Henry Ramos Allup en la Asamblea Nacional: excelente como individuo, deficiente como presidente

La presidencia de la Asamblea Nacional durante el período Diciembre 2015-Diciembre 2016 fue ejercida por Henry Ramos Allup. Ramos Allup es un líder político de la llamada ‘vieja guardia”, ya que su mayor actividad se llevó a cabo durante la época pre-Chávez. Abogado de profesión, su actividad ha sido siempre en el sector político, en el cual fue sido miembro del Congreso Nacional pre-Chávez durante cuatro períodos legislativos, como diputado por el Estado Carabobo. Llegó a ser jefe de la fracción parlamentaria de su partido Acción Democrática, el único al cual ha pertenecido.

Ramos Allup fue elegido el 6 de Diciembre como diputado de la Asamblea Nacional con un 70% de los votos y su experiencia previa en el sector legislativo le dio las credenciales necesarias para ser elegido presidente de la nueva Asamblea Nacional, la cual acaba de terminar su primer año de actividad. Sin duda alguna, mucho de lo logrado por esta Asamblea durante el año es atribuible a su liderazgo. Sin embargo, lo no logrado también debe cargarse a su condición de presidente de la Asamblea Nacional, la cual poseía al inicio una mayoría calificada de 112 miembros y ha poseído durante todo el año una mayoría calificada de 101 diputados. Todo lo que pudiera haberse hecho con esa mayoría calificada no se hizo. Hemos entrado en el sitio web de la Asamblea Nacional para ver el balance de su gestión durante el año, ver: http://www.asambleanacional.gob.ve/tabs/mes/documento?id=8 pero nos hemos encontrado con que la mayor parte de la información no puede abrirse por “no encontrarse el servidor”.

Sin duda alguna, el balance puramente legislativo, en términos de leyes aprobadas o sancionadas, no representa la verdadera situación de la Asamblea Nacional. Cuantas leyes se sancionaron o se aprobaron en primera discusión carecen mucho de sentido, frente al brutal enfrentamiento que ha tenido la Asamblea nacional con el ilegítimo y corrupto Tribunal Supremo de Justicia. Es probablemente en base a este enfrentamiento como se puede evaluar la actuación de la Asamblea Nacional. En este sentido, por lo que hemos visto, la actuación de Henry Ramos Allup ha sido extraordinariamente buena en un aspecto y deficiente en otro.

Lo excelente de Henry Ramos Allup

Su actuación fue excelente a título personal, como orador, en su enfrentamiento con el régimen. Los castigó sin piedad. Su estilo personal, su gran capacidad oratoria, su lógica y coherencia retóricas le dio a la, oposición muchas oportunidades para sentirse reconfortada. HRA fue un baluarte de la oposición. Pocos como él pudieron cantarle las verdades al régimen y ponerlos en su sitio. Creo que HRA fue, junto con María Corina Machado, el mejor representante no preso de la oposición durante 2016

Lo deficiente de Henry Ramos Allup

Donde no llenó nuestras expectativas fue como agente catalizador de la acción de la Asamblea Nacional. En líneas generales la acción de la Asamblea Nacional-fue lenta, incompleta, carente de la deseable agresividad en contra de un régimen totalmente arbitrario y abusivo, no solo en contra de la Asamblea Nacional sino en contra de la nación, la cual mereció una mayor defensa por parte de la Asamblea Nacional, la cual era la única fuerza democrática en la escena. Nos sentimos desasistidos por la Asamblea. Hubiéramos preferido la confrontación total de esa Asamblea Nacional con un régimen que la acosó, la humilló y la desconoció de manera criminal.

Claro, estamos quizás tratando de echar el reloj hacia atrás, lo cual es imposible. Además, no conocemos lo suficiente de lo que sucedía en el seno de la Asamblea Nacional, la existencia de tensiones y limitantes que pueden explicar mucho de lo que no hizo la Asamblea. Pero la responsabilidad última por la actividad de la Asamblea descansa en su presidencia.  

Creemos que la lección que podemos derivar de la actuación de la Asamblea Nacional de Venezuela durante 2016 es que cuando uno está en posesión de la verdad, cuando se tienen principios que defender, cuando la otra parte agrede de manera grosera, entonces no hay apaciguamiento que valga, no hay negociación posible, no hay acomodos políticos justificables. Hay que dar la batalla.

Hasta ahora la batalla solo se ha dado a medias.