En artículo publicado hoy en El
Universal Ricardo Combellas incluye el siguiente párrafo:
“La Constitución de 1999
recoge la idealidad de los sentimientos y anhelos más profundos del pueblo
venezolano en ese singular momento. No es lo más relevante el hecho de que sea
larga, excesiva en la plasmación reiterativa de valores y principios, muy ambiciosa
en sus propósitos, todas ellas manifestaciones que enervan la exquisitez
formalista de los cultores del constitucionalismo. Su prueba de fuego está en
su puesta en práctica, su cumplimiento, su fuerza normativa, y allí el régimen
no ha estado a la altura del compromiso. He llegado a la conclusión de que
vivimos una esquizofrenia constitucional; pues por un lado tenemos la
Constitución normativizada en el texto de 1999, y por el otro una Constitución
sociológica, vinculada a los objetivos de poder del régimen, reñida con aquella”.
Es un párrafo singular, en el cual el autor toma posiciones inesperadas.
Veamos:
1. “La
Constitución de 1999 recoge la idealidad de los sentimientos y anhelos más
profundos del pueblo venezolano en ese singular momento”. Discrepo profundamente. Esta fue una
constitución impuesta por un nuevo régimen de naturaleza muy populista, en cuya
redacción el pueblo venezolano no tuvo participación alguna. Lejos de ser ideal,
el documento es un mamotreto de 350 artículos, imposible de ser acatada por
establecer condiciones imposibles de y
dar garantías irrealizables.
2. “No
es lo más relevante el hecho de que sea larga, excesiva en la plasmación
reiterativa de valores y principios, muy ambiciosa en sus propósitos, todas
ellas manifestaciones que enervan la exquisitez formalista de los cultores del
constitucionalismo”. Si
su desmesurada extensión, su naturaleza excesivamente prescriptiva, su atención
a la coyuntura y no a lo estructural, sus promesas irrealizables son apenas minucias
que “enervan la exquisitez formalista” de algunos, entonces, no hay más que
hablar. Es como decir, es tuerta, coja, y tiene una sola oreja pero eso no debería
preocupar al jurado de Miss Venezuela.
3. “Su
prueba de fuego está en su puesta en práctica, su cumplimiento, su fuerza
normativa, y allí el régimen no ha estado a la altura del compromiso”. Por supuesto que no ha sido cumplida sino
violada groseramente. Decir que al gobierno no ha estado a la altura del
compromiso sugeriría que ha tratado sin lograrlo. La verdad es que se la ha
pasado por el fundillo.
4. “He
llegado a la conclusión de que vivimos una esquizofrenia constitucional; pues
por un lado tenemos la Constitución normativizada en el texto de 1999, y por el
otro una Constitución sociológica, vinculada a los objetivos de poder del
régimen, reñida con aquella”. Esto no lo entiendo bien pero es culpa mía, no del autor. Pero esa esquizofrenia,
de existir, no sería razón suficiente para cambiar ese mamotreto? Concuerdo con
Combellas en que el documento no es el culpable sino su perversa utilización. Pero
es que un mamotreto de 350 artículos se presta para todo!
Sobre el tema de fondo, si es o no necesaria una
nueva constituyente, no me pronuncio aquí, aunque me aterra pensar en repetir la
farsa de 1999.
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