TUMORES DEL SIDA PETROLERO.
Desde Washington.
Acaba de renunciar Diego Uzcátegui, Gerente General de PDVSA América. Que significa esto? Realmente casi nada. Ya logrará una ubicación menos visible pero no menos beneficiosa en las frondosas ramas de la burocracia chavista. Quizás vaya de embajador a Belarrusia o se convierta en Director de Citgo, a cargo de coordinar con Joseph Kennedy los subsidios petroleros a los “pobres”de los Estados Unidos. Cuál fué el pecado de Uzcátegui? La arrogante prepotencia. El pensar que ya no era necesario disimular una manera inmoral de vivir y de actuar, porque el poder político para el cual trabajaba era una sombrilla protectora e impenetrable. De allí que le diera cuerda al hijo para que se metiera en actividades mafiosas. Para este jóven, andar con amigos como Antonini no podía conducir a nada bueno. Si lo de Buenos Aires y la maleta hubiese sido una equivocación unica quizás el jóven tendría atenuantes. Pero parece haber existido una relación duradera entre Uzcátegui hijo y el mafioso de segunda línea, quien apenas era, como el mismo lo dice, “un soldado”, término que recuerda la mafia italiana de las películas de Marlon Brando. Ahora Antonini está en el ojo público y esa es la peor pesadilla de un mafioso. Su natural instinto de conservación probablemente lo llevará a denunciar a otros peces más importantes aunque dificilmente más gordos. Hablará de sus amigotes de Venoco, de sus contactos en PDVSA y quien sabe de quien más. Su canto servirá para corroborar lo que ya el país conocía, es decir, que PDVSA y este régimen están podridos.
Rafaél Ramírez es el ahijado predilecto de Hugo Chávez. Es la persona responsable por haber entregado la industria petrolera en manos del dictador. El dinero que ingresa a PDVSA por la venta de petróleo es manejado por el dueto Ramírez-Chávez sin transparencia alguna. Esto es lo que ha hecho posible el uso obsceno de unos 50.000 millones de dólares en actividades proselitistas de Chávez en el exterior. Ramírez es el tumor mayor porque su actividad está directamente conectada con el dictador. Es uno de sus principales cómplices. Por ello, mientras mas podredumbre se detecta en PDVSA más respaldo obtiene Ramírez de Chávez.
Lo de Vierma es vergonzoso. Oir a este personaje admitir en la Aasamblea Nacional que las empresas a las cuales se le han dado contratos de perforación de pozos petroleros sin licitación por miles de millones de bolívares no tenían empleados ni equipos ni capacidad técnica dió pena ajena. No puede concebirse como un empleado que admita esto publicamente permanezca un minuto más en la empresa y dos minutos más fuera de la cárcel. El hecho que Vierma esté aún allí y se permita arengar a los malandros que defienden la sede de PDVSA en La Campiña demuestra el grado de podredumbre a la cual ha llegado esta empresa.
Carruyo, Asdrúbal Chávez y el resto de la pandilla son iguales o peores que los arriba nombrados. No es sorprendente que la empresa exhiba una situación de colapso operativo con esa gente al mando.
Ahora bien, es ilusorio pensar que extirpar un tumor por aquí y otro por allá va a curar la tumoración. Lo que está podrido en la PDVSA de Chávez es el sistema. Uzcátegui 1 será reemplazado por Uzcátegui 2 pero la podredumbre sistémica será la misma. Lo mismo puede decirse de Ramírez, Carruyo, Vierma y los demás directivos de la pobre empresa. Lo que hay que cambiar de raíz es el sistema corrupto que Hugo Chávez ha estructurado allí. El SIDA moral que afecta a toda la nación y que produce las tumoraciones de PDVSA tiene nombre y apellido: Hugo Chávez.
Rafaél Ramírez es el ahijado predilecto de Hugo Chávez. Es la persona responsable por haber entregado la industria petrolera en manos del dictador. El dinero que ingresa a PDVSA por la venta de petróleo es manejado por el dueto Ramírez-Chávez sin transparencia alguna. Esto es lo que ha hecho posible el uso obsceno de unos 50.000 millones de dólares en actividades proselitistas de Chávez en el exterior. Ramírez es el tumor mayor porque su actividad está directamente conectada con el dictador. Es uno de sus principales cómplices. Por ello, mientras mas podredumbre se detecta en PDVSA más respaldo obtiene Ramírez de Chávez.
Lo de Vierma es vergonzoso. Oir a este personaje admitir en la Aasamblea Nacional que las empresas a las cuales se le han dado contratos de perforación de pozos petroleros sin licitación por miles de millones de bolívares no tenían empleados ni equipos ni capacidad técnica dió pena ajena. No puede concebirse como un empleado que admita esto publicamente permanezca un minuto más en la empresa y dos minutos más fuera de la cárcel. El hecho que Vierma esté aún allí y se permita arengar a los malandros que defienden la sede de PDVSA en La Campiña demuestra el grado de podredumbre a la cual ha llegado esta empresa.
Carruyo, Asdrúbal Chávez y el resto de la pandilla son iguales o peores que los arriba nombrados. No es sorprendente que la empresa exhiba una situación de colapso operativo con esa gente al mando.
Ahora bien, es ilusorio pensar que extirpar un tumor por aquí y otro por allá va a curar la tumoración. Lo que está podrido en la PDVSA de Chávez es el sistema. Uzcátegui 1 será reemplazado por Uzcátegui 2 pero la podredumbre sistémica será la misma. Lo mismo puede decirse de Ramírez, Carruyo, Vierma y los demás directivos de la pobre empresa. Lo que hay que cambiar de raíz es el sistema corrupto que Hugo Chávez ha estructurado allí. El SIDA moral que afecta a toda la nación y que produce las tumoraciones de PDVSA tiene nombre y apellido: Hugo Chávez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario