lunes, 16 de enero de 2017

Un adiós a mi gran amigo Diógenes Madrid

En 1951 me encontraba estudiando Geología en la Universidad de Tulsa, en Oklahoma, donde pasé cuatro años felices y maravillosos, 1951-1955. El grupo venezolano era numeroso en esos años e incluía a Omar Molina, los hermanos Felizola, los hermanos Vivas, Jesús Cabello (Cabellito), Leonardo Moleiro, José Aparicio, Eleazar Niño, David González Barreat, Ali López, Manuel Romero Martínez, Belén Pérez, mi hermana Cristina, Alberto Santiago,  Oscar Rojas Bocalandro, el machete Pedro Márquez Gutiérrez, Fernando Delón, José Sahagún, El Pelón Heredia, Pancho Carreño, Arnaldo Serio, los hermanos Puppo (fallecidos en un lamentable accidente de automóvil) y otros que se me escapan de la memoria. Uno de esos años, probablemente en 1952, llegó a unirse al grupo Diógenes Madrid. Diógenes era nueve años mayor que yo.  Su llegada le inyectó gran alegría al grupo. Diógenes llegó con su guitarra. Luego llegaría su esposa. Cuando le preguntaban a Diógenes como había llegado su esposa, respondía: “She came via air mail”.
La personalidad de Diógenes, llena de un constante buen humor, de una risa contagiosa, lo hizo rápidamente uno de los miembros más populares del grupo. Los fines de semana nos íbamos él, su guitarra y yo a cantar en algún bar de la localidad y nos pagaban con toda la cerveza que pudiéramos tomar. Esa cerveza era de muy bajo grado alcohólico porque Oklahoma era un estado seco. Diógenes tocaba y yo cantaba en reuniones, fiestas, bares, con o sin razón alguna. En un bar tuvimos una épica batalla con unos nativos del lugar por culpa de una corbata, en la cual la guitarra de Diógenes quedó hecha trizas, creo que el sitio se llamaba el “Little Room” y en uno de mis viajes posteriores a Tulsa, en los años 90, constaté que aún existía y que el dueño me recordaba con hostilidad.
Después que nos graduamos Diógenes y yo coincidimos en Lagunillas, trabajando para Shell de Venezuela. Debido a la diferencia de edades Diógenes me consideró siempre como un hermano menor, diría yo hasta con un componente paternal. Por mi parte yo lo llamaba y siempre lo llamé Diogenito. Después de algunos años en la industria petrolera Diógenes se dedicó a sus negocios particulares y fue un pionero en el cultivo de uvas en la región de Maracaibo. La última vez que nos vimos fue en la década de los 90, en Maracaibo, hace ya unos 25 años. Sin embargo, nunca rompimos el contacto. Cuando cumplió 90 años lo llamé por teléfono. Luego lo llamé de nuevo, después de su accidente cerebro-vascular.
Hoy me llega la noticia de su muerte. Con Diógenes, con su sonrisa contagiosa, su bonhomía, su espíritu juvenil, se va un buen pedazo de mi propia vida. Estos dos últimos años han sido muy crueles. He visto morir a algunos de mis más queridos amigos: Alberto Quirós, Julio Barroeta Lara y, ahora, Diógenes Madrid, Diogenito. Todavía lo recuerdo a la guitarra, en algún sitio nocturno de la Tulsa de aquel entonces, mientras yo cantaba:
“En esta noche clara
de inquietos luceros
Lo que yo te quiero
Te vengo a cantar”…
Recuerdo su cálido hogar, el cariño de su esposa, tan paciente con las tendencias bohemias de Diogenito, sus hijos, una bella familia maracucha, la sal de la tierra. Una vida larga, llena de amistad y alegría.

Gracias, Diogenito, por tu amistad y tu cariño paternal para tu joven amigo. 

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Paz a sus restos.
Es triste ver pasar el tiempo y perder los seres queridos y las amistades significantes. Y hablando de uvas, hay una region del Zulia famosa por sus uvas que esta en la via del Mojan, hacia Maicao, Colombia, servida por una Cooperativa (Cooprrativa Viticola Mara) que cuando yo la visitaba, por ahi por el a~o 2000, era muy famosa y organizada. Esa gente utilizaba la ultima tecnologia en riego y ferti-irrigacion. La uva de esa zona era la que mucha gente comia, especialmente en navidad y la vendian, por lo menos en Barquisimeto, a orilla de las vias. Tambien esa zona era famosa por sus guayabas (grandes y bellas). Que sera de la vida de esos vi~edos y guayabales? se los habra comido el cancer chavo-madurista?

Gustavo dijo...

Esa es la zona donde Diógenes comenzó a plantar uvas. Fue el iniciador de esa actividad en el Zuulia

Anónimo dijo...

La verdad que tiene razon el Coronel, en los ultimos 18 meses se han ido unos cuantos buenos y los malos cada vez mas gordos y jodiendo a los demas como si nada, ni una gripe.

al primer forista le digo que el castrochavismo gasto 20 millones de dolares en una fabrica de una bebida llamada juvita que por supuesto solo fabrico 10 gaveras y mas nunca se vio la punetera juvita.

Obviamente ese dinero se perdio en los caminos VERDES.

El payaso en jefe fue varias veces a joder con su Alo Delincuente a la zona y promociono la fulana juvita que era un jugo de uva mas feo que el carajo, lo mismo que los panales guayuco.

En todo lo que meten la mano transforman lo que sea en mierda.

Unknown dijo...

Hermosos recuerdos, que transmiten mucho cariño y aprecio por mi tan amado abuelo Diogenes. Gracias Sr. Coronel, gracias por esas palabras que me han hecho viajar en el tiempo, imaginandomelos a ambos cantando y disfrutando de la vida, con la alegría que tanto lo caracterizaba. Gracias nuevamente... Un abrazo grande! Giovanni De Biase Madrid.

Unknown dijo...

Gracias Señor Coronel por sus palabras tan bonitas. Quiero que sepa , que papaito siempre mantuvo su alegria y siguió cantando y disfruto a plenitud de la vida y fue muy amado por sus hijos, nietos y amigos.un.gran abrazo Ninoska Madrid Bury

Anónimo dijo...

Su alegria se hubiera visto opacada, de haber visto como su nieta MariaFernanda Biase Madrid destruyo un hogar, un hogar con una bebe de apenas 4 meses, todos los matrimonios tienen problemas, pero cuando existen personas como ella capaz de dañar sin importar una familia, es cuando decimos por eso estamos como estamos, ella no podra mirar con la cabeza en alto, porque es la causante de un divorcio, tristemente opaca el apellido porque se que son personas muy correctas, lamento que esa muchacha no tenga los valores que tienen otros miembros de la familia.

Anónimo dijo...

Anónimo24 de enero de 2017, 14:01
Su alegria se hubiera visto opacada, de haber visto como su nieta MariaFernanda Biase Madrid destruyo un hogar, un hogar con una bebe de apenas 4 meses, todos los matrimonios tienen problemas, pero cuando existen personas como ella capaz de dañar sin importar una familia, es cuando decimos por eso estamos como estamos, ella no podra mirar con la cabeza en alto, porque es la causante de un divorcio, tristemente opaca el apellido porque se que son personas muy correctas, lamento que esa muchacha no tenga los valores que tienen otros miembros de la familia.

Anónimo dijo...

QEPD Dios lo tenga en su gloria

Carlos javier P. dijo...

"Un adiós a mi gran amigo Diógenes Madrid
En 1951 me encontraba estudiando Geología en la Universidad de Tulsa,
en Oklahoma, donde pasé cuatro años felices y maravillosos, 1951-1955.
El grupo venezolano era numeroso en esos años e incluía a Omar Molina,
los hermanos Felizola, los hermanos Vivas, Jesús Cabello (Cabellito),
Leonardo Moleiro, José Aparicio, Eleazar Niño, David González Barreat,
Ali López, Manuel Romero Martínez, Belén Pérez, mi hermana Cristina,
Alberto Santiago, Oscar Rojas Bocalandro, el machete Pedro Márquez
Gutiérrez, Fernando Delón, José Sahagún, El Pelón Heredia, Pancho
Carreño, Arnaldo Serio, los hermanos Puppo (fallecidos en un
lamentable accidente de automóvil) y otros que se me escapan de la
memoria. Uno de esos años, probablemente en 1952, llegó a unirse al
grupo Diógenes Madrid. Diógenes era nueve años mayor que yo. Su
llegada le inyectó gran alegría al grupo. Diógenes llegó con su
guitarra. Luego llegaría su esposa. Cuando le preguntaban a Diógenes
como había llegado su esposa, respondía: “She came via air mail”.
La personalidad de Diógenes, llena de un constante buen humor, de una
risa contagiosa, lo hizo rápidamente uno de los miembros más populares
del grupo. Los fines de semana nos íbamos él, su guitarra y yo a
cantar en algún bar de la localidad y nos pagaban con toda la cerveza
que pudiéramos tomar. Esa cerveza era de muy bajo grado alcohólico
porque Oklahoma era un estado seco. Diógenes tocaba y yo cantaba en
reuniones, fiestas, bares, con o sin razón alguna. En un bar tuvimos
una épica batalla con unos nativos del lugar por culpa de una corbata,
en la cual la guitarra de Diógenes quedó hecha trizas, creo que el
sitio se llamaba el “Little Room” y en uno de mis viajes posteriores a
Tulsa, en los años 90, constaté que aún existía y que el dueño me
recordaba con hostilidad.
Después que nos graduamos Diógenes y yo coincidimos en Lagunillas,
trabajando para Shell de Venezuela. Debido a la diferencia de edades
Diógenes me consideró siempre como un hermano menor, diría yo hasta
con un componente paternal. Por mi parte yo lo llamaba y siempre lo
llamé Diogenito. Después de algunos años en la industria petrolera
Diógenes se dedicó a sus negocios particulares y fue un pionero en el
cultivo de uvas en la región de Maracaibo. La última vez que nos vimos
fue en la década de los 90, en Maracaibo, hace ya unos 25 años. Sin
embargo, nunca rompimos el contacto. Cuando cumplió 90 años lo llamé
por teléfono. Luego lo llamé de nuevo, después de su accidente
cerebro-vascular.
Hoy me llega la noticia de su muerte. Con Diógenes, con su sonrisa
contagiosa, su bonhomía, su espíritu juvenil, se va un buen pedazo de
mi propia vida. Estos dos últimos años han sido muy crueles. He visto
morir a algunos de mis más queridos amigos: Alberto Quirós, Julio
Barroeta Lara y, ahora, Diógenes Madrid, Diogenito. Todavía lo
recuerdo a la guitarra, en algún sitio nocturno de la Tulsa de aquel
entonces, mientras yo cantaba:
“En esta noche clara
de inquietos luceros
Lo que yo te quiero
Te vengo a cantar”…
Recuerdo su cálido hogar, el cariño de su esposa, tan paciente con las
tendencias bohemias de Diogenito, sus hijos, una bella familia
maracucha, la sal de la tierra. Una vida larga, llena de amistad y
alegría.

Gracias, Diogenito, por tu amistad y tu cariño paternal para tu joven amigo."

Manera excepcional de relatar experiencias con una maravillosa
persona, un abrazo