miércoles, 26 de agosto de 2020

EL PROFUNDO PROBLEMA ÉTICO VENEZOLANO



La Venezuela de hoy está dividida en tres grupos: los malhechores del chavismo/madurismo, para quienes el poder ha sido la puerta abierta para saquear al país; los venezolanos quienes se oponen al régimen y están decididos a expulsarlo del poder, y, un tercer grupo que piensa que es necesario ir a un gobierno en el cual tengan cabida opositores y chavistas, en aras de una reconciliación nacional. Este grupo genera, sin quererlo o queriéndolo, un serio problema ético para el país.  

Pertenezco al segundo grupo, aquellos quienes piensan que integrar una ‘nueva” Venezuela con componentes demócratas y chavistas es como barrer la basura debajo de la alfombra. Promover esta vía podría representar una estrategia válida para “sacar” al régimen del poder pero es éticamente inaceptable. Inclusive, desde el punto de vida estratégico, integrar el chavismo (para diferenciarlo del madurismo)  a una nueva estructura de gobierno sería contraproducente porque le deja a la Nación la ponzoña adentro.

Es miope y un grave error ético pensar que el chavismo, lo que se ha dado en llamar el chavismo originario para diferenciarlo del desastre madurista, es aceptable para conformar una nueva Venezuela. Leemos, por ejemplo, a Ricardo Combellas, un demócrata, diciendo que es necesario que la Venezuela demócrata de Guaidó sea “generosa” con el chavismo. En su escrito “Decálogo para Guaidó” dice textualmente:

  -Le recomendaría (a Guaidó)  acercarse al chavismo disidente. Oírlo, darle confianza y hacer todo lo posible por unirlo a su redil. Guaidó se llevaría más de una sorpresa, pues en el chavismo hay mucha desilusión, defraudados por un dirigente, Maduro, que consideran  se ha apartado del proyecto original. Esta tarea debe llevarla a cabo con sutileza, con delicadeza, respetando su  amor propio, y nunca olvidando  que  los veinte años del régimen han dejado huella y no han pasado en vano. La herencia de un liderazgo carismático como el de Chávez no se borra fácilmente y Guaidó tiene que entenderlo y convivir con él, sin negarles las oportunidades que ellos nos negaron a nosotros. En suma, le recomendaría ser generoso con el adversario.

Según este enfoque, los chavistas quienes se oponen a Maduro son aptos para integrar la nueva Venezuela. Esta perspectiva olvida que Maduro es el legado de Chávez y que durante la etapa de Chávez en el poder se cementaron las bases del desastre venezolano, tarea eficientemente completada por Maduro.

En esta misma onda parece estar Luis Vicente León, para quien Chávez tiene el 50% de aceptación  mientras que Maduro solo el 13%  y Guaidó un débil 17%. Estas son estadísticas sorprendentes pero, aun admitiendo su validez, lo que no debe derivarse de ellas es que el chavismo represente una opción moralmente aceptable para la Venezuela post Maduro. La Venezuela post Maduro debe ser también y por igual razón,  la Venezuela post Chávez. De otra forma tendríamos venezolanos indignos como Rafael Ramírez Carreño, uno de los cuatro principales destructores de la nación venezolana (PDVSA) como candidato a la presidencia del país, apuntalado por los millones que desaparecieron de PDVSA durante su funesto mandato.

Jesús Chuo Torrealba apoya esta recomendación de Combellas.

En esta misma onda está Enrique Ochoa Antich, bastante vehemente en su acercamiento con el régimen chavista/madurista, cuando dice en “la Tercera Unidad”:

 estos hombres y mujeres, chavistas unos, demócratas otros, empresarios éstos, sindicalistas aquéllos, con las iglesias y la Fuerza Armada, están suscribiendo el acuerdo que nos conducirá a unas elecciones libres y competitivas que, incluyéndonos a todos, y asegurando que quienes las pierdan participarán si no del gobierno, sí del Estado, abrirá finalmente los caminos de la Venezuela posible.

… Porque un día comprendimos que este país no se dividía entre chavistas y antichavistas sino que todos somos hijos de la misma patria”.

Esta prédica de Ochoa Antich suena muy bonita pero contiene un mensaje muy dañino, según el cual el chavismo  debe ser incorporado a una nueva Venezuela.

He tomado estos ejemplos por ser muy recientes pero existe toda una tendencia, representada por Falcón, Fermín, Mujica, Puche, Ochoa Antich, Eduardo Fernández, Américo Martín y otros líderes de larga trayectoria para quienes - con algunos matices importantes de diferenciación -  sería deseable unir a las dos Venezuelas, a fin de formar una nueva Venezuela en la cual quepan ambas posturas ante el país.

Esa actitud no es nueva en Venezuela. Responde a una posición que podría ser vista como  loable y positiva cuando corresponde a posturas idealistas, pero muy nociva cuando se relaciona con posturas oportunistas. Independientemente de su motivación esa tendencia nos ha causado muchos problemas en el pasado y  podría causarnos problemas aún más graves en el futuro. Tiene que ver con hacer borrón y cuenta nueva. Tiene que ver con un falso sentido de solidaridad. Tiene que ver con la creencia de raíz bondadosa pero también de un acentuado astigmatismo moral, según la cual todos los venezolanos somos hermanos y somos “chéveres” y, al final de cuentas debemos salir abrazados, como si no hubiera sucedido nada. Esa tendencia al perdón ha sido frecuente en nuestra historia, por ejemplo, en las etapas finales del gomecismo y en el caso del sobreseimiento de la causa a Chávez después de su golpe criminal, el cual fue pedido por muchos demócratas convencidos y llevado a cabo por el Presidente Caldera II. Ya sabemos cual fue el resultado de esta acción tan conciliadora.

Con la actitud de este grupo proclive a la generosidad con el chavismo que se ha peleado con  Maduro podríamos estar asistiendo a un nuevo capítulo de esta costumbre. La disidencia de los chavistas con Maduro es parte de la pelea política intestina y  no está precisamente basada en una actitud de rechazo a su corrupción porque ellos, los disidentes, también fueron  - en su inmensa mayoría -  corruptos durante la etapa de Hugo Chávez. Y hablo de corrupción en su sentido más amplio para incluir su responsabilidad directa  en el manejo desastroso de los fondos públicos (Fondos Paralelos)  y de las políticas públicas que fue característica premeditada del régimen de  Hugo Chávez. Chávez fue un gran corrupto que violó repetidamente la Constitución que él mismo impuso y que permitió a su familia y a sus correligionarios robar impunemente. Le gustaba abusar de su poder en la utilización de los bienes públicos, desde regalar petróleo y dinero a sus amigotes cubanos, nicaragüenses y bolivianos, usar los aviones de PDVSA para pasear a Naomi Campbell y a Danny Glover hasta los viajes faraónicos con 150 personas alojadas en los hoteles más costosos del mundo, así como su colección de relojes de hasta $50.000 que su sueldo no podía comprar. Formar parte del gabinete de Chávez y guardar silencio clasificó a gente como Giordani, Navarro, Osorio, etc. como corruptos, para no  hablar de los híper-corruptos como Ramírez Carreño, Tobías Nóbrega y  los casi todos panzudos ministros de la Defensa.

La Venezuela nueva, si quiere ser realmente nueva e incontaminada,  no debe aceptar la inclusión de esta marabunta de falsos arrepentidos. Al contrario, debe aplicarle todo el peso de la justicia.

Repetir los errores del pasado nos condenará a permanecer en el grupo de países más complacientes, atrasados y corruptos del planeta. 


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora hasta un hijo fue a reclamarle a su madre por unos dineros de Alejandro Andrade. En Valencia varios sectores sociales que han engordado su fortuna por los negociados con el régimen empeoran la tradicional fama que tiene la nueva oligarquía que es poderosa y con sus valores chavistas desviantes.
Humberto Acosta.
La noticia nos la da Tamara Sujú que vive en República Checa:

https://twitter.com/TAMARA_SUJU/status/1296710386205548545?s=20

Anónimo dijo...

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Gustavo Mirabal: El empresario venezolano acusado por su hermana de testaferro
Coordinador Primer InformePOSTED ON 23 AGOSTO 202002

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El nombre de Gustavo Mirabal vuelve a salir a la luz después que su hermana, María Gabriela Mirabal relatara en un hilo de twitter cómo su propio hijo la golpeó en su casa para amedrentarla por las denuncias hacia su hermano.
El Estímulo

«Tras haber vivido el dolor más profundo que cualquier madre pueda imaginar, regreso para relatar éste horror». Con esta frase, iniciaba un hilo en twitter de la abogada María Gabriela Mirabal, hermana de Gustavo Mirabal Castro, señalado como testaferro de Alejandro Andrade, el ex Tesorero Nacional y ex escolta de Hugo Chávez que fue arrestado en EEUU.

La historia con la que continúa relata lo que le sucedió hace una semana, cuando su hijo, tras 10 años de ausencia, tocó a su puerta y la golpeó, para que callara. Este ha sido el último acecho que ha denunciado María Gabriela Mirabal, tras hace más de un año denunciar a su hermano, Gustavo Mirabal Castro, de participar como testaferro en actos de corrupción.



«Mi hijo Gustavo Arrieche Mirabal, a quien no veía desde hace 10 años, apareció en mi puerta el domingo 16. Mi alegría fue inimaginable! Solo duró 2 seg!!!. Corrí a abrazarlo:»mi amor, mi bebé»!!. Sacó una pistola, la puso en mi sien, me roció con gas pimienta. El matón que vino con él estaba desconcertado”, relató Mirabal en su cuenta oficial Twitter.

LEA TAMBIÉN «Estés donde estés», el mensaje de Emanuel Andrade a su padre preso, «el tuerto» Alejandro Andrade


¿Quién es Gustavo Adolfo Mirabal?

Muchos conocen a Gustavo Mirabel como empresario ligado al entrenamiento ecuestre. Otros lo ven como el abogado de una importante firma venezolana, su hermana lo señala como un testaferro más dentro del régimen chavista.

En el papel, Gustavo Mirabel es un empresario venezolano, propietario del centro de entrenamiento ecuestre G&C Farm, ubicado en Florida, y extendido en 2015 hacia España. También es presidente de Farm G&C Inc., y gerente de la empresa Wellington Property Holding LLC. Sin embargo, sus relaciones con Alejandro Andrade, ex escolta de Chávez, elevan la sospecha de su supuesto vínculo con el gobierno en el papel de testaferro.



“Para quienes no conocen mi historia, mi hermano, Gustavo Adolfo Mirabal Castro, es testaferro de Alejandro Andrade. Se robó $ 250 millones. Compró a mis padres, hermanas, finalmente a mis hijos. Nunca fui partícipe de sus actos ilícitos; lo repudié y denuncié ante autoridades, a través de las redes sociales, dentro y fuera de Venezuela. Hoy se esconde en Dubai, rodeado de lujos y caprichos que el dinero mal habido compra. A raíz de mis denuncias se le cerraron muchas puertas, congelamiento de bienes y dinero. Las represalias no tardaron en llegar: Víctima de terrorismo judicial, secuestro, injurias, agresiones físicas y psicológicas. Prohibición de salida del país. No pudieron conmigo!..Hasta hoy”.

Anónimo dijo...

La historia nos enseña, duela o nó, que la única forma de derrotar al enemigo es aniquilándolo completamente hasta lograr la victoria total. Ahí tenemos los ejemplos de diferentes ideologías que han salido victoriosas con ésta formula como lo es caso de los aliados en la segunda Guerra mundial contra la Alemania Nazi; lamentablemente el del caso Cubano con la victoria comunista contra las fuerzas democráticas, ó sin ir muy lejos, el caso nuestro venezolano durante la Guerra de Independencia contra España.

Las soluciones intermedias, como la que ofrecería ese “tercer"grupo al que se refiere Coronel en su artículo, no permitirían arrancar el cáncer del Socialismo de raíz como debería ser ya que se corre el riesgo de que se vuelva a reproducir nuevamente ayudado por éstos tontos útiles.

Anónimo dijo...

No se puede dar cabida en una nueva Venezuela a los que la destruyeron, robando sus arcas, acabando con sus industrias, destrozando el campo y las zonas naturales en busca de oro y dejando que entraran al país cuanto bicho con uña, terrorista y malparido le haya dado la gana.
Se puede conversar y llegar a acuerdos con grupos políticos de distintas tendencias pero que hayan demostrado respeto a la democracia y los valores patrios. Así sucedió entre AD, Copei y algunos partidos a la caída de Pérez Jimenez.
Pero con la malandrería narcotraficante corrupta, nada!