lunes, 7 de diciembre de 2020

La hiena y el perro salvaje en batalla

 

Una pelea que ninguno ganará 

En estos momentos se desarrolla en los medios venezolanos una agria discusión entre Nicolás Maduro y Rafael Ramírez Carreño, un par de granujas (O, si ustedes lo prefieren: bribones, pillos, pícaros, tunantes, bellacos, canallas, rufianes, truhanes) quienes se disputan encarnizadamente la condición de hijo putativo preferido del fallecido paracaidista Hugo Chávez.

La dis-puta sobre la condición puta-tiva de estos reputa-dísimos líderes chavistas es por el poder en Venezuela, un par de calvos peleando por un peine, en vista de que el régimen chavista ya tiene algún tiempo en pleno proceso de implosión.   

Esencialmente la pelea es entre los cabecillas del robo multimillonario organizado que se llevó a cabo en la industria petrolera, es decir, la pandilla de Rafael Ramírez Carreño y los líderes del narcotráfico venezolano y del fraude minero , es decir, el entorno de Nicolás Maduro. Las dos pandillas pugnan por el resto del botín y del poder político. Maduro logró expulsar a Ramírez Carreño del régimen y del país pero Ramírez ha sabido utilizar sus “ahorros” para comprar apoyo en algunos sectores del llamado Chavismo originario, el cual argumenta que Maduro ha traicionado el "legado" de Chávez.

La traición de Maduro al "legado" de Chávez  consiste, realmente, en estarse robando el dinero que el chavismo originario pensaba robarse, así como disfrutar del poder que los chavistas originarios pensaban seguir disfrutando. Maduro le ha resultado a Ramírez lo que la hiena le resulta al perro salvaje, es decir, alguien más astuto que él.

Por ello Ramírez adopta hoy la estrategia de ser candidato presidencial  en un escenario político de transición como el que promueven los miembros del  Vichy criollo, liderados por Henri Falcón, Claudio Fermín, Enrique Ochoa Antich y Felipe Mujica. Cada uno de los contrincantes, Maduro y Ramírez, cuentan con el apoyo de escribidores a sueldo enquistados en APORREA, a lo Toby Valderrama y Marcos Luna,  reclutados por Ramírez, o  José Sant Roz, entusiasta de Maduro.

Y ¿qué dice Maduro de Ramírez? Que Ramírez es un ladrón. Llega al extremo de decir que él lo encubrió cuando la Asamblea Nacional lo acusó de malversar $11.000 millones. Y ¿qué dice Ramírez de Maduro?  Que va a revelar la verdadera fecha de la muerte de Chávez, para probar que Maduro es totalmente ilegítimo (como si eso fuera algo que la gente ignora). Ramírez también dice, con sumo desparpajo que no fue Maduro quien lo encubrió sino la zamurada del Tribunal Supremo de Justicia la que impidió que lo enjuiciaran.

Mientras este par de borrachos pelea por una botella vacía, en Venezuela se ha consumado el domingo 6 de diciembre otro golpe de estado, al “elegirse” una Asamblea Nacional que pretende remplazar a la legítima. Este nuevo asalto a Venezuela por parte de la pandilla de Maduro y sus aliados militares debería ser respondido con una intervención militar de la región al régimen de Maduro-Padrino López-Cabello, a fin de liberar al país rehén y poner tras las rejas a estos bandidos.  

 Podrá la diáspora venezolana organizar un ejército de liberación que acompañe al ejército multinacional?  Esto ya no se compone "por las buenas". 



3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Todavía el viudo negro joseito sant roz sigue siendo chavista?

Humberto Acosta
BELO HORIZONTE
BRASIL

Anónimo dijo...

Le digo viudo negro a Sant Roz, quién nació en Santa María de Ipire en 1944, porque es hermano de Argenis Rodríguez, buen escritor, a quienes sus propios amigos comunistas dejaron morir en la más triste de las indigencias. Y de eso tengo yo los pelos en la mano porque bastante plata le pasé a Argenis para que comiera. De modo pues que si alguien NO debería ser chavista o madurista aunque es es lo mismo es este papanatas. Defecó una "investigación" llamada El procónsul Rómulo Betancourt, memorias de la degeneración de un país, que si tú vas y le quitas el nombre de Rómulo y le pones Hugo Chávez o Maduro hubiese quedado más que perfecto. Yo nunca vi el país tan mal como ahora y con tanta degeneración como ahora. Venezuela dejó de ser un país para convertirse lamentablemente en un campo de concentración soviético con komissars hambreando a la gente y todo. Pero supongo que el jalabolas este para que le sigan soltando clap tiene que seguir allí guindao de las bolas de Maduro y Padrino López. Pobre Argenis, buen escritor y buen tipo.

Humberto Acosta
Belo Horizonte
Brasil.

Anónimo dijo...

Excelente artículo sobre la asquerosa batalla entre un par de bestias, corruptos y traidores. No hay manera de no sentirse asqueado de éste duo diabólico que han destruído un país. De la oposición poco espero, porque con muy pocas excepciones han estado en el mejor de los casos dormidos o posiblemente enredados en sus propias artimañas tratando de caer parados en el deslave que Chávez comenzó o cómo enchufarse en unos reales!