Desde la ventana de mi apartamento veo casi todas las mañanas como llega el bus escolar para transportar a los niños del complejo a sus escuelas. El grupo numeroso viste de colores fuertes: amarillos, verdes, rojos, dándole un toque de alegría a la escena. Al ver aproximarse el bus se forman espontáneamente en una fila para entrar y sentarse. Pienso, cuanta carga de sueños van allí cada mañana! Cuantos mundos lleva ese bus adentro todos los días en su modesta ruta. Cada uno de los niños lleva consigo eventos maravillosos aún por ocurrir: proezas atléticas, descubrimientos científicos, quizás una vacuna contra una terrible enfermedad, el consuelo espiritual o científico para qienes sufren, la semilla de familias enteras que a su vez tendrán niños quienes esperarán los buses del mañana.
Que bello es el desfile de la vida!
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