Leopoldo López ha ganado esta sentencia. El estado venezolano debe restituírle de inmediato su elegibilidad para optar a la funcion pública. Además, le debe abonar $12.000 de reparación por los costos en los cuales incurrió durante su defensa. Cuando se lee el texto completo de la sentencia se puede advertir que la decisión no fue, en términos beisbolísticos, una paliza. No fue un 11x1 sino, más bien, algo así como 5x2. Ello se debe a que la decisión de la Corte también reconoce que los derechos de Leopoldo durante su defensa de ambos cargos, el relacionado con PDVSA y el posterior como Alcalde de Chacao, fueron esencialmente respetados por el estado. El peso de la sentencia de la Corte en contra del estado venezolano parece estar centrado en los largos intervalos de tiempo que transcurrieron entre las declaratorias de responsabilidad por parte del estado y la imposición de sanciones. La Corte concluyó que por esta causa se vulneraron los artículos 8.1, 23.1.b y 23.2, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención InterAmericana.
Aunque esta sentencia de la Corte constituye el basamento legal del caso de Leopoldo, el campo de batalla apropiado para el caso es el ético. En efecto, más allá de lo puramente legal es evidente, para los venezolanos que han seguido el asunto, que el régimen de Hugo Chávez utilizó todos los medios posibles para inhabilitar a quienes veían como un contrincante político peligroso. A estas maniobras se prestó, particularmente, el fallecido Contralor Clodosbaldo Russián, ex-terrorista, prófugo de la justicia durante la etapa democrática, personaje quien dedicó sus esfuerzos a mantener el régimen autocrático de Hugo Chávez, en lugar de hacer su trabajo para la Nación. Lo que es particularmente criticable en el caso de la inhabilitación sufrida por Leopoldo López es el uso selectivo de la discrecionalidad del Contralor, a fin de eliminar de la contienda electoral a un candidato que tenía apoyo popular significativo, así como amenazar constantemente a otros de hacerles lo mismo. En este sentido la sentencia de la Corte Interamericana representa un gran éxito para la democracia venezolana y una rotunda condena de los abusos de poder del déspota que desgobierna a Venezuela.
Celebramos esta victoria de Leopoldo López y la consideramos un paso firme hacia adelante por parte de las fuerzas democráticas del país. El estado venezolano debe reconocer la elegibilidad de Leopoldo López para optar a cargos públicos sin pérdida de tiempo. Si no lo hiciere puede ser expulsado del sistema interamericano. Es preciso recalcar que el régimen de Hugo Chávez agoniza, firmemente alineado con todos los regímenes forajidos y grupos terroristas del planeta, desprestigiado en el seno de la comunidad internacional, enfrentado a los organismos internacionales claves como la ONU, la OEA, el Banco Mundial y la Corte internacional de Justicia. Su negativa a aceptar esta sentencia sería un clavo más en su ataúd.
NOTA FINAL : Solo me queda recomendarle a todos quienes están en la palestra pública que “La mujer del César no solo debe ser honesta sino parecerlo”. No le demos nunca al adversario excusa alguna para tratar de anularnos política o eticamente.
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