PDVSA: la corrupción queda en familia....

Hace algún tiempo el sitio virtual http://www.soberania.org/ publicó los nombres de familiares de Rafaél Ramírez en la nómina de pago de Petróleos de Venezuela, así:
Beatrice Daniela Sansó de Ramírez, la esposa de Ramírez, el presidente de PDVSA y Ministro del sector, es la Directora de un Centro de Arte La Estancia y es o ha sido asesora legal de la empresa.
Fidel Ramírez Carreño, hermano de Ramírez, es o era Director de servicios de Salud de PDVSA.
Baldó Sansó Rondón, cuñado de Ramírez, es listado como Asesor Permanente de Ramírez.
Hildegard Rondón de Sansó, la suegra de Ramírez, es, fue o ha sido en ocasiones asesora legal de PDVSA.
Esto se llama nepotismo, una de las diversas variantes de la corrupción. El nepotismo consiste en enchufar a familiares y amigotes en posiciones que dependen de la autoridad de quien enchufa. El enchufamiento no se hace en base a un proceso de selección de los mejores sino en base a nexos familiares, sin atender a las credenciales de la persona.
Para que exista nepotismo es también necesario que haya dejado de existir el estado de derecho. Si en Venezuela existiera el estado de derecho y el defensor del pueblo fuese una persona honesta, en lugar de ser miembro de la pandilla, la situación arriba descrita no podría existir porque el defensor del pueblo lo objetaría publicamente y pediría sanciones contra el funcionario Ramírez.
El nepotismo no es ni legal, ni ético ni elegante. Y es, además, lesivo a los intereses y al buen nombre de la nación. Por ejemplo, la asesora legal de PDVSA, Hildegard Rondón de Sansó, afirma que nacionalizar empresas no conlleva necesariamente una compensación (reportaje de Andrés Rojas Jiménez, en El Nacional). La señora alega que una expropiación si exige compensación previa, total y completa (lo que tampoco hace Chávez, véase el caso de los equipos de RCTV) pero que ello no es el caso en una nacionalización, la cuál “se rige por reglas propias” que la señora ni se molesta en mencionar. Mientras tanto, la otra asesora, la esposa de Ramírez alega que es absurdo que el arbitraje internacional se asuma como norma general para los contratos que firme PDVSA.
Mientras la esposa dice esta barbaridad, la suegra alega que el concepto de propiedad “está debilitado”, sugiriendo que Chávez y Ramírez se pueden lavar el paltó impunemente con ese concepto.
Es esto legal? No lo se, porque no soy abogado. Pero si sé que la situación de nepotismo y de malos consejos que las señoras en cuestión, la suegra y la esposa, le están dando a la nación, no es ni elegante ni ético. Como queda el buen nombre de un país que no acepte arbitraje en sus contratos internacionales? Que no acepte que debe pagar indemnización oportuna en un proceso de nacionalización? Quien querrá hacer negocios con un país forajido?
Venezuela está hoy en manos de una pandilla de hampones. No hay que llamarse a engaño. Este vergonzoso galope hacia Zimbabue no terminará a menos que fumiguemos el régimen con mucho plagatox, que es nuestro gas del bueno.

P.D. Que hará un hombre que fue íntegro, como Alvaro Silva Calderón, en esta grotesca merienda del nepotismo? No habrá una manera más digna de ganarse la vida?





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