Pedro Carreño, Ministro del Poder popular para la Cursilería
A fin de coordinar las múltiples manifestaciones de cursilería de la revolución el líder máximo Hugo Chávez, paracaidista de paracaidistas, ha decretado la creación del Minipopucur, el ministerio para la cursilería, el cual funcionará en el Poliedro, para poder albergar a la gran cantidad de colaboradores y funcionarios.
El ministro designado será Pedro Carreño, quien ha hecho méritos suficientes para tal honor con sus teorías sobre la televisión bidireccional que nos espía. Como asesores inmediatos tendrá, in absentia, a Luis Acosta Carlez, el hombre del eructo y a Juan Barreto, para quien la mujer es el único animal que sangra cada mes y no muere.
Isaías Rodríguez, el poeta de la mirada penetrante, y Jorge Giordani, el monje autista, están a cargo de escribir la misión del ministerio, para lo cual ya han enviado un borrador que comienza:
“Era de noche en el eje Orinoco-Apure y sin embargo llovía sobre aquél glorioso territorio recién hollado por la planta insolente del extranjero. Afortunadamente, al poco tiempo apareció el alba y obligó al imperio a irse más allá del Meta, más allá del Cunaviche, a Colombia, pués”.
A fin de coordinar las múltiples manifestaciones de cursilería de la revolución el líder máximo Hugo Chávez, paracaidista de paracaidistas, ha decretado la creación del Minipopucur, el ministerio para la cursilería, el cual funcionará en el Poliedro, para poder albergar a la gran cantidad de colaboradores y funcionarios.
El ministro designado será Pedro Carreño, quien ha hecho méritos suficientes para tal honor con sus teorías sobre la televisión bidireccional que nos espía. Como asesores inmediatos tendrá, in absentia, a Luis Acosta Carlez, el hombre del eructo y a Juan Barreto, para quien la mujer es el único animal que sangra cada mes y no muere.
Isaías Rodríguez, el poeta de la mirada penetrante, y Jorge Giordani, el monje autista, están a cargo de escribir la misión del ministerio, para lo cual ya han enviado un borrador que comienza:
“Era de noche en el eje Orinoco-Apure y sin embargo llovía sobre aquél glorioso territorio recién hollado por la planta insolente del extranjero. Afortunadamente, al poco tiempo apareció el alba y obligó al imperio a irse más allá del Meta, más allá del Cunaviche, a Colombia, pués”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario