La evidencia se acumula sobre el carácter hamponil del liderazgo de izquierda
latinoamericano que manejó la política regional durante los primeros 12 años de
este siglo. Esta evidencia demuestra que estos líderes no eran simples
autócratas, limitados a abusar del poder en sus países, sino que formaron una
alianza bien planificada para saquear las riquezas de la región, con el
propósito de mantenerse indefinidamente en el poder. Esta pandilla de ladrones
y traidores a sus naciones estuvo liderada por Hugo Chávez debido a su uso
pródigo del cuantioso ingreso petrolero venezolano, el cual llegó a ser de
naturaleza aluvional durante varios años, permitiéndole distribuir inmensas
sumas de dinero venezolano a sus
secuaces y promoviendo toda clase de negociados intercontinentales a fin de
generar fondos para los propósitos políticos de la pandilla.
Esta pandilla de ladrones y parásitos latinoamericanos, hoy esencialmente
inexistente debido a la muerte o a la
salida del poder de la mayoría de sus miembros, estuvo integrada por Hugo Chávez, Lula da
Silva, Néstor y Cristina Kirchner, Daniel Ortega, Raúl Castro, José Mujica, José M. Zelaya y Evo Morales.
Rafael Correa obtuvo beneficios de esa podrida alianza pero nunca se integró
definitivamente a la pandilla. Fernando Lugo recibió beneficios también pero no
tuvo tiempo de disfrutarlos. Con mayor o menor grado de intensidad los
ex-presidentes latinoamericanos arriba nombrados se confabularon para tratar de
atornillarse en el poder mediante el uso y abuso de los recursos financieros de
sus países, ayudándose mutuamente y colaborando con frecuencia en la comisión de crímenes financieros y
políticos, los cuales comienzan a ser enjuiciados hoy en día en Brasil,
Argentina, Uruguay y, más tímidamente, en Venezuela.
Esta alianza de hampones -presidentes fue algo sin precedentes en América
Latina. En el pasado la región había tenido presidentes corruptos y/o
dictatoriales: Fidel Castro, Los Perón, Pinochet, Trujillo, Somoza, Velasco
Alvarado, Rojas Pinilla, Pérez Jiménez, los Duvalier padre e hijo, Bucaram y
otros. Con la sola excepción de Fidel Castro, ninguno había pretendido ir más
allá de sus fronteras para formar una alianza regional de dictadores. La
llegada de su pupilo Hugo Chávez al poder en Venezuela le dio a Fidel Castro
las armas financieras de las cuales había carecido para promover la formación
de una gran alianza de dictadores o
corruptos de izquierda, la cual pudiera mantenerse en el poder el tiempo
suficiente para lograr transformar la región latinoamericana en un bloque
político anti estadounidense, de corte “socialista”. Este gran diseño duró
poco, debido a la enfermedad de Castro. Sin un ideólogo de estatura la Alianza
se convirtió en una mafia sedienta de
poder, unos y de riquezas, otros.
Hoy en día las autoridades argentinas, brasileñas y uruguayas, así como la
oposición en Venezuela, han ido revelando la magnitud de la corrupción de estos
ex-presidentes, quienes tenían importantes vasos comunicantes para protegerse
mutuamente y suministrarse recursos a expensas de sus pueblos, con la finalidad
de perpetuarse en el poder.
Las conexiones de Lula da Silva y José Mujica en torno a contratos
petroleros están siendo investigadas en Uruguay. Las numerosas conexiones de
los Kirchner y su pandilla con la pandilla de Chávez en Venezuela son
ampliamente conocidas en Argentina, donde la ex-presidenta Cristina Fernández
de Kirchner está siendo sometida a juicio y parte de sus bienes han sido
congelados. La relación de los Kirchner y Chávez se basó en importaciones
venezolanas desde Argentina con groseros sobreprecios y la compra de bonos argentinos
por Chávez para beneficiar a los Kirchner y a sus amigos banqueros venezolanos.
La relación entre Chávez y Lula da Silva se basó en los grandes contratos
dados por Chávez a las empresas constructoras brasileñas, contratos donde Lula
percibía una tajada. Odebrecht recibió 32 contratos de Chávez (y de Maduro) por
unos $40.000 millones. Para cristalizar este negociado Chávez y Lula celebraron
55 reuniones durante el período presidencial de Chávez. Esa gente de Odebrecht está en la cárcel en
Brasil pero en Venezuela nadie ha sido tocado. Ayer mismo (Diciembre 16, 2016)
Lula y su esposa eran acusados de lavado de dinero ante un tribunal de Brasil.
Mujica y Chávez se relacionaron a través de empresas como Aire Fresco S.A.,
empresa del entorno presidencial de Mujica, la cual tenía el monopolio de intermediación
en todos losconvenios comerciales entre los dos países y cobraba comisiones por
tal actividad.
Chávez y Ortega se relacionaron a través de la empresa ALBANISA, centro de
colosal corrupción, la cual recibía productos petroleros de Chávez para
revenderlos en Nicaragua a grandes ganancias para la familia Ortega.
Chávez promovió el intento de Zelaya de perpetuarse en el poder en Honduras
mediante la maniobra de una Constituyente. Zelaya fue expulsado del poder por
el Congreso hondureño y entró a ser un empleado de Chávez, quien le asignó un
jugoso salario, un avión de PDVSA para
su transporte y a Aristóbulo Istúriz como una especie de secretario.
Chávez financiaba abiertamente a Evo Morales y hasta le dio $30 millones
por televisión en una ocasión, “para sus gastos”. Morales, muy sonreído, le preguntó
a Chávez: “¿son mensuales, presidente?” Cheques venezolanos eran repartidos a
alcaldes y militares bolivianos por Evo Morales sin ningún rubor.
El más perverso caso de traspaso de riqueza venezolana a país alguno se dio
con Cuba. Durante la presidencia de Hugo Chávez se llevó a cabo la
transferencia de no menos de $50.000 millones de dinero venezolano a la Cuba
castrista. Mientras esta transferencia masiva de dinero a Cuba se llevaba a
cabo Castro tomaba control del gobierno venezolano a través de su tutoría a
Chávez. Los cubanos se insertaron en todas las ramas del gobierno. Chávez
convirtió a Venezuela en una colonia cubana, una tragedia que ha continuado con
aún mayor intensidad durante la etapa de Nicolás Maduro en el poder.
La dimensión de esta alianza continental de ladrones a los más altos
niveles políticos es un hecho que no ha sido investigado todavía en su
horrorosa dimensión. El robo material involucrado ha sido enorme pero aún peor
ha sido la traición de estos líderes a su deber con sus pueblos. Este es, casi
seguramente, el mayor crimen político jamás cometido en nuestra región
latinoamericana.
3 comentarios:
And these people win because of false promises and hatred.
Faltan líderes de otros países caribeños que a cambio de respaldos en la oea y la onu han logrado grandes cantidades de dinero y petróleo. Rep. Dominicana. Recordar la compra y venta de la refinería Dominicana, el canje de caraotas por petróleo, la compra casi regalada de la deuda Dominicana. El ex-presidente Fernández y el actual Danilo Medina se gana ron el kino con pdvsa.
Es verdad lo de la República Dominicana. Se me olvidó completamente,
Gustavo
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