Lamentable espectáculo televisivo del loco que maneja el país.

En http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/121921/chavez-regana-nuevamente-a-diosdado-cabello-en-transmision-nacional/ se puede ver un lamentable ejemplo de COMO NO SE DEBE MANEJAR UN PAÍS. El loco Hugo Chávez está sentado frente a las cámaras y decide someter a careo, frente al público televisivo y a la audiencia de focas amaestradas que le hacen coro y le aplauden sus pachotadas, al Gobernador de Lara, Henry Falcón, y al Ministro de Obras Publicas, Disodado Cabello. En este careo Chávez actúa árbitro/maestro/juez/consejero y tío regañón. De verdad que nunca habíamos visto algo tan grotesco como esto.
El asunto comienza con el loco hablando con el gobernador Falcón de Lara en pantalla y, al no obtener una respuesta clara sobre un proyecto de carretera no concluído, llama a Diosdado por teléfono para confontarlo con Falcón. Cabello responde la llamada con una vocecita de niño que se comió un pedazo de torta a escondidas.
Chávez comienza a carearlos sobre la longitud de la carretera, le pregunta a los dos si saben lo que es un proyecto, les interroga sobre los precios estimados, distantes el uno del otro, les pide detalles sobre los "adornos" en cada proyecto. Les pregunta si ellos están en su equipo, si o no. Cuando ambos responden que sí les dice, triunfante: "Y entonces, por qué no se hablan entre ustedes?" Las focas amaestradas aplauden la humillación de los dos bolsas que están siendo regañados. Y los dos bolsas no se atreven a decirle al loco que así no se maneja una situación con subordinados, que aprenda a respetar al ser humano, que no sea payaso, fantoche, que se vaya al mismísimo carajo con su actitud circense y que se meta sus cargos burocráticos por el paltó pa'dentro.
Entre la locura y vulgaridad del uno, la sumisión e indignidad de los otros y el sadomasoquismo de las focas amaestradas, el equipo que se llama "revolucionario" presenta una fisonomía primitiva, de tribu que aún no ha conocido el fuego. Es un espectáculo de pesadilla, ese del loco Chávez regañando a sus lamebotas por la TV y asumiendo el papel de gran árbitro magisterial entre dos imberbes.
Cabello pensará que mientras se esté metiendo un billetazo con sus negocios, poco le importa comer materia fecal. Falcón mantiene un tanto más de dignidad, quizás porque tiene mejores cartas para el poker que se juega en la televisión.

Pero el país se rebaja cada vez que pasan estas cosas. El silencio frente a esta indignidad es un crimen.