Esta mañana aumentó abrupta y significativamente el cociente intelectual promedio de España, al conocerse la noticia de la salida de Julián Isaías Rodriguez del territorio de aquella nación. Rodríguez había sido embajador de la Venezuela chavista en aquél país por algun tiempo. Ello había causado un incremento en el nivel de lo que se llama en la literatura sociológica el IPE, es decir el Indice Promedio de Embrutecimiento, definido como inversamente proporcional al CIP, cociente intelectual promedio. Los registros españoles mostraban una oscilación positiva apreciable, pero de carácter temporal, cada vez que Julián Isaías tomaba vacaciones.
En Venezuela ya no existen registros de este índice, ya que los equipos medidores del IPE se fundieron hace unos diez años. Ahora lo que se mide es el PIDB. Este índice no está relacionado con el PIB, el Producto Interno Bruto utilizado tradicionalmente en los países avanzados, sino que representa el Producto Interno de Brutos. En este renglón Venezuela es líder regional, en gran parte debido al peso de la burocracia concentrada en el llamado Poder Moral. Es de allí, precisamente, que salió Julián Isaías, directo, para España.
Ahora regresa a Venezuela directo para el Tribunal Supremo de Justicia. Esto es, en verdad, de justicia, porque un país que tenga a un golpista y narcófilo como General en Jefe, a un chofer de canciller, a un ex- administrador de cantinas militares como presidente, a Chaderton de embajador y a un Ministro de Finanzas como Giordani (o Nóbrega, o Merentes, o Cabezas, o etc, etc) ciertamente se merece a Julián Isaías de magistrado.
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