Tremendo Cara Dura......
El saliente presidente de Brasil, Lula da Silva, recordó en Guyana que hace cinco meses las relaciones entre el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y su homólogo venezolano, Hugo Chávez, ambos presentes hoy en la Cumbre de Unasur en Georgetown, no eran tan “armónicas” como en la actualidad. “Este es el milagro de la política”, afirmó el mandatario brasileño en la IV Cumbre Presidencial de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Georgetown, capital de Guyana.
Uno no sabe si Lula es un gran cínico o un humorista. Los líderes de pacotilla que tiene el hemisferio: Lula, Chávez, Lugo, Kirchner, Morales, Ortega, Correa, Insulza, Iglesias, se empeñan en mantener la ilusión de una región democrática, amiga, solidaria, unida, que simplemente no existe. Definir como de “armonía” la relación entre Colombia y Venezuela o hablar de “revoluciones de las cuales nos sentimos orgullosos”,como lo han hecho recientemente Insulza e iglesias al hablar de Bolivia y Venezuela, es realmente un insulto a la inteligencia de quienes tenemos oídos para escuchar y ojos para ver.
Lo que existe entre Colombia y Venezuela es una componenda, una maniobra estratégica que no se diferencia mucho de una extorsión. Santos tiene en su poder armas terribles en contra de Chávez, es decir, información sobre su alineación con el terrorismo y a un prisionero, Makled, quien sabe mucho sobre la naturaleza narcófila del gobierno chavista. Ello ha obligado a Chávez a hacer concesiones importantes a Colombia, pagar las deudas, darle gasolina, controlar a las FARC en territorio venezolano, abandonar a su suerte a la mercenaria Piedad Córdoba, Pero llamar este forcejeo silencioso “un milagro de la política” define a Lula como un caradura de primera.
América Latina hoy es una región separada por significativos clivajes ideológicos. Puede que los líderes se reúnan en UNASUR y guarden minutos de silencio por Néstor Kirchner, pero la América Latina de Chávez está en pugna de muerte con la región de Piñera. El Chile democrático y floreciente y la Venezuela despótica y en ruinas representan las dos caras de la moneda latinoamericana. El dinero venezolano le permitió a Chávez reclutar la adhesión temporal de un puñado de líderes sedientos de limosnas, pero ello ha dado paso a su progresivo aislamiento y rechazo, a medida que se agota la repartición de dinero.
Lo de Santos y Chávez es una pugna donde los principios han sido dejados de lado. Es probable que el propósito de Santos sea bueno y hasta pueda lograr controlar al gorila, pero el fin no justifica los medios. Santos siempre correrá el riesgo de empatucarse por estar jugando con porquería.
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