PDVSA les hizo una pachotada, muy propia de la patanería revolucionaria.
En el Hotel Tamanaco, Caracas, Mayo 24-26, se llevó a cabo un evento de la Asociación Venezolana de Procesadores de Gas, AVPG. Este evento había sido promovido, entre otras empresas, por PDSVSA y esta empresa había armado un pabellón de exhibición en el sitio del evento. Todo estaba listo cuando el ministro-presidente de PDVSA (y secretario de finanzas de Hugo Chávez,) Rafaél Ramírez, pidió ver la lista potocolar del evento y allí ardió Troya. En la lista protocolar figuraban, como debía ser, ex directivos de la PDVSA antigua, tales como Claus Graaf, Ramón Mantellini, Fernando Sánchez, el recientemente fallecido y siempre recordado Gustvo Inciarte y otros. Se incluían en la lista los expresidentes de la asociación, como Diego Gonzalez Cruz y, el nombre más odiado, el de Luis Giusti, ex presidente de PDVSA antes de su conversión en importadora de pollos.
De inmediato el segundo más famoso Ramírez (después de El Chacal) ordenó desmantelar el pabellón de PDVSA y retirar a sus inscritos que sobrepasaban las 170 personas, así como cancelar las 20 ponencias que iban a contribuir los pedegojos.
Este acto de malcriadez es muy propio de estos patanes y contribuye a aumentar la mala reputación internacional de la empresa, ya convertida en una empresa estatal de tercera categoría por su endeudamiento, sus actividades no-petroleras, su corrupción e ineficiencia.
Que vergüenza tener a esta gente a cargo de lo que fue una empresa digna.
Alguien comentó: "No creí nunca que PDVSA le fuera a huír a Luis".
1 comentario:
El comandante del micrófono está “liquidado”.
Ante el panorama nada alagüeño de las próximas elecciones parlamentarias, el mundo ve como el astro mediático de la Montra veneciana se apaga inexorablemente... ya ni causa “curiosidad” por ver las “peculiaridades” del bocafloja bananero...sencillamente aburre al personal.
Al predicador-comandante televisivo, se le ve inflado, ojeroso, acorralado...
Por más que haya recurrido a la táctica de su “amigo” Ahmadineyad de inhabilitar a los principales oponentes, las cuentas no le cuadran.
Tratará de (una vez más) robar los votos opositores, y si eso no le funcionara, despojará al legislativo de todo poder, argucia que ya le ha funcionado antes.
En todo caso, este pobre hombre que quiso ser Simón Bolivar, será incapaz de detener la debacle económica y moral que campa en el país y en su enferma “revolución mental”.
Ante este panorama le quedan dos opciones:
1) Rendirse ante la evidencia de su absoluto fracaso (lo que no hará, pues su enfermedad lo ha cegado).
2) Gobernar por la fuerza de su ejército vendido (hasta que tenga con qué comprarlo)
Saludos y mi sentido pésame a Venezuela.
LGS
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