Hugo Chávez limpia su equipo.
Desde Washington.
”El contralor general de la República, Clodosbaldo Russián, manifestó ayer que el presidente Hugo Chávez ha sido aliado de su despacho en la lucha contra la corrupción. “El primer aliado que hemos tenido en la CGR ha sido el presidente Chávez, y lo digo responsablemente…. ”.
Diario Panorama, Maracaibo, Agosto 8, 2007.
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Este es un informe imaginario de la © Harare Cannibal Press, sobre estas "espontáneas" declaraciones" del contralor Russián.
Las declaraciones del contralor venezolano Clodosbaldo Russián fueron dadas, inexplicablemente, desde El Helicoide, donde está retenido hasta nueva órden, junto con los otros miembros del Poder Moral y dos psiquiatras afectos al régimen, incluyendo al vicepresidente Jorge Rodríguez. Como llegaron allí estos distinguidos burócratas? La siguiente versión circula en los restaurantes de Caracas.
“Llámenme a Russián de inmediato”, tronó el teniente coronel. Y Russián llegó al despacho presidencial con una rápidez extraordinaria. El guardia le comentó a quienes se admiraron de esa rapidez que eso se debía a que Russián siempre estaba allí, noche y día, en la antesala del teniente coronel. Practicamente vivía allí.
“Russián, necesito que usted actúe de inmediato. Esta vaina no puede seguir así”, y el t.c. miró a Russián con severidad.
“A que se refiere, mi comandante”?, preguntó Clodosbaldo, uno de los miembros de la santísima trinidad de la moral ciudadana en Venezuela.
“Me refiero a los locos esos que andan por el mundo regalando nuestro dinero, Russián. Como es posible que usted acepte que vayan por todas partes prometiendo refinerías, plantas de gas, taladros, puentes, compra de bonos, operaciones de cataratas gratis, todo eso con el dinero de los venezolanos, y usted, como un soberano bolsa, allí callado, sacando crucigramas en la antesala. Que clase de contralor es usted, Russián?”
“Pero comandante, es que quien anda haciendo esto es..”., balbució el aterrado Clodosbaldo, antes de ser agredido por el t.c. con un pelotazo por el coco.
“No me importa quién sea”, gritó el líder. “Yo lo puse a usted allí para que actúe sin contemplaciones. Que ha hecho usted? Nada. Aquí se compró un avión de 70 millones de dólares sin partida presupuestaria y yo lo he visto a usted montado allí. Tenemos tres presupuestos paralelos y sin control, uno de Cabezas, uno de Parra y otro de Ramírez y usted no le pone preparo a esa sarta de imbéciles”
“pero, comandante, es que usted me..”
“Cállese la boca, Clodosbaldo. Que hizo usted con Velázquez Alvaray? Y que ha pasado con el central azucarero de Barinas? Por qué está todavía en PDVSA el Vierma ese, el de los taladros chinos chimbos? Es que aquí tengo yo que hacerlo todo?”
Oprime un botón y trona: “quiero a Mundaraín y a Isaías aquí de inmediato. Estos donkeys, apenas me voy de viaje por unos días y el caos es grande. Las caraotas no han sido descargadas de los barcos, no hay carne, no hay sardinas. Que pasa con las sardinas? Pregúntenle a Diosdado por las sardinas!”.
Se hacen ver en la oficina los otros dos miembros del triunvirato moral, Isaías y Germán y el t.c. les dice:
“Los quiero a los tres juntos aquí, en mi despacho, para decirles que hasta hoy llegó la corrupción en Venezuela. Les ordeno hacer arrestar de inmediato a quien sea el máximo responsable por este desastre. No me calo más este desprestigio, tantas críticas que llueven de todo el mundo contra los locos que están saqueando este país”.
“ Bueno, mi comandante”, le respondió Isaías, “vamos a cumplir con sus órdenes pero es preciso que usted nos autorize por escrito porque este es un asunto de alta política, no es a ningún lambucio que vamos a tener que arrestar”. E Isaías ve de reojo a Mundaraín, quien tuerce la boca nerviosamente y a Clodosbaldo, a quien le brinca on ojo.
Sin pronunciar palabra el t.c. sacó una hoja del escritorio y escribió de su puño y letra: “Autorizo a Isaías Rodríguez, Clodosbaldo Russián y Germán Mundaráin para arrestar de inmediato a quien sea responsable por la corrupción en este país”.
Una vez en posesión del papel, Isaías tomó el teléfono celular y habló en voz baja. Musitó: “Pueden venir.Tenemos la autorización por escrito”.
Algun tiempo después se presentaron en la oficina del t.c. los doctores Jorge Rodríguez y Edmundo Chirinos acompañados de dos enfermeros muy fornidos. Rodríguez y Chirinos leyeron la carta firmada, comprobando que la firma era la del comandante y procedieron a dar órdenes a los enfermeros de llevárselo, no solo por ser, evidentemente, el mayor responsable de la corrupción en el país sino por dar evidentes señales de estar más loco que una cabra. Ambos psiquiatras estaban dispuestos a atestiguar ante el país la locura del preso, algo que no costaría mucho trabajo.
Sin embargo, el t.c. llamó a gritos a la guardia cubana que estaba en la puerta y les ordenó arrestar a los cinco estupefactos burócratas: Russián, Mundaráin, Rodríguez, el otro Rodríguez y Chirinos.
Cuando los cubanos se los llevaban a rastras Isaías gritaba: “No nos pueden tratar así! Aquí está la carta de autorización firmada por usted para arrestar al responsable de la corrupción y ese es usted mismo. Todo el país lo sabe! ”.
Y Chávez, riéndose, le contestó:
“Ustedes lo que tienen es una carta firmada por un loco. Por lo tanto esa autorización no tiene validez”. Y agregó: “Yo lo que quería era renovar mis cuadros y estoy comenzando con ustedes, incapaces”.
Y a su guardia cubana les dijo: “Llévenselos al Helicoide y me los dejan allá hasta que decida que es lo que voy a hacer con ellos!”.
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Acto seguido, usando el intercomunicador habló con su secretario:
“Me llaman a Maduro, Cabezas, Carreño y Cilia que tengo que hablar con ellos sobre lo mismo y darles la misma receta. Ah, antes que se me olvide, me tienen listo para la firma el nombramiento del Padre Palmar como Vice-presidente y el de Leocenis García como presidente de PDVSA”.
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“Que sabroso es ser loco, eso sí, con poder”, se sonrió el t.c. ante el espejo.
© Harare Cannibal Press.
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