El contrato con la Williams para que corra Pastor Maldonado es por $185 millones en tres años, el eqivalente de cien escuelas de provincia.
Anuncia refinería en Siria, país donde el gobierno se tambalea
Invertirá $800 millones en un campo de gas en Irán (Pars) mientras la producción de PDVSA se desploma.
Sigue prometiendo a los brasileños una refinería en Brasil y los brasileños le sihguen creyendo
Le promete a los vietnamitas una refinería
Le garantiza a China un préstamo de miles de millones de dólares para Cuba con petróleo que es de los venezolanos
Le ofrece gasolina a Ahmadinejad y arriesga sanciones del gobierno de los Estados Unidos
Habla con Ahmadinejad sobre la instalación de misiles en territorio venezolano
Insiste en lo de las 300.000 viviendas por año, un fraude monumental al pueblo venezolano que ameritaría su inmediata reclusión en un manicomio
Siguen los incendios y las explosiones en las refinerías del país
Siguen las interrupciones del sistema eléctrico en todo el país
Continúa rodeado de ladrones e incapaces en su gabinete y empresas del estado
Guayana se cae a pedazos
Se documenta más allá de toda duda su relación con los terroristas y narcotraficantes colombianos de las FARC
Le ofrece dinero a los legisladores paraguayos para que voten por su entrada a Mercosur
Anuncia que el único candidato presidencial del régimen es él, que se olviden de primarias
Promete la construcción de un avión sin piloto, como el que tienen los estadounidenses.
Y sigue allí, cojeando pero atornillado…. El país degradado, la oposición lánguida, los boliburgueses robando, los militares rajando caña, los banqueros llenándose, las milicias comiendo arepas y tomando pepsi, el déspota abusando de su poder, la gente haciendo cola para recibir limosnas. Un país “estabilizado” y feliz de llegar vivo a su casa al final del día.
Alan García ahora dice que Chávez hasta “le resulta simpático”, Santos habla de él con cariño, Morales y Correíta siguen inscritos en su nómina mensual, Ortega se alista para ser re-elegido, Pablo Pérez pide diálogo con él, todo esto mientras los diputados de la oposición planifican ser candidatos de otra cosa que no sea miembros de la Asamblea Nacional, la cual aparentemente es un sitio fastidiosísimo y no les da nota.
Esta parece ser una Venezuela por la cual no vale la pena luchar. Afortunadamente no es la única. Hay otra que, sin embargo, duerme profundamente, en medio de su pesadilla.
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