Esta
mañana caímos en paracaidas en Machurucuto, donde nos esperaban Fernando y
William, los baquianos. Ellos habían estado allí hace años, con la invasión de
Fidel Castro, ayudando a los Cubanos. Esta vez nos ayudaban a nosotros, ya que
Fernando desea ser presidente de la AN otra vez y William quiere que le den la
Quinta Anauco en propiedad plena.
Placa conmemorativa de nuestra invasion por Machurucuto. El baqueano William en uso de la palabra
Yo
he sido designado jefe del contingente invasor machurucutense, creo en razón de
mi apellido, porque es lo que más suena a lo marcial en nuestro
contingente. En la caída perdí el GPS pero allí estan los baqueanos. Al llegar a
Machurucuto los 860 sobrevivientes del salto (15 cayeron demasiado rápido, al
fallarles los paracaidas que adquirimos en China) fuímos atacados por el avión de Cubana de
Aviación al cual capturamos. Hemos seguido nuestra penetración hasta Cúpira, en
donde los cuatro policías y todo el pueblo se nos han sumado con entusiasmo.
Capturamos el caza de Cubana de Aviación!!
El
sátra-pado, Nicolás el Breve, emitió una información ayer, donde dice: “ [los
invasores] están financiados por Gente del Petróleo. Después voy a decir los
nombres”. Es decir, sabe quienes somos pero no lo dice, porque es confidencial.
Lo que Nicolás no sabe es que ya no tiene “después”. Su después es Tocuyito.
No tenemos problema alguno en decir quienes
somos. La verdad es que si compramos los aviones. Somos los magnates
petroleros venezolanos desparramados por todo el mundo. En mi caso, le he tenido que vender a un jóven
de apellido Carruyo una de mis tres casas en Palm Beach para pagar por la mitad
de uno de los 18 aviones. Creo que Eddie pagó por la otra mitadcon su liquidación de PDVSA. Dos fueron
comprados por los compañeros de Calgary, tres por los que están en Houston y así
por lo consiguiente, hasta llegar a los 18, los cuales estacionamos en la
coordenadas que reveló José Vicente (frente a la Bodega "La Lucha") mientras llegaba el momento de utilizarlos.
En camino a Cúpira
hablo con Fernando. Me dice que está tratando de hacer contacto con sus viejos
compañeros para que se sumen a la invasion. “A ellos ya no les importa lo
ideológico”, me dice. “Les encanta un brollo”. Menciona a Sales (a) El Coco
Silba, Abdel Mazza (a) El Comisario, Trino Barrios (a) Comandante Sánchez,
Víctor Soto Rojas (Sociólogo) (a) Tito, José Ramón Ortega (a) El Águila,
Heriberto Cartagena (a) Malpica, Carabaño (Sociólogo) Rolando Pettit Atencio y
Olga Esther Añez ( Sociólogo), sus viejos compañeros de El Bachiller. Y a
Ulises, Bejuma y Manuel. Fernando está entusiasmado por regresar a su vocación
guerrillera, aunque sea temporalmente.
Estamos llegando a
Guarenas y no hay señales del enemigo. En el Boletín #3 les informaré de
nuestra entrada a Caracas. Mientras tanto las columnas que entraron por el
Táchira y por los Llanos ya se encuentran en control de Maracaibo y Barquisimeto
respectivamente. El ministro de información de la satrapía, Villegas (entrenado en Irak), niega nuestra presencia en Venezuela, dice que todo es propaganda psicológica, mientras nuestras fuerzas le pasan por detrás en la pantalla.
2 comentarios:
Estos materiales que Ud., con tan buen tino, escribe, deberían ser impresos en volantes y repartidos.
Gene Sharp recomienda burlarse de las "autoridades" como una de las múltiples formas de lucha y, retrocediendo en el tiempo, el sarcasmo, el humor, la ironía, han sido técnicas eficaces de propaganda política -no toda propaganda tiene intenciones aviesas, son técnicas que pueden ser usadas para bien o para mal-
No me hago ilusiones; los "opositores" están muy ocupados con el marketing político y viendo como organizan el próximo sarao, perdón, proceso electoral, para "conquistar espacios" (tienen vocación de astronautas)
Un gran saludo.
Gracias por ese comentario. En efecto, este régimen no caerá por causa de la actividad opositora ni por presión externa sino por el enorme peso de la ridiculez y cusilería del regimen. Esta ridiculez no la aguuanta nadie. El régimen es un gordo en calzoncillos con las medias puestas, nada sexy.
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