Acaba de fallecer hace dos horas en Nueva York Oliver Sacks, quien nos había anunciado el
fin de su vida debido al cáncer que lo aquejaba. En este blog reseñamos hace
poco tiempo su autobiografía, ver: http://www.lasarmasdecoronel.blogspot.com/2015/08/oliver-sacks-su-maravilloso-viaje-del.html.
Su manera de vivir y de morir ha sido un ejemplo para quienes aman la naturaleza
y se preguntan cuál es el lugar que ocupamos en el universo. Su insaciable
curiosidad por todo lo que hace posible la presencia del hombre en el Cosmos lo
convirtió en uno de los grandes avanzados de la especie, siempre tratando de
descorrer el velo que nos impide saber cuál es la razón, si es que hay alguna,
de que estemos aquí.
Ya en una de sus últimas crónicas para el New York Times, hace no más de un
mes, pareció rendirse ante el misterio y regresar a ser simplemente un ser
humano que comprende que ha nacido, asumido su lugar en el escenario y debe
bajarse de él para darle su sitio a quien estará naciendo en estos momentos de
su partida. Dijo en esa crónica que quería salir al aire libre en sus últimos
momentos, a contemplar las estrellas. Sabía que algún día iríamos a las
estrellas y que él, nacido muy temprano, no estaría entre los pasajeros. Su
curiosidad de naturalista y cosmólogo quedó insatisfecha.
Dios
lo tenga a su lado. Ya él sabe todo lo que hay que saber sobre el significado
de nuestra presencia en el Cosmos. Como en el final del cuento de Chesterton: “The man who knew too
much”: the man who knew too much knew what is worth knowing.
1 comentario:
Una persona admirable!!! Q.E.P.D.
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