Un gerente petrolero venezolano, quien me escribe desde la Malasia, me pregunta como podemos pasar del qué al como. Lo hace a propósito de mi artículo sobre el decreto # 1 de la Junta de Transición Democrática publicado en ND el Lunes pasado (http://www.noticierodigital.com/?p=60731 ).
Dice el lector, con razón, que todos hablamos del qué hacer (el objetivo) pero pocos tratan de hablar del como hacerlo (las estrategias). Esto es cierto, ya que es más fácil para una persona saber lo que hay que hacer en el país pero no tan sencillo saber como hacerlo. La estructuración de estrategias es generalmente una tarea colectiva, sujeta a debates que conduzcan a un acuerdo. Cuando una sola persona pretende establecer las estrategias nacionales generalmente se convierte en desastroso dictador, exactamente lo que ha sucedido con el infeliz payaso quien aún maneja el poder político y militar en Venezuela.
Sin embargo, para comenzar a cambiar ideas con los lectores y solo como indicativo de algunas estrategias que pudiesen prosperar en la Venezuela post-chavista hablemos de dos sectores importantes para la vida futura de la nación: el petrolero y el militar.
En el sector petrolero yo pienso que la PDVSA que conocemos ha dejado de tener vigencia y habrá que eliminarla para darle paso a otros mecanismos para el manejo de los hidrocarburos. Recordemos que en 1976 se estatificó (no se nacionalizó) la industria petrolera venezolana porque ello era, a los ojos del liderazgo de la época, un imperativo político. Se pensaba en ese momento, aún entre los sectores menos extremistas, que la soberanía nacional requería la propiedad accionaria de la industria y que era necesario que los venezolanos gerenciásemos directamente la industria, a fin de quitarnos ese complejo de que “no podíamos”. Bueno, eso se hizo y por casi 25 años PDVSA fue gerenciada eficientemente por venezolanos y se mantuvo ordenada, dando dinero al gobierno central para que este lo utilizase en mejorar al país, todo dentro de mecanismos ajustados a la ley. Se probó que si podíamos.
A la llegada del dictador al poder esto cambió y PDVSA fue convertida en un monopolio estatal al servicio de un proyecto político anti-democrático, en una empresa importadora de pollos y fuente de la más horrorosa corrupción e ineptitud. Esa empresa tiene que desaparecer con Chávez porque un monopolio petrolero estatal mal gerenciado es el peor de los crímenes que podemos cometer contra un país que vive de ese recurso. Ya sabemos que los venezolanos podemos gerenciar el petróleo y ya deberíamos saber que el Estado no tiene por qué poseer las acciones de una empresa para controlar su actividad y para captar los beneficios óptimos (no necesariamente máximos) de esa actividad. Es mejor tener el 80 por ciento de los beneficios a largo plazo, con la participación del sector privado de la economía, que obtener el 100 por ciento de los beneficios a corto plazo porque se nos corrompe la empresa estatal.
Pienso que el país debe eliminar a PDVSA tal como existe actualmente y reemplazarla por una industria abierta al sector privado, bajo las regulaciones financieras y operacionales a ser formuladas y vigiladas por una agencia petrolera estatal. Todas las modalidades de asociación con el sector privado pueden y deben ser consideradas, incluyendo un sistema moderno de concesiones, como el existente en Brasil. Al menos dos petroleros distinguidos, Diego Gonzalez y Evanan Romero, ya están hablando de una agencia reguladora, mientras que Alberto Quirós tiene años hablando de la propiedad efectiva de los hidrocarburos por parte de los habitantes de la nación, no del Estado. Creo que es hora de abrir la actividad petrolera al sector privado nacional e internacional atendiendo a razones estrictamente comerciales y no ideológicas, tal como es el caso en USA, en Brasil y en muchos países europeos. El concepto de monopolio petrolero estatal es obsoleto y casi siempre desemboca, como en Argentina, Indonesia, Nigeria, Venezuela, Bolivia, Italia, etc, etc, en mamotretos ineficientes y corruptos. Solo en Noruega y, en menor grado, en Francia, existen empresas petroleras estatales razonablemente eficientes. Por qué debemos seguir atados a un modelo que ha fracasado en la mayoría de los países del mundo y que, aquí en Venezuela, se ha convertido en un pantano fétido?
En 1976 se dijo, no sin razón, que lo que Venezuela había “nacionalizado” era el riesgo del negocio. En el momento de ese paso el estado venezolano ya controlaba efectivamente lo que se hacía en materia petrolera a través de los diferentes mecanismos operativos y fiscales, sin tener que aportar dinero a la actividad. Creo que ya la nación venezolana debe haber crecido lo sufiiciente como para dejar de pensar en términos patrioteros y pseudo-nacionalistas. El colapso de la PDVSA en manos de un dictador ignorante es rotundo y no debemos mantener a ese muerto conectado a pulmones artificiales.
En el sector militar será necesario ir a una fuerza de policía nacional efectiva, moderna, bien organizada y eliminar el ejército que existe hoy en día. Francamente, el ejército venezolano no tiene razón de existir. No es ni lo suficientemente fuerte para defendernos de un enemigo poderoso ni lo suficientemente flexible para defendernos del malandraje interno. Solo sirve, en mi opinión, para mantener dictadores en el poder. Se ha desacreditado totalmente. Yo veo a un militar venezolano hoy en día como un enemigo de la nación, no como un defensor de la nación. 23 países del mundo carecen hoy de ejército regular, inluyendo a Suiza, Panamá y Costa Rica, Barbados, Haití y El Vaticano. Al suprimir el ejército y reemplazarlo por una fuerza policial eficiente y moderna nos ahorraremos mucho dinero y hasta más de una dictadura. En este mundo de hoy ya no hay jutificación alguna para que un país de mediano tamaño tenga un ejército como el nuestro, que nunca ha tenido una guerra ni piensa en otra cosa que no sea intervenir politicamente en en la vida del país, tumbando o poniendo presidentes. Nuestra defensa ante la amenaza externa debe ser la autoridad moral como nación, precisamente lo que el dictador no puede mostrar.
Los hábitos y modelos patrioteros son duros de matar, pero debemos dar el primer paso para destruir mitos y complejos que nos mantienen en el atraso y en la miseria.
Sin embargo, para comenzar a cambiar ideas con los lectores y solo como indicativo de algunas estrategias que pudiesen prosperar en la Venezuela post-chavista hablemos de dos sectores importantes para la vida futura de la nación: el petrolero y el militar.
En el sector petrolero yo pienso que la PDVSA que conocemos ha dejado de tener vigencia y habrá que eliminarla para darle paso a otros mecanismos para el manejo de los hidrocarburos. Recordemos que en 1976 se estatificó (no se nacionalizó) la industria petrolera venezolana porque ello era, a los ojos del liderazgo de la época, un imperativo político. Se pensaba en ese momento, aún entre los sectores menos extremistas, que la soberanía nacional requería la propiedad accionaria de la industria y que era necesario que los venezolanos gerenciásemos directamente la industria, a fin de quitarnos ese complejo de que “no podíamos”. Bueno, eso se hizo y por casi 25 años PDVSA fue gerenciada eficientemente por venezolanos y se mantuvo ordenada, dando dinero al gobierno central para que este lo utilizase en mejorar al país, todo dentro de mecanismos ajustados a la ley. Se probó que si podíamos.
A la llegada del dictador al poder esto cambió y PDVSA fue convertida en un monopolio estatal al servicio de un proyecto político anti-democrático, en una empresa importadora de pollos y fuente de la más horrorosa corrupción e ineptitud. Esa empresa tiene que desaparecer con Chávez porque un monopolio petrolero estatal mal gerenciado es el peor de los crímenes que podemos cometer contra un país que vive de ese recurso. Ya sabemos que los venezolanos podemos gerenciar el petróleo y ya deberíamos saber que el Estado no tiene por qué poseer las acciones de una empresa para controlar su actividad y para captar los beneficios óptimos (no necesariamente máximos) de esa actividad. Es mejor tener el 80 por ciento de los beneficios a largo plazo, con la participación del sector privado de la economía, que obtener el 100 por ciento de los beneficios a corto plazo porque se nos corrompe la empresa estatal.
Pienso que el país debe eliminar a PDVSA tal como existe actualmente y reemplazarla por una industria abierta al sector privado, bajo las regulaciones financieras y operacionales a ser formuladas y vigiladas por una agencia petrolera estatal. Todas las modalidades de asociación con el sector privado pueden y deben ser consideradas, incluyendo un sistema moderno de concesiones, como el existente en Brasil. Al menos dos petroleros distinguidos, Diego Gonzalez y Evanan Romero, ya están hablando de una agencia reguladora, mientras que Alberto Quirós tiene años hablando de la propiedad efectiva de los hidrocarburos por parte de los habitantes de la nación, no del Estado. Creo que es hora de abrir la actividad petrolera al sector privado nacional e internacional atendiendo a razones estrictamente comerciales y no ideológicas, tal como es el caso en USA, en Brasil y en muchos países europeos. El concepto de monopolio petrolero estatal es obsoleto y casi siempre desemboca, como en Argentina, Indonesia, Nigeria, Venezuela, Bolivia, Italia, etc, etc, en mamotretos ineficientes y corruptos. Solo en Noruega y, en menor grado, en Francia, existen empresas petroleras estatales razonablemente eficientes. Por qué debemos seguir atados a un modelo que ha fracasado en la mayoría de los países del mundo y que, aquí en Venezuela, se ha convertido en un pantano fétido?
En 1976 se dijo, no sin razón, que lo que Venezuela había “nacionalizado” era el riesgo del negocio. En el momento de ese paso el estado venezolano ya controlaba efectivamente lo que se hacía en materia petrolera a través de los diferentes mecanismos operativos y fiscales, sin tener que aportar dinero a la actividad. Creo que ya la nación venezolana debe haber crecido lo sufiiciente como para dejar de pensar en términos patrioteros y pseudo-nacionalistas. El colapso de la PDVSA en manos de un dictador ignorante es rotundo y no debemos mantener a ese muerto conectado a pulmones artificiales.
En el sector militar será necesario ir a una fuerza de policía nacional efectiva, moderna, bien organizada y eliminar el ejército que existe hoy en día. Francamente, el ejército venezolano no tiene razón de existir. No es ni lo suficientemente fuerte para defendernos de un enemigo poderoso ni lo suficientemente flexible para defendernos del malandraje interno. Solo sirve, en mi opinión, para mantener dictadores en el poder. Se ha desacreditado totalmente. Yo veo a un militar venezolano hoy en día como un enemigo de la nación, no como un defensor de la nación. 23 países del mundo carecen hoy de ejército regular, inluyendo a Suiza, Panamá y Costa Rica, Barbados, Haití y El Vaticano. Al suprimir el ejército y reemplazarlo por una fuerza policial eficiente y moderna nos ahorraremos mucho dinero y hasta más de una dictadura. En este mundo de hoy ya no hay jutificación alguna para que un país de mediano tamaño tenga un ejército como el nuestro, que nunca ha tenido una guerra ni piensa en otra cosa que no sea intervenir politicamente en en la vida del país, tumbando o poniendo presidentes. Nuestra defensa ante la amenaza externa debe ser la autoridad moral como nación, precisamente lo que el dictador no puede mostrar.
Los hábitos y modelos patrioteros son duros de matar, pero debemos dar el primer paso para destruir mitos y complejos que nos mantienen en el atraso y en la miseria.
1 comentario:
Coronel..que te quito Chavez.
Coronel ..como se te pasara esa arrechera.
NO VOLVERAN PITIYANQUITOS ARRASTRADOS PARGOLETES
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