Eduardo Semtei: un resentido cripto - chavista

Pinta de chavista desde lejos

Este personaje es recordado por los venezolanos como aquel miembro del Consejo Nacional Electoral chavista que repetía; “El 28, el 28,….”  Empleado de Juan Barreto, dijo alejarse del régimen, como también lo hicieron en su momento Francisco Arias Cárdenas, Herman Escarrá y Henri Falcón. Hoy está arrimado a Henri Falcón, quien mantiene una posición intermedia entre el chavismo y la oposición, una agenda propia que lo ha llevado a proponer un gobierno de “Unidad Nacional”, donde el chavismo continúe representado, a pesar de sus estrechos nexos con el narcotráfico, el contrabando y la hiper-corrupción administrativa y donde - por supuesto - él tenga una destacada posición.

En su último escrito, ver: http://www.lapatilla.com/site/2016/11/21/eduardo-semtei-yo-tambien-me-paso-al-radicalismo-con-algunas-reflexiones/  Semtei se burla de manera indigna de quienes adversan el diálogo y abogan por una posición ciudadana más decidida frente a la narco-dictadura.

Semtei ironiza e insulta así:

“Soy ahora de los que quieren que se incendie la pradera. Quiero ver cacerolas de aceite hirviendo con cabezas gobierneras flotando. Quiero miles y miles de chavistas esposados y presos en todos los campos deportivos de beisbol y fútbol. Los quiero llenos. Quiero una manifestación de 5 millones caminando hacia Miraflores y ver huyendo al presidente y a todo el Consejo de Ministros. Y quiero que eso pase rápido. Quiero que Margaret Thatcher, Golda Meir, Indira Gandhi y la Merkel le pasen toda su sabiduría a nuestra Juana de Arco. Que el espíritu militar de Flora Sandes de la Primera Guerra Mundial y Roza Yegorovna de la Segunda Guerra Mundial orienten sus pasos y afinen su puntería.

Basta de titubeos, oscilaciones y debilidades. Es hora de verdadero machos y verdaderas hembras. Nuestros patriotas que viven en Miami son el ejemplo. Yo también quiero vivir en Miami. Y ese palabreo se lo repiten unos radicales a otros. Y estos otros se los regresan aumentados de odio y de promesas cada vez más salvajes y atolondradas. Hilos de baba vengativa salen de las fauces de los radicales anónimos.

Esta sucia caricatura de quienes adversan el diálogo y de los venezolanos quienes viven en el exterior pinta a Semtei como procaz y cobarde.  No se atreve a mencionar a nadie en especial, carece del coraje para identificar a quienes llama babosos sedientos de sangre. Para él, todos quienes piensen que el diálogo donde tiene asiento su jefe Falcón es una farsa merecen su diatriba, sus injurias. Aunque él diga que no, quizás hasta sin darse cuenta de ello, Semtei es un chavista. Habla de odio en los demás pero sus párrafos están llenos de odio. No es difícil adivinar que María Corina Machado es uno de sus principales objetivos porque, en este momento, ella se ha constituido en líder de la oposición a un diálogo que a muchos venezolanos se nos antoja inmoral.   

El escrito de Semtei tiene una segunda parte que pretende ser más seria, al apoyarse en un experto en negociaciones para la paz, a fin de justificar una duración indefinida para el diálogo. Dice, sin dejar de insultar a quienes difieren de su posición:

 “… leyendo a Vincenc Fisas, un filósofo catalán, director de la Escuela de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona y el experto más avezado y ducho en materia de negociaciones…. pude evidenciar la inmediatez necia, la crítica malsana, la conducta errónea y la visión política sesgada, obtusa y demencial de unos cuantos chamanes del Twitter y paleros de las redes….. Don Vincenc Fisas analizó los procesos de paz en El Salvador, Guatemala, Irlanda del Norte, Suráfrica, Tayikistán, Sierra Leona, Sudán del Sur, Burundi, Indonesia (Aceh), Nepal y Colombia. El lapso de estudio fue de 1984 hasta 2016. La mayoría han tenido mediaciones (como en Venezuela), y sus procesos han tardado desde el más corto, 4 años en Nepal, hasta los 21 años en Irlanda. (Y la parranda de radicales necios, inoportunos y atorados querían que en nuestro caso todo se hubiese resuelto en una semana…).  El proceso de El Salvador tardó 10 años y buscaba la democratización del poder. El de Guatemala, 11 años… Irlanda del Norte, 21 años…. Angola, 14 años. … Sudáfrica, 5 años…. “.

Y termina, muy ufano:

“Esta es la realidad histórica. La experiencia mundial. Los procesos verdaderos. La realidad cruda. Todo lo demás es demagogia. Provocación. Proselitismo del barato. Amenazas bufas y promesas vacías. Valentonadas hechas desde un rincón. Bravatas de pandilleros. Qué lástima que existan tantos dirigentes políticos opositores esclavos de las redes (anti)sociales. Cuatro pelagatos agitando en pro de un enfrentamiento sangriento (con la sangre de otro).

Su frase final es amenazante:

    Quien abandone la Mesa de Diálogo y Negociaciones perderá inexorablemente posiciones políticas y apoyo popular.

Sobre esta segunda parte del escrito de Semtei debo decir que se equivoca al establecer analogías entre los procesos que menciona y el proceso venezolano. Habla de países en circunstancias muy diferentes, donde hubo situaciones crónicas de guerra civil. En Venezuela existe una ciudadanía apegada a las leyes y al ejercicio cívico, la cual  reclama pacíficamente sus derechos y que no acepta entregar principios, enfrentada con una narco-dictadura inmoral, corrupta e inepta, repudiada por el mundo civilizado. Para ello desea utilizar las armas que le da la constitución: la protesta cívica, la huelga, la desobediencia civil. En Venezuela no hay dos ejércitos enfrentados con las armas que deben negociar una tregua o una rendición. Lo que tenemos es un régimen inmoral, de bandidos y ladrones, que pretende otorgar migajas de concesiones a quienes aceptan negociar lo que no puede ser negociable: el derecho a elegir, el derecho a la alimentación, a  la libertad y a la dignidad. Quienes difieren del diálogo no son cuatro pelagatos en pro de un enfrentamiento sangriento, como dice este cobarde, sino miles de venezolanos que no creen en ese chantaje de “o nos abrazamos o habrá sangre” y que creen que hay alternativas más dignas que negociar con una pandilla de malhechores. Quizás Semtei piensa así por haber pertenecido a la pandilla, como también es el caso de su jefe Henri Falcón. Pero existimos muchos venezolanos quienes nunca nos hemos arrodillado frente a la satrapía y que no tenemos ninguna intención de ser esclavos.