lunes, 9 de mayo de 2011

Cuando el amo muerde al perro

Desdeñado pero siempre fiél.

El cierre del programa televisivo de Earle Herrera, por “irrespeto, indiferencia y falta de rpomooción”, según se queja Earle, es un caso clásico de la lealtad perruna recompensada por el desdén del amo.

Así se sentía probablemente la desdeñada Lina Ron. Así debe sentirse Baduél en su celda. Así se sentiría Arias Cárdenas en algún momento, lo cual no fue obstáculo para que regresara a lamerle las botas del amo. Así le debe suceder a Cabello o a Izarrita cada vez que Chávez los riduculiza en público y ellos guardan invertebrado silencio. El destino de los sumisos y los jalabolas es ese: ser desdeñados, ridiculizados, ninguneados por el amo arrogante.

De vez en cuando el perro muerde al amo y es, entonces, “puesto a dormir”. Cuando sucede al revés, el can se queda mascando su amargura, capturado por una horrible sensación de minusvalía, mientras el amo, satisfecho en su sadismo, dirige su atención hacia la próxima víctima, algún isaíasjulián cualquiera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gustavo,

Dicho por este mismo individuo en su "mensaje de despedida", los canales televisivos que están temporalmente en manos del psuv tienen apenas 5% de audiencia.


Cuesta abajo y en rodada...