Comprando papel higiénico en París
**** La Fiscal General leyó mal una presentación
anecdótica, llena de imprecisión
**** Sin anestesia le dio la ciudadanía nicaragüense a
Víctor Hugo
**** Dejó de mencionar los grandes problemas de corrupción
en Venezuela
Ayer
se presentó la ciudadana Luisa Ortega Díaz ante la Asamblea Nacional para presentar
su Memoria como Fiscal General de la República para el año 2015. Lo que debería
ser un hecho normal en una democracia se vio como un evento extraordinario, en
un país carcomido por el autoritarismo y el descaro de la burocracia oficial.
Unos no han ido porque “tenían otros compromisos” como es el caso de alias “La
Fosforito”, otros porque “son jefes militares”, como es el caso del General
Néstor Reverol, indiciado por países extranjeros en actividades ilícitas.
Desde
ese punto de vista esta presentación de la ciudadana Ortega Díaz es positiva. Y
no se debe a lo que dice Maduro: “He dado orden para que los ministros y otros
funcionarios den cuenta de su gestión”. Este payaso ignora que este es un requisito
constitucional, no una concesión graciosa de su parte.
La
ciudadana habló por unos 46 minutos. Leyó su presentación muy mal, en ocasiones
tartamudeando, sin dar la impresión de que sabía de lo que estaba hablando. Su
presentación fue de baja calidad, evidenciando sus limitaciones.
En
concreto, no dio una visión orgánica de lo que hace (y no hace) su despacho. Desde el primer minuto se dedicó
a citar imprecisas estadísticas de su labor. Ejemplos:
·
21000 apresados en lucha
contra drogas
·
30 personas en juicio por
posesión de cocaína
·
A Richard Camarano lo
apresamos con 1200 envoltorios de cocaína
·
Hicimos 288 procedimientos
de quema de unos 30.000 kilos de droga
·
Le dimos 30 años de prisión
a Andrés Castillo por asesinar a su mujer
·
Resolvimos 25000 casos por
las buenas
·
A Julio Campos le dimos 30
años por abuso sexual
·
Tenemos 132 funcionarios
presos
·
29 funcionarios han sido
acusados de torturas
·
Suspendimos al policía
Javier Mata por maltratos a detenidos
Cuando
deseaba ser más conceptual decía cosas como estas “Somos funcionarios honestos,
honorables, garantizamos los derechos humanos de los presos. Somos transparentes,
hemos atendido 7800 casos de corrupción”. Y uno pensaba en la mega-corrupción del régimen
y en la total impunidad del 99.999% de los ladrones, narcotraficantes y
abusadores que la ciudadana fiscal no mencionó. Mencionó a Nervis Villalobos y
a Javier Alvarado y los inmensos depósitos de Andorra, añadiendo: “estos casos
involucran a muchas personas”. Y, ¿quiénes son? ¿Dónde están? Mencionó el caso
de la FIFA. Sobre los guisos de PDVSA y el desastre de las importaciones,
silencio.
La
ciudadana fiscal habló por 45 minutos de los ratones que amenazan los restos
del queso en el suelo de la pulpería
pero omitió mencionar a los caimanes que se están comiendo la gran existencia a
la vista de todos. Tuvo la desfachatez de decir que su despacho garantizaba los
derechos humanos de los presos, olvidando que lo que se está haciendo con los
presos políticos es sadismo puro.
Quien
tenga paciencia y fortaleza intestinal puede ver el video completo en: https://www.youtube.com/watch?v=PzpSL_G4G9Y.
Al final de su presentación la fiscal le concedió de manera arbitraria a Víctor
Hugo la ciudadanía Nicaragüense, ver: https://resistenciav58.wordpress.com/2016/02/02/luisa-ortega-diaz-quedo-en-ridiculo-al-citar-a-victor-hugo-no-te-lo-pierdas-video-%E2%96%BA/
. No argumentaremos
que ese desliz condena su actuación al frente de la fiscalía pero si arroja serias dudas sobre su nivel cultural,
uno de los problemas en un régimen que cuenta con Iris Varela, Darío Vivas, Pedro Carreño, Héctor Rodríguez, Delcy Rodríguez, Isaías Rodríguez, Tareck William Saab,
Diosdado Cabello, Nicolás Maduro y otros destacados anti- intelectuales.
En paralelo con
este cuento de Luisa sobre los ratones eliminados de la pulpería dos ex-ministros del difunto. Héctor Navarro
y Jorge Giordani, declaraban que “al menos un tercio del billón de dólares
obtenido por la renta petrolera en estos diez años se ha desviado a través de
importaciones ficticias y sobreprecios”. Y agregaban: “Aquí [en Venezuela] se construyó una banda donde lo que importa es
ponerle la mano al recurso financiero, a la
captación de la renta petrolera… Los ladrones no tienen ideología”. Estos
dineros, unos $300.000 millones, fueron robados a la Nación por una conspiración
gigantesca de funcionarios públicos y contratistas amigos, la cual se repartió
un inmenso botín que hace posible que todos vivan de manera obscena y
ostentosa, con aviones privados, mansiones en el exterior, yates, propinas de
$10.000 a mesoneros en París y paratementos en la Torre TRUMP. Ninguno de ellos
es el policía de Charallave o el secretario del juzgado de Las Tres Maticas ni
el tipo apresado en Porlamar con 30 gramos de cocaína. Todos tienen nombre y
apellido de “revolucionarios”, de banqueros, empresarios, hijos de papá, gente
de “buena familia” como los bolichicos. Ninguno de esos nombres fue mencionado
por la ciudadana fiscal pero seguro que la fiscal Ortega los conoce tan bien como
las tiendas de París o de Londres.
Así no se
puede limpiar la pulpería, mija.
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