Con el carnicero del Caribe
Cuando murió el Papa Juan Pablo II:
"Nosotras deseamos que se queme vivo en el infierno" “Es un cerdo. Aunque un sacerdote me dijo que el cerdo se come, y este Papa es incomible”, sentenció.
Atentado a las Torres Gemelas en Nueva York. Después del ataque que enlutó al mundo.
“Yo estaba con mi hija en Cuba y me alegré mucho cuando escuché la noticia. No voy a ser hipócrita con este tema: no me dolió para nada el atentado”, declaró.
El velatorio de Raúl Alfonsín: “Fue una movilización de las clases altas y medias, que siempre salen para estas cosas. Desde mi lugar, yo hago el más grande repudio para todos los hipócritas que lo fueron a aplaudir”.
Julio Cobos: "Está armando un gobierno paralelo y eso es ser un hijo de mil putas. Alguien tiene que sacarlo ya mismo de la Casa Rosada.No hay otra, tenemos que terminar con esto".
La inauguración del Museo de la Memoria: "Qué pena que no estén los FAL, las armas con las que nuestros hijos quisieron hacer la revolución. Si el museo no va a mostrar cómo fue esa organización revolucionaria, las luchas que se libraron, los hechos que se realizaron, no sirve".
Susana Giménez y la pena de muerte: “¿Cuál es nuestra seguridad con estas vedettes que son más putas que vedettes, que se atreven a hablar de derechos humanos cuando bailaron y se acostaron con todos los represores?”
La mayoría opositora en el Congreso: “El Parlamento no vale nada, todos los días nos hacen la contra”.
Sobre la narcoguerrilla colombiana: "Estamos con los compañeros de las FARC, estamos con Chávez, estamos con nuestro presidente Néstor. Uribe es una mierda y un hijo de puta".
El periodista Horacio Verbitsky y la comunidad judía: “Es un sirviente de los Estados Unidos. Además de ser judío, es totalmente pro norteamericano”.
La protesta del campo contra las retenciones móviles: “Otro gobierno ya los hubiera desalojado a los palos y con gases, como se lo merecían”.
La realeza inglesa: “Si una vez los echamos con aceite hirviendo, empecemos a calentar el aceite. Esa vieja (la reina) vive en su castillo; bueno, que se lo meta en el orto. Me importa un pito el castillo de la reina”.
La comunidad boliviana: "¡Váyanse de nuestra plaza, bolitas hijos de puta! ¡Váyanse bolivianos de mierda!".
Dulce anciana! Está actualmente acusada de haberse robado no unos cuantos pesos sino millones de dólares. Hasta un avión jet se compró.
3 comentarios:
Si estas son las últimas expresiones de la cándida y melosa abuelita de la Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, a estas alturas de su vida, imagínense ustedes como fue en su juventud y en su madurez, conspirando y atentando contra las instituciones argentinas legalmente constituidas.Luego llegada la ancianidad, salta con este templete rojo, de la farsa de las madres y las abuelas de Mayo, con el patrocinio de Cristina Kirchner y de Hugo Chávez. En ningún modo quiero justificar aquí los distintos regímenes militares represivos de derecha que desgraciadamente ha vivido la Argentina. En modo alguno puedo ver con buenos ojos a un General Pedro Eugenio Aramburú; a un civil como Lopez Rega
(el brujo); a un General Videla; un Almirante Massera, en fin, cualquier conocida figura anticomunista de la época moderna argentina. Es innegable que cometieron excesos y abusos injustificables, pero solo tal contexto me permite dimensionar que la lucha contra la izquierda revolucionaria y violenta de allá, no pudo ser fácil, y que las provocaciones de estos grupos de exaltados reaccionarios y violentos, bajo el esquema de la lucha armada, se convirtió en un fenómeno altamente complejo para erradicar el pavoroso fantasma bolchevique que amenazaba por instaurarse en la América del Sur.Si nos descuidamos hoy, con el avance del Castro Chavismo, volveremos a caer en las mismas. Manuel Piar.
ESAS MUJERES SON UNAS RACISTAS QUE SE CREEN DUEÑAS DE LA PLAZA DE MAYO
gustavo: esta señora es realmente patética. Apoya a la ultraizquierda porque su hijo fue un desadaptado, pero vive como una reina con las "donaciones" que recibe de los bolsas que la apoyan y a quienes ella adula. No apoyo las dictaduras pero los argentinos se las buscaron por atorrantes y desordenados.
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