pública por un monstruo, sin
que los transeúntes, muchos de quienes recibieron sus favores y actos de generosidad,
hayan intervenido para salvarla más allá de convencionales declaraciones de “preocupación”.
Hoy en día Venezuela muere a manos de un grupo de
bárbaros civiles y militares, una pandilla que se dedica al narcotráfico, la extracción
y venta ilegal de oro, al lavado de
dinero y al contrabando internacional como fuentes principales de ingreso, luego
de destruir completamente la industria petrolera que representaba la mayor
fuente de ingresos para el país.
Su postura sobre la situación venezolana, Sr. Borrell, es
de mucho peso en la esfera internacional, en su condición de Alto Representante
de la Unión Europea y su opinión es tomada como línea de acción preferida para
el conjunto de naciones que integra esa Unión. Y ¿cuál es esa postura?
En diversos documentos y en su twitter usted ha dicho:
Josep
Borrell Fontelles@JosepBorrellF
Only a political and democratic solution can offer way
out of crisis in Venezuela and end humanitarian suffering. There is no
alternative, but to engage with all parties and stakeholders to find such a
solution. Es decir: Solamente una solución política y democrática puede ofrecer
una solución a la crisis de Venezuela.
No hay otra alternativa que involucrar a todos los grupos y afectados por la
crisis en la búsqueda de esa solución”.
Usted considera una negociación con
el régimen chavista como la única alternativa posible.
En https://eeas.europa.eu/headquarters/headquarters-homepage/86626/venezuela-urge-una-soluci%C3%B3n-pol%C3%ADtica-y-democr%C3%A1tica_es usted dice:
"es absolutamente
urgente encontrar una solución política a la crisis. Es cierto que a menudo
recurrimos a la misma expresión ("necesitamos una solución política")
para hacer frente a cualquier crisis en política exterior y que puede sonar a
“cliché”. Pero aquí es realmente cierto. Y refleja, de hecho, la opinión del
pueblo venezolano. Según una encuesta reciente, el 59% de los entrevistados
apoya el diálogo y las negociaciones pacíficas para salir de la crisis. Esto es
exactamente en lo que he estado trabajando, con todos los actores relevantes, y
en particular con los Estados miembros de la UE, y con nuestros socios
latinoamericanos en el marco del Grupo de Contacto Internacional”.
Añade: "No
puede haber una solución unilateral a la situación de Venezuela. La única forma
de avanzar es a través de un proceso gradual y el diálogo, en lugar de esperar
un solo evento catártico…. En ocasiones, en política internacional, hay
que hablar en voz alta y tratar de imponerse. Sin embargo, la diplomacia
consiste principalmente en actuar con discreción y diseñar estrategias a largo
plazo."
Y más recientemente, dice usted, ver: https://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=169051#p1845473
: "La normalidad política y económica" de Venezuela "solo se
conseguirá a través de una negociación entre los venezolanos". La nota agrega: Borrell insta a "no cerrar los ojos a la
realidad" de que la crisis política, humanitaria y económica del país solo
"se resuelve volviendo a votar", y no con sanciones económicas ni con
eventuales intervenciones militares extranjeras, de las que
"afortunadamente" ya nadie habla”.
Su preferencia por un diálogo, una negociación entre las víctimas (el
pueblo de Venezuela) y los victimarios (el régimen de Nicolás Maduro, heredero
del régimen de Hugo Chávez Frías) no puede ser más clara. Más aun, en su concepto no solo es la
preferida sino la única. Desecha las sanciones y una intervención militar, añadiendo
que “afortunadamente ya nadie habla” de esa posibilidad. En su criterio, “afortunadamente”
nadie con uniforme irá a salvar a la mujer agonizante de la golpiza y la muerte.
Añade usted, al comentar las elecciones fraudulentas del 6 de diciembre en
Venezuela, evento que la Unión Europea no reconoce como válido: “"Desgraciadamente, se ha avanzado en la
desinstitucionalización en el país. Eso es malo para todos, también para la
oposición, y hay que volver a plantear una negociación entre las partes en
Venezuela”.
Con el debido respeto me permito hacerle los siguientes comentarios:
1.
Su referencia
a la “desinstitucionalización” en Venezuela como razón para regresar a la mesa
de negociaciones con el régimen no es lógica. Para que ese proceso exista como
resultado de las elecciones del 6 de diciembre, esas elecciones tendrían que haber
sido legítimas. Pero en este caso la misma Unión Europea ha desconocido el evento
por fraudulento, por lo cual sus resultados
- cualesquiera que estos fueren -
simplemente no existen Si ustedes no reconocen esas elecciones como válidas la
Asamblea Nacional actual es la única que continua existiendo. Más aún, lo que
ha sucedido el 6 de diciembre debe verse como una agresión abierta en contra
del gobierno que la Unión Europea reconoce como válido. ¿Es que la respuesta de
la Unión Europea debe ser un regreso a la mesa de negociación con los
agresores? ¿O debería ser – al contrario
- un endurecimiento de las sanciones y
una intervención miliar multilateral? Pienso yo que lo segundo sería mucho más
coherente con el reconocimiento que ustedes han hecho del gobierno de Juan
Guaidó.
2.
La negociación con el régimen criminal de Nicolás Maduro que usted promueve
olvida que la política no puede ser solamente pragmática sino que debe tener
una base ética, sin la cual el pragmatismo puro podría ganar batallas pero
perder la guerra. Negociar con el régimen criminal, hacerle concesiones que
serían inevitables en un escenario de toma y dame, representa una entrega de
principios y de valores que equivaldría a barrer la basura debajo de la alfombra.
Equivaldría a reconocer que el crimen si paga, que la postura principista debe
ceder a la postura expedita que eliminaría a Maduro pero dejaría esencialmente intacto
el sistema perverso que está en la raíz de la tragedia venezolana.
Dada la magnitud
del crimen cometido contra la Nación en Venezuela no es deseable hacer un Borrell y cuenta nueva, so pena de
entregar el alma nacional.
Amigo,
Gustavo Coronel
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