Amo el béisbol. Thomas Boswell, un
magnífico escritor deportivo del Washington Post escribió un libro llamado
“Como la Vida imita la Serie Mundial”, lo cual ilustra que muchos pensadores
toman muy en serio este deporte. John Sexton, Presidente de New York University
y Doctor en Historia de la Religión, ha escrito un libro llamado: “El béisbol como
camino hacia Dios”, y usa ese texto para dar un curso permanente en esa
universidad. Y John Updike y otros escritores han escrito muchos ensayos y
poemas sobre béisbol. Niños y viejos han hecho del béisbol una parte importante
de sus vidas. Yo no hubiera podido soportar los años de Chávez sin que el béisbol
viniese a a mi rescate espiritual. Durante muchos años las hazañas de Carrasquelito,
Vizquel, Galarraga y Cabrera, entre otros grandes peloteros nuestros, han endulzado mis días. Siempre sospeché que ello
se debía a inmadurez pero veo que estoy
en compañía respetable.
Por ello digo:
Mañana comienza el béisbol
Se inicia la primavera de nuestros
sentidos,
Después del largo invierno
Resucitamos una vez más y
regresamos al Estadio
que se nos antoja infinito como el
Cosmos
Has visto lo pequeña que luce la
goma
desde el jardín central?
Cierro los ojos y puedo ver
El terreno lleno de ídolos de mi
niñez
Cocaína García calienta su brazo
con pelota de plomo
Vidal López hace “swing” hacia el
jardín izquierdo
Redondo alza su brazo desde el
jardín central
Julio Bracho se ríe del Mono
Zuloaga
Y el Conejo Fonseca habla con el
Camello Briñez
Luis el Grande debate si retirarse
este año
Y dejar que Luisito use su milagroso
guante.
Ni él ni el Carrao Bracho se
atrevían a volar
Y en autobús no se llegaba a la
Gran Carpa.
Mis ídolos se escapan de las
barajitas,
Para jugar en el Los Teques de mí
niñez:
Talúa Dandridge, Joshua Gibson y el
Patón
Jim Pendleton, Sam Nahem y Camaleón García
El Comisario y el Ovejo.
El béisbol es inmortal, como la
especie humana,
Cada entrada nace, muere y resucita
al día siguiente
Nuestros ídolos viven eternamente
Esperando el llamado que les hacemos
Desde el disco duro de la memoria
John Updike dice que el béisbol
parece fácil desde la distancia
Todo se ve lánguido y perezoso,
hasta que uno está en el plato
Y ve pasar la recta de humo
a un centímetro de la quijada,
Dice que los expertos solo quedan en
silencio
Cuando Yogi Berra falla con un palomón
Por el jardín izquierdo.
Mañana escucharemos los himnos y los cantos,
Veremos las banderas ondear al
viento
Y a los inmortales ocupar el terreno
Mañana es Lunes de resurrección
4 comentarios:
Hizo recordarme una de mis peliculas favoritas: "Field of Dreams" (Campo de Béisbol)
Cada vez que la miro me acuerdo de mi papa -tambien a el le encanto este film- cuando el granjero Ray Kinsella mientras se encontraba caminando en su sembradío de maíz en Iowa, escucha una voz que le susurra: «Si lo construyes, él vendrá» ("If you build it, he will come." He interprets this message as an instruction to build a baseball field on his farm)
El sabe que si no sigue explotanto aquella parcela de maiz y la comvierte en un campo de béisbol, entonces sera su ruina total. Sinembargo su hijita le cuenta que ha visto un hombre en el terreno de juego: "Shoeless Joe Jackson", un beisbolista que había sido muy querido por su padre ya fallecido......
"Esperanza" don Gustavo y "Fe" son las que mueven montanas...
"Si reconstruimos nuestra patria, ella volvera"
Play Ball.
Recuerdo cuando vi mi primer juego de baseball profesional en Barquisimeto, por ahi por 1970, era yo un chamo que jugaba pelotra de palo y trapo en la calle de mi barrio. Tambien jugabamos chapitas. Desde entonces, me converti en aficionado del baseball y durante mi vida, he disfrutado de hablar de ese deporte y de haber ido a juegos con amigos, con mi familia, con mis jefes y companeros de trabajo. Hoy, autoexiliado en los EEUU, trato de ver los juegos de entrenamiento primaveral y de ver uno que otro juego en Tampa o en Miami.
Play Ball.
El béisbol es una metáfora de la vida. Aprendí a amar este deporte único a finales de los 50, como niño que ávido, compró sus primeras barajitas en 1959, aquellas que venían con un chicle del tamaño de la barajita y escuchando a Delio Amado León por la radio.
Luego, el béisbol ha acompañado todo mi tránsito vital. Dejé de ir al estadio universitario cuando se hizo practicamente imposible comprar entradas -es más facil comprar una para el Yankee Stadium-. He tenido la oportunidad de conocer varios parques de grandes ligas, y esos juegos forman parte de mis recuerdo más preciados.
Gracias por su escrito.
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