El Classic Arts Showcase, Canal
25 en el cable del área de Washington DC, es uno de mis tres sitios preferidos, junto con el Canal de
películas del Oeste y el programa de beisból de grandes ligas. El CAS es una fuente ininterrumpida de arte
clásico: conciertos, operas, ballets, música coral, trozos de películas famosas,
una sucesión de maravillas que llenan el espíritu. No todos son de nuestro mismo nivel de agrado, pero todos son de alta calidad.
Por ejemplo, esta mañana acabo de
ver y oir cuatro fragmentos, todos impresionantes por su belleza y creatividad.
Uno, el Coro de San Petersburgo cantando el Credo del compositor Chesnokov. Luego, una porción
del III acto de “Gloriana”, opera de Benjamín Britten, la poderosa escena donde
la reina Isabél I decide la muerte de Essex, a pesar de las súplicas de la
esposa, hermana y amigo. Después, la violinista Midori en Carnegie Hall,
ejecutando una delicada pieza de Debussy llamada “Bon Soir”. Le sigue una
escena de “Die Fledermaus”, de Johann Strauss, ejecutada por la Ópera y el
Ballet de Australia, dentro de la cual una pareja baila “Night and Day” de Cole Porter y un
maravilloso mesonero borracho hace precario equilibrio entre los bailarines
mientras se toma la champaña.
Esta fiesta visual y auditiva se
lleva a cabo durante todo el día, sin interrupciones. El programa fue fundado
en 1994 y es financiado por la fundación
estadounidense Rigler-Deutsch. Tiene como objetivo la promoción de las bellas
artes entre el público. Cuando Rigler
murió, en 2003, dejó suficiente dinero para financiar el programa por los
siguientes 20 años. Como lo dice la Fundación, ellos presentan un festín de las
artes que puede inducir al espectador a participar mas activamente en la vida
cultural de su comunidad.
Que extraordinaria iniciativa y
cuanto placer le da al televidente! Me acompaña casi todas las mañanas. Es mi desayuno para la vista y el oído. Más precisamente, para el alma!
Nota: no estoy seguro de si "mas" lleva acento en la frase anterior.
1 comentario:
totalmente de acuerdo, es un bello programa, ojala se difundieran mas canales televisivos como este. grandioso legado de Lloyd E. Rigler
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