Ban Ki Moon inaugura la reunion #66 de la Asamblea General de la ONU
En estos momentos se lleva a cabo en Nueva York la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas teniendo como telón de fondo los problemas de discriminación racial, xenofobia y desviaciones relacionadas. Hay asuntos de importancia en el tapete: el reconocimiento del Estado Palestino, el nuevo gobierno Libio, las sanciones contra el déspota Sirio, Assad, y la presencia de Sudán del Sur, nuevo país.
Tan importantes como estos asuntos son las ausencias de algunos come candelas que se robaban el show en el pasado. En esta reunión cumbre no estará Fidel Castro. No estará Mubarak. No estará Gadaffi. No estará Assad. No estará Chávez. No estará Mugabe.
El único representante importante de los regímenes forajidos será Ahmadinejad, de Irán. Estas ausencias ilustran los cambios cataclísmicos que se han llevado a cabo en los últimos meses en el planeta. Cuando Chávez insultó a Bush en las Naciones Unidas recibió algunos aplausos. Hoy es un inválido. Cuando Gadaffi pidió en la ONU la disolución del organismo fue escuchado. Hoy anda huyendo. Fidel es ya una lejana memoria. Assad enfrenta severas sanciones del organismo y su régimen agoniza.
En la batalla entre la barbarie y la civilzación la babarie anda en un despavorido retroceso. Los forajidos están esencialmente aislados. El ALBA acaba de ser vapuleada en la ONU al pedir que no se reconociera el nuevo gobierno Libio. Los regímenes forajidos se tambalean o se encuentran severamente debilitados.
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