martes, 16 de noviembre de 2010

Mark Twain lo vió venir

“BARKER'S, N. J., 7.40 A.M.
Just arrived. Glass factory broken open here during night, and
eight hundred bottles taken. Only water in large quantity near here
is five miles distant. Shall strike for there. Elephant will be
thirsty. Bottles were empty.
DARLEY, Detective.
“The stolen white elephant”, Mark Twain

En su historia sobre “El Elefante Blanco Robado”, Mark Twain describe en detalle la manera minuciosa y sistemática utilizada por las autoridades para tratar de localizar un elefante blanco de Siam, aparentemente robado por un par de conocidos malhechores. A la oficina central llegan los informes enviados por uno de los detectives que le siguen la pista al caso. Todos hablan de aldeas consternadas al paso del elefante. Unos dicen que fue al norte, otros al este, otros al sur, otros al oeste. El detective ha conservado una pata de un caballo devorado por el elefante para orientar mejor sus pesquisas.

                                                                                      
Los telegramas del detective llegan, progresivamente, desde 15 aldeas donde el elefante ha sido visto por los aterrorizados aldeanos. Los dos malhechores acusados del robo, se descubre oportunamente, han muerto hace varios años.
El elefante nunca es hallado. Pero todos quedan admirados de la acuciosidad del detective.
Hoy he recordado esta deliciosa historia de Twain al leer la siguiente noticia:

“Se desaparecen en Sidor 12 gandolas con cabillas.
La Dirección de Protección Industrial de Planta de Siderúrgica del Orinoco, Sidor, investiga la desaparición de 12 gandolas de cabillas, que estaban destinadas a Ferresidor de Ocumare del Tuy. Hubo reunión de emergencia de parte de la directiva de Sidor y el llamado “Control Obrero”, y fueron citados el Director de Comercialización, Luis Velásquez, el Gerente de Alumbrón y Cabillas, Entio Báez, y el Jefe de Protección de Planta Henry Martínez, un militar recién llegado a la empresa”.

Uno se imagina que las pesquisas se orientarán de la siguiente manera:

“Está el comandante-presidente informado de esta grave situación?”
“Si señor. Se le ha enviado twit hace dos horas y se espera respuesta con instrucciones precisas para proceder”.

“Puede usted describir las doce gandolas desaparecidas?”.
Tienen ocho metros de largo cada una, las cabinas están pintadas de rojo y tienen la imagen del comandante-presidente con un loro en el hombro. Todas t ienen nombres patrióticos: La “Pedro Carreño”, la “Adina Bastidas”, la “Carlos Escarrá”, etc. A la “Roy Chaderton” le acabamos de reparar las velocidades y la “Pancho Arias” estaba pasando mucho aceite. Cada gandola lleva un chofer de apellido Maduro”

“Coincidencia?”.
“No. Coherencia”.

“Que contienen las gandolas?”.
Quince toneladas de cabillas cada una. Cada cabilla es larga y tiene un sello de origen que dice:  made in South Korea”.

“Ah, no son hechas en Guayana!”.
“No señor. SIDOR tiene seis meses importando sus cabillas”.

En ese momento llega un mayor del ejército, el mismo que era asistente de Makled, con un papel en la mano. Informa: “Aquí está la respuesta del comandante-presidente: Las gandolas pasaron por Las Tejerías hace dos horas. Unos dicen que fueron hacia el sur, otros hacia el este, otros hacia el norte, otros hacia el oeste. Sígan esta pista que les doy, con su acostumbrado fervor revolucionario. Para instrucciones posteriores llamen a Giordani. Voy saliendo para La Habana”.

1 comentario:

ignorante dijo...

Excelente descripción de como podría ser esa concienzuda investigación.
Saludos de su lectora fiel.