domingo, 23 de agosto de 2015

No solo Maduro: fuera el régimen y castigo a los corruptos

Si el país no hace justicia, regresará la pesadilla

En medio de los continuos desatinos e insultos de Nicolás Maduro a países vecinos y el caos social generalizado se intensifican los rumores en Venezuela sobre un evento  inminente que sacaría a Nicolás Maduro de Miraflores, para ser reemplazado por un miembro de la Fuerza Armada, quien lideraría un “gobierno de transición”  y llamaría a elecciones dentro de 3, 6 o 12 meses. Pensaran quienes promueven este evento que ello sería suficiente para rebajar la presión social, económica y política venezolana, la cual es ya absolutamente inaguantable. Parece ser que ya Nicolás Maduro conoce de este proceso en marcha y no puede hacer nada para detenerlo.  Se dice que la Fuerza Armada está en control de la situación política venezolana y que Maduro es solo una marioneta sin poder.  
 El Capitán Cabello, por cierto, no sería su reemplazo, ya que presumiblemente ha llegado a la conclusión de que su presidencia sería impresentable internacionalmente, debido a las denuncias en su contra. El solo desearía que no se metieran con él.
 Para una población  llevada al extremo de la penuria y de la humillación la salida de Maduro, el payaso corrupto, como lo definió el Senador estadounidense Marco Rubio, sonaría como una excelente noticia.
Sin embargo, pensar que la sola salida de Maduro resuelve el problema venezolano y que no importa quién lo sustituya,  sería un gravísimo error. Lo que está podrido no es solo Maduro sino el sistema.  Por ello los venezolanos deberán estar muy vigilantes para impedir que las cosas solo cambien un poco para seguir iguales. En los procesos de transición política de una dictadura a una democracia que se han dado en otros países: Chile, España, Sudáfrica, Polonia,  Brasil, entre otros,  el ingrediente que ha sido más difícil de incluir es el de la justicia transicional, el castigo a quienes han asesinado, torturado, robado, saqueado el erario público y abusado del poder político para perpetuarse en el poder. En aquellos casos en los cuales esta justicia no ha sido aplicada o solo aplicada a medias, con desgano, en un afán de pasar la página rápidamente, hemos visto que las heridas han permanecido abiertas, el resentimiento ha persistido y las sociedades no perciben que se ha llevado a cabo un proceso de verdadera consolidación de la democracia.
Cuando cayó Pérez Jiménez se le trató de vender al país una junta de transición en la cual figuraban componentes nefastos de la dictadura que acababa de ser derrotada. El pueblo la rechazó. Si la hubiera aceptado, el proceso de democratización venezolano se hubiera demorado o, quizás, convertido en un fraude. 

Por la vía electoral el régimen también está de salida
La salida de Maduro y su pandilla no se vislumbra solamente por la vía arriba esbozada sino también por la vía electoral. En efecto, la información recibida  desde Venezuela (IVAD) indica que:
Al momento de llegar Maduro al poder, en las 5 regiones del país el chavismo promediaba 49,6% de aceptación. Hoy exhibe apenas el 22,2%.
Cuadro de Autodefinición chavista por regiones
                                Occidente Andes Llanos Central Oriente
Chavismo Marzo 2013 57,9% 42,5% 49,2% 45.0% 53,5%
Chavismo Junio 2015 17,1% 22,1% 20,9% 21,8% 29,1%

Amigos:
El régimen de Maduro está maduro para caer con la menor movida de mata. Aunque ser implacables en el castigo a la corrupción que ha imperado en Venezuela durante los últimos 16 años hará la transición mucho más difícil de lograr, ella será la única manera correcta de actuar. Hay aspectos del proceso político que no deben ser negociados y este es uno de ellos. Negociar con la pandilla equivaldría a barrer la basura debajo de la alfombra y permitirle a los corruptos reagruparse y regresar eventualmente al poder. Así ha sucedido en Argentina y en Brasil, donde Cristina Kirchner ha revivido las payasadas populistas de Evita y María Estela Martínez y Lula la corrupción de Color de Mello.
 En algunas transiciones se ha permitido que las clases dominantes durante el régimen dictatorial conserven cuotas de poder, privilegios especiales y hasta fortunas mal habidas, en un afán de progresar hacia la democratización, como fue el caso de Chile. Eso no debe ocurrir en Venezuela.
Pudiera darse el caso en Venezuela que quien aparezca como candidato al reemplazo temporal de Maduro esté involucrado en casos de corrupción. Esto no debería ser aceptable para los venezolanos porque Venezuela es una Nación digna de respeto. Si se monta otro corrupto  estaremos condenados a ser un país de tercera categoría,  como ha sido el caso en los últimos 16 años.  

Hacia una coalición de gente honesta
En Venezuela es necesario formar una gran coalición de gente honesta. Esa gente existe pero está dispersa y desencantada. Si no logra reagruparse, la transición hacia la democracia quedará incompleta y cualquier cosa pudiera suceder, incluyendo el afloramiento de un régimen que incorpore ingredientes  democráticos pero que conserve su naturaleza abusiva y corrupta, el cual solo exhiba algunos cambios de nombre. Ese híbrido sería trágico para el país. Por ello, será necesario hablar de corruptos con nombre y apellido, no de corrupción en un sentido genérico. Quienes más hablan de corrupción en un sentido genérico son los corruptos,  porque saben que mientras esta discusión se mantenga en un plano abstracto ellos están a salvo. ¿O es que, acaso, Pedro Carreño no es el Zar anti-corrupción del régimen y discurre alegremente sobre este “flagelo”?

Amigos:
Venezuela se acerca rápidamente al ojo de la tormenta. No aceptemos que un mal mago saque un pollo con moquillo de un sombrero y no los venda como un cisne blanco. Vamos a verle el hueso a esta tragedia porque ella es la única manera de volver a ser el país floreciente que un día fuimos. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

YA LO DECÍA CICERÓN. Esta frase(año 55 a.C.)

"El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado."

Anónimo dijo...

Que bien te hubiera quedado aparecer en la foto de arriba, cabrón fracasado de geologo. Tu cara se compadece con la fila de enfrente