Informaciones no confirmadas desde Caracas indican que Hugo Chávez enviaría al psuv-quiatra Jorge Rodríguez y a un abogado de apellido Carrasquero a África del Sur, con la delicada misión de maquillar el resultado del partido Alemania-Argentina, a fin de que quede 3x2, a favor de Argentina. Esta delicada misión involucrará a dos especialistas en maquillaje, probados en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, aunque con algunos traspiés en Perú, México, Chile, Costa Rica y El Salvador.
El viaje ordenado por Chávez está fundamentado en las recientes declaraciones de Clodosbaldo Russián, quien ha afirmado rotundamente que “no existen pruebas sólidas del triunfo alemán”. “Hay rumores no comprobados”, agregó el ex-huésped de la Isla del Burro, “de que Alemania hizo cuatro goles pero nadie ha introducido una prueba fehaciente ante esta contraloría. Mientras ello no se haga a mi entera satisfacción, y soy exigente como ustedes saben, Argentina ha sido ganadora del partido. Así se lo hemos comunicado a UNASUR en la persona de su Secretario general, Néstor Kirchner”.
En esto Russián es consistente con su actuación en el caso de los 120 millones de kilogramos de comida podrida. “Yo no huelo a nada podrido”, ha dictaminado, mientras se comía un pollo frito en manteca cubana, vendido por Mercal.
El viaje ordenado por Chávez está fundamentado en las recientes declaraciones de Clodosbaldo Russián, quien ha afirmado rotundamente que “no existen pruebas sólidas del triunfo alemán”. “Hay rumores no comprobados”, agregó el ex-huésped de la Isla del Burro, “de que Alemania hizo cuatro goles pero nadie ha introducido una prueba fehaciente ante esta contraloría. Mientras ello no se haga a mi entera satisfacción, y soy exigente como ustedes saben, Argentina ha sido ganadora del partido. Así se lo hemos comunicado a UNASUR en la persona de su Secretario general, Néstor Kirchner”.
En esto Russián es consistente con su actuación en el caso de los 120 millones de kilogramos de comida podrida. “Yo no huelo a nada podrido”, ha dictaminado, mientras se comía un pollo frito en manteca cubana, vendido por Mercal.
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