Alberto y su esposa en nuestro apartamento, hace ya algunos años
Héroe es quien hace algo que va mucho
más allá de lo esperable, lo que en Inglés llaman “beyond the call of duty”. Todos
tenemos la obligación de ser buenos ciudadanos, de ser honestos, de contribuír –
en lo posible – a la prosperidad colectiva pero no estamos obligados a dar la
vida por otros o llevar a cabo actos que vayan más allá de lo razonable.
En el espectro social venezolano tenemos
de todo, desde lo peor, pasando por lo mediocre, lo aceptable, lo francamente elogiable,
hasta llegar a lo heróico. He hecho en
el pasado un estimado de como se distribuye la población venezolana entre estos
grupos, lo que he llamado la Estratigrafía Moral del Venezolano y, como es lo
esperable, el porcentaje de los héroes representa una minúscula fracción de
nuestra población.
El heroísmo no siempre anda
montado a caballo ni se lleva a cabo en
el campo de batalla. Con frecuencia es callado, anónimo, la obra de la
perseverancia, el tesón y del deseo de enseñar con el ejemplo. Hace unas
semanas Alberto Quirós Corradi, mi amigo durante los últimos 55 años (y déle),
culminó un acto de heroicidad ciudadana que me llena de orgullo. A los 83 años,
con algunas limitaciones de salud corporal, que no mental o espiritual, Alberto
culminó sus estudios de post grado en Bioética en la Universidad Central de
Venezuela y se graduó, en solemne sesión, junto a venezolanos que pudieran ser sus nietos. Creo que este es un record en la historia de
lo estudios de magister, porque parece ser que alguien mayor que Alberto obtuvo
un doctorado en el pasado.
Todos sabemos lo que significa
hacer un post grado, las largas horas de clases, los trabajos mensuales, los exámenes,
escribir la tesis, defender la tesis. Es
un largo y arduo camino. La inmensa mayoría de quienes lo hacemos piensa en el
post grado como algo necesario para progresar en la carrera profesional. Pero
Alberto lo ha hecho sin que ello tenga que ver con su carrera, la cual
esencialmente está completa y ha sido rica en logros: de cargador de tubos en
La Concepción a presidente de Shell Venezuela, de Maraven, de Lagoven; Director de El Nacional, Director del “Diario
de Caracas”, autor de una docena de libros , ensayista en El Nacional por
muchos años, asesor de empresas y gran organizador de iniciativas ciudadanas.
En una ocasión dije que si le preguntaran a Alberto si toca el piano, diría que “nunca
lo ha intentado”. Si lo intentara estaría tocando el piano en tiempo récord.
Por qué, entonces, ese post
grado? Solo Alberto lo sabe, en su fuero más íntimo. Yo pienso que lo hizo por
la misma razón que los escaladores de montañas se suben a ellas, simplemente
porque están allí. Porque el ser humano asume desafíos en una eterna búsqueda
de superación, porque siente la necesidad de seguir subiendo en la escalera de
los valores, hacia la inalcanzable perfección.
Pero, además, porque el gran
gesto tiene un valor didáctico extraordinario. Ese de mostrarle a nuestros
jovenes que el afán de superación no termina a ninguna edad, de echarle en cara
a muchos compatriotas quedados en el aparato que el hombre tiene una
responsabilidad consigo mismo para buscar su plena realización y de
darle una lección de civismo a los gobernantes que piensan que Portugal es un
país fronterizo con Venezuela, mostrándoles que el deber ciudadano de educarse
cada vez más es fundamental para el progreso de la sociedad.
Hoy he destapado una botella de
champaña (ya no es Cristal ni Monopole pero tampoco Pampero), para celebrar el heróico acto de mi amigo Alberto,
flamante Magister en Bioética.
A tu salud, Alberto!
4 comentarios:
Coincido plenamente con los comentarios de Gustavo sobre Alberto Quiros, a quien conozco y considero un buen amigo desde 1963 cuando ambos laborabamos para la Cia Shell de Venezuela. AQC es de los que siempre agrega "la milla extra" en todo lo que se propone y hace. En una visita oficial a la Shell en Amsterdam en 1977, un director senior de la Shell me dijo que hubiera sido el primer # 1 de la Shell mundial [Managing Director] de haberlo aceptado cuando se lo propusieron despues de la nacionalizacion en 1976. En los annos que mantuvimos una relacion mas cercana, pude apreciar y valorar su pasion literaria, su labor periodistica, su excelencia como estratega y ejecutivo petrolero, inclusive en aquelllos annos, si era necesario entraba en discusiones de refinacion, geologia e ingenieria de yacimientos sin temor de hacer las preguntas que su brillante logica le dictaba poniendo a los especialistas en apuros. Celebro su grado como una demostracion mas de su caracter y tremendo espiritu de superacion en especial cuando a esa edad la mayoria ya estamos hace rato en los cuarteles de invierno
Evanan Romero
Gracias por esos comentarios que le dan mucho valor agregado a mi nota, Evanan.
Como no, es admirable, aparte que ir a una universidad tan peligrosa como la UCV ya sea en el edificio Chaguaramos como en la propia ciudad universitaria tiene tambien un anadido de coraje porque recordemos que no es la UCV de antes, es ahora un campo de guerra con miles de criminales acechando a ver que roban a los estudiantes adentro y fuera del recinto. Bien por Albertico a quienes todos conocemos bien, y que da un ejemplo arrechisimo: nunca poner la edad como excusa para nada, estudiar, estudiar, estudiar, seguir estudiando y estudiar para saber darse cuenta de como se aprende y avanza, porque la vida es eso: aprender, aprender, aprender y sobre todo, aprender. Si nos lee Albertico por aca le mandamos un abrazo.
Mis respetos y felicitaciones a Don Alberto por su Grado y Don Gustavo por su Blog.
Luis
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