*** menciona a Bolívar, Lenin y Chávez en la misma frase.
El intelectual Heinz Dieterich, Alemán-Mexicano, es mencionado con frecuencia (sobre todo por él mismo) como ideólogo principal del llamado “Socialismo del Siglo XXI”, vástago del cuál ningún padre debería sentirse orgulloso, con sus tesis sobre la economía de valor y de equivalencia que pondrían a un barrendero y a un neuro-cirujano a ganar lo mismo por hora de trabajo (el trabajo del barrendero, se argumenta , es hasta socialmente más valioso).
Hay quienes acusan a Dieterich de oportunista y de haberse apropiado de manera fraudulenta de la paternidad de esas ideas. El ideólogo español, José Luis Monedero, ahora decepcionado del chavismo después de su fructífera luna de miel en Caracas, así lo dice, con algo de xenofoobia: “Pretender inventar una cosa que moviliza a millones…me parece una arrogancia que solo se le puede ocurrir a un alemán”.
La nueva tesis de Heiderich (http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/2882612.asp ) “Bolívar, Lenín y Hugo Chávez en la Revolución Bolivariana” es un intento semi-erudito de cuadrar el círculo de la historia, cuya lectura debe haberle subido la tensión a Germán Carrera Damas. En esencia Dieterich postula que “al igual que Lenin en su momento, Simón Bolívar entendía que ningún proyecto político indigenista o criollo existente en la América hispánica podía romper y sustituir el yugo colonial. El modelo civilizatorio que sí tenía el alcance estratégico para lograr tal fin, lo encontró en la revolución burguesa europea, hecho, por el cual lo importó, lo acondicionó a las condiciones sudamericanas y lo implementó. Bolívar, al igual que Lenin, dió el salto cualitativo hacia una nueva civilización, convirtiendo un conflicto de hegemonía en una revolución social”. Es decir, Bolívar y Lenín son hermanos históricos, al introducir un elemento de revolución social en los procesos de su tiempo. Que manera de hilar fino! Cuán traído por los cabellos! No importa para Heiderich que Bolívar haya hablado de una revolución burguesa y que Lenin abogara por una revolución proletaria y socialista. Como diría el torero que puso la espada en el rabo del burel: “Todo es toro”!
Este intento de presentar a Lenin y a Bolívar como gemelos históricos es un acto de adulación mayúscula hacia los payasos del ALBA, quienes mantienen vivo, aunque en coma, al socialismo del siglo XXI. Es una justificación de la más odiosa superchería que ha cometido Chávez, al llamar “bolivariana” su lamentable pesadilla. El adulador Dieterich dice: “Hugo Chávez tiene innumerables meritos en la reactivación del paradigma civilizatorio de Bolívar que ninguna historiografía objetiva puede borrar”. Por el contrario, amigo, Chávez es reo de una trastada histórica, de un insulto a los venezolanos, al llamar “bolivariana” su estúpida orgía de ineptitud. Esta sumisión de Dieterich puede haberle asegurado su vejez pero lo envía directo al basurero de los pistoleros ideológicos a sueldo junto a Harnecker, Izarrra, El Troudi, Ceresole, Britto García y operadores mercenarios como Ramonet, Weisbrot, Birns, Carson y Danny Glover.
Sin embargo, algo ha pasado en la relación Chávez-Dieterich, porque ahora Dieterich duda que Chávez pueda representar para el siglo XXI lo que representó Bolívar en el siglo XIX y Lenin en el siglo XX. Tremendo jalabolas el Dieterich, al solo plantear esta posibilidad!
Después de plantearla, Dieterich la pone en duda. Por qué? Alega que Chávez probablemente ya no va pál baile. Dice: “El record de la política presidencial desde su consolidación en el poder (2003) no induce a albergar grandes esperanzas. En cuanto a la institucionalidad económica del Socialismo del Siglo XXI, la economía de valor y de equivalencia, el Presidente no ha avanzado ni un ápice en seis años. Ha perdido la oportunidad de oro del salto cualitativo en su prolongado cenit de poder (2004-2009), y no parece probable que la pueda recuperar, porque en unos ocho meses comenzará la fase virulenta de la agresión militar colombo-estadounidense, cuyo efecto se potenciará por la frágil situación económica de Venezuela, su deplorable situación de inseguridad interna y la derrota estratégica política, psicológica y militar del Bolivarianismo, en Honduras y Colombia”. Dieterich ha desahuciado a Chávez. En eso, al menos, concuerdo plenamente con él, aunque no por las mismas razones. Dieterich desahucia a Chávez porque no ha sido capaz de empujar vigorosamente el socialismo del siglo XXI, es decir, por sus debilidades ideológicas. Yo lo desahucio por cuatro razones más tangibles: porque es un corrupto, un inepto, un payaso y un ignorante.
Pero, un momento….Dieterich parece haber encontrado otro “demiurgo” en floración: Rafaél Correa: “Si no se da un salto cualitativo en la política de Hugo Chávez, queda como único presidente capaz y dispuesto de desarrollar una economía política del Socialismo del Siglo XXI, Rafael Correa”. Y agrega: “la probabilidad de un sujeto gubernamental de vanguardia del Socialismo del Siglo XXI en América Latina parece superior en el caso del Ecuador que en cualquier otro país latinoamericano…”. Al decir esto, Dieterich cubre sus apuestas y, por lo que pueda ocurrir, le manda un ramo de flores al vicepresidente boliviano, el terrorista en sabático Alvaro García Linera, al decir: “El vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, considerado por el secretario general de la CLACSO, Emir Sader, como el más importante intelectual latinoamericano contemporáneo, es, sin duda, un brillante pensador”, aunque su interés, agrega, es el capitalismo andino (otra fabricación absurda, para quien la haya podido estudiar en sus noches de insomnio).
Dieterich es un intelectual destacado. Lamentablemente ha desperdiciado su talento en una tarea indigna, esa de tratar de proveer a un grupo de mentes pliocénicas con un substrato ideológico.
Hay quienes acusan a Dieterich de oportunista y de haberse apropiado de manera fraudulenta de la paternidad de esas ideas. El ideólogo español, José Luis Monedero, ahora decepcionado del chavismo después de su fructífera luna de miel en Caracas, así lo dice, con algo de xenofoobia: “Pretender inventar una cosa que moviliza a millones…me parece una arrogancia que solo se le puede ocurrir a un alemán”.
La nueva tesis de Heiderich (http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/2882612.asp ) “Bolívar, Lenín y Hugo Chávez en la Revolución Bolivariana” es un intento semi-erudito de cuadrar el círculo de la historia, cuya lectura debe haberle subido la tensión a Germán Carrera Damas. En esencia Dieterich postula que “al igual que Lenin en su momento, Simón Bolívar entendía que ningún proyecto político indigenista o criollo existente en la América hispánica podía romper y sustituir el yugo colonial. El modelo civilizatorio que sí tenía el alcance estratégico para lograr tal fin, lo encontró en la revolución burguesa europea, hecho, por el cual lo importó, lo acondicionó a las condiciones sudamericanas y lo implementó. Bolívar, al igual que Lenin, dió el salto cualitativo hacia una nueva civilización, convirtiendo un conflicto de hegemonía en una revolución social”. Es decir, Bolívar y Lenín son hermanos históricos, al introducir un elemento de revolución social en los procesos de su tiempo. Que manera de hilar fino! Cuán traído por los cabellos! No importa para Heiderich que Bolívar haya hablado de una revolución burguesa y que Lenin abogara por una revolución proletaria y socialista. Como diría el torero que puso la espada en el rabo del burel: “Todo es toro”!
Este intento de presentar a Lenin y a Bolívar como gemelos históricos es un acto de adulación mayúscula hacia los payasos del ALBA, quienes mantienen vivo, aunque en coma, al socialismo del siglo XXI. Es una justificación de la más odiosa superchería que ha cometido Chávez, al llamar “bolivariana” su lamentable pesadilla. El adulador Dieterich dice: “Hugo Chávez tiene innumerables meritos en la reactivación del paradigma civilizatorio de Bolívar que ninguna historiografía objetiva puede borrar”. Por el contrario, amigo, Chávez es reo de una trastada histórica, de un insulto a los venezolanos, al llamar “bolivariana” su estúpida orgía de ineptitud. Esta sumisión de Dieterich puede haberle asegurado su vejez pero lo envía directo al basurero de los pistoleros ideológicos a sueldo junto a Harnecker, Izarrra, El Troudi, Ceresole, Britto García y operadores mercenarios como Ramonet, Weisbrot, Birns, Carson y Danny Glover.
Sin embargo, algo ha pasado en la relación Chávez-Dieterich, porque ahora Dieterich duda que Chávez pueda representar para el siglo XXI lo que representó Bolívar en el siglo XIX y Lenin en el siglo XX. Tremendo jalabolas el Dieterich, al solo plantear esta posibilidad!
Después de plantearla, Dieterich la pone en duda. Por qué? Alega que Chávez probablemente ya no va pál baile. Dice: “El record de la política presidencial desde su consolidación en el poder (2003) no induce a albergar grandes esperanzas. En cuanto a la institucionalidad económica del Socialismo del Siglo XXI, la economía de valor y de equivalencia, el Presidente no ha avanzado ni un ápice en seis años. Ha perdido la oportunidad de oro del salto cualitativo en su prolongado cenit de poder (2004-2009), y no parece probable que la pueda recuperar, porque en unos ocho meses comenzará la fase virulenta de la agresión militar colombo-estadounidense, cuyo efecto se potenciará por la frágil situación económica de Venezuela, su deplorable situación de inseguridad interna y la derrota estratégica política, psicológica y militar del Bolivarianismo, en Honduras y Colombia”. Dieterich ha desahuciado a Chávez. En eso, al menos, concuerdo plenamente con él, aunque no por las mismas razones. Dieterich desahucia a Chávez porque no ha sido capaz de empujar vigorosamente el socialismo del siglo XXI, es decir, por sus debilidades ideológicas. Yo lo desahucio por cuatro razones más tangibles: porque es un corrupto, un inepto, un payaso y un ignorante.
Pero, un momento….Dieterich parece haber encontrado otro “demiurgo” en floración: Rafaél Correa: “Si no se da un salto cualitativo en la política de Hugo Chávez, queda como único presidente capaz y dispuesto de desarrollar una economía política del Socialismo del Siglo XXI, Rafael Correa”. Y agrega: “la probabilidad de un sujeto gubernamental de vanguardia del Socialismo del Siglo XXI en América Latina parece superior en el caso del Ecuador que en cualquier otro país latinoamericano…”. Al decir esto, Dieterich cubre sus apuestas y, por lo que pueda ocurrir, le manda un ramo de flores al vicepresidente boliviano, el terrorista en sabático Alvaro García Linera, al decir: “El vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, considerado por el secretario general de la CLACSO, Emir Sader, como el más importante intelectual latinoamericano contemporáneo, es, sin duda, un brillante pensador”, aunque su interés, agrega, es el capitalismo andino (otra fabricación absurda, para quien la haya podido estudiar en sus noches de insomnio).
Dieterich es un intelectual destacado. Lamentablemente ha desperdiciado su talento en una tarea indigna, esa de tratar de proveer a un grupo de mentes pliocénicas con un substrato ideológico.
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